Inicio Nacional ¡Las volteretas de un Frankestein neoliberal y pro imperialista y pro oligarquía!

¡Las volteretas de un Frankestein neoliberal y pro imperialista y pro oligarquía!

146
1

por Franco Machiavelo

La política chilena vuelve a mostrar su rostro más grotesco en la figura de la candidata Jara, quien ha transitado de un discurso que alguna vez pretendió ser “popular” a convertirse en la encarnación viva del Frankestein neoliberal, ensamblado con los pedazos de las contradicciones, las mentiras y las traiciones al pueblo.
 
Su metamorfosis no es casual, ni responde a un simple cambio de opinión: es la expresión más cruda de cómo el imperialismo y la oligarquía absorben, corrompen y moldean a sus operadores para mantener el orden establecido. Jara es hoy la servil representante de los intereses del gran capital transnacional, la vocera de las corporaciones y el brazo obediente del imperialismo en América Latina.
 
En su afán por agradar a la clase dominante, la candidata realiza volteretas ideológicas que rayan en lo obsceno: antes hablaba de justicia social, ahora se arrodilla frente a los patrones del neoliberalismo. Antes decía defender a los más pobres, hoy se sienta a la mesa de los más ricos como su empleada política. Jara ya no representa a los vulnerables ni a la clase trabajadora; representa a los dueños del capital y sus planes de expolio.
 
Su confesión más reciente lo confirma: se declara abiertamente contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, no por un genuino debate político, sino por complacer a los empresarios, al capital financiero y a los voceros del imperialismo yanqui. Lo que está en juego no es solo una postura internacional: es la demostración de que su proyecto político está subordinado a los dictados de Washington y a la voracidad de las grandes corporaciones.
 
Este Frankestein neoliberal no tiene coherencia, porque no se construye desde principios, sino desde la conveniencia oportunista. Es un monstruo armado de trozos prestados: un poco de progresismo de utilería, un poco de neoliberalismo descarado, un poco de discurso moralizante y una gran dosis de servilismo ante el poder. Su identidad política es la incoherencia, y su programa no es más que la agenda de la oligarquía camuflada bajo el maquillaje electoral.
 
El pueblo debe abrir los ojos: Jara no es la voz de los trabajadores, ni de los excluidos, ni de los que resisten al modelo. Jara es la operadora del imperialismo y del capital oligárquico en versión moderna, disfrazada de candidata popular. Y como toda marioneta del neoliberalismo, su función no es liberar, sino someter; no es transformar, sino preservar el orden injusto de siempre.
 
 
 
 
 

1 COMENTARIO

  1. Jara, sin duda, quiere ser presidenta, el sueldazo y la posterior jubilación, nada de despreciables (estiércol para los escarabajos peloteros), le quitan el sueño; y para lograrlo está usando la misma fórmula de Boric: Curso de acrobacia política con salto mortal hacia la derecha incluido.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.