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Che Guevara, Símbolo de Lucha – PARTE 1: INTRODUCCIÓN

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Tony Saunois
Comité por una Internacional de los Trabajadores, CIT.
Publicado originalmente en Septiembre de 1997.

Durante 1996 y 1997 se han publicado numerosos libros, revistas y artículos sobre Ernesto Che Guevara para conmemorar el treinta aniversario de su ejecución. Por todo el mundo se le conoce simplemente como el ‘Che’. Este apodo se lo dieron amigos y compañeros de lucha cuando se encontraba en Méjico en los años 50. Che es un término común en Argentina, su país natal. En 1997 ha vuelto a verse a jóvenes de América Latina y Europa con camisetas del Che y carteles con su retrato.

Algunos periodistas pro-capitalistas superficiales y cínicos han intentado restarle importancia a este interés reavivado en el Che, intentando describir falsamente este fenómeno como un mero deseo de identificarse con el así llamado estilo de vida permisivo asociado a los años 60.

El Che Guevara posee, sin duda, un atractivo romántico y cultural para muchos jóvenes que se identifican con su imagen «rebelde».

Pero aún más importante es que el renovado interés por el Che Guevara refleja el atractivo que siempre tuvo para todos aquellos que buscaban una forma de cambiar la sociedad y terminar con la explotación del capitalismo y el imperialismo. Son muchos los que ven al Che y Cuba como símbolo de resistencia. La nueva generación que ostenta en público su apoyo al Che Guevara refleja el comienzo de una búsqueda de ideas socialistas revolucionarias que ofrezcan una sociedad alternativa viable al capitalismo.

¿Por qué, entonces, el Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) edita una revista sobre el Che y Cuba cuando ya se ha escrito tanto sobre este tema internacionalmente?

Dejando a un lado los artículos cínicos y, en ocasiones, frívolos aparecidos en muchos periódicos y revistas, ya se han editado algunos libros y biografías serios. Che Guevara- Una Vida Revolucionaria, del periodista y escritor norteamericano Jon Lee Anderson, es una biografía amena y bien documentada. Así también lo es Ernesto Guevara, también conocido como El Che, del escritor mejicano Paco Ignacio Taibo.

A pesar de los estudios e investigaciones exhaustivos que estos autores han llevado a cabo, sus trabajos, inevitablemente, tienen una carencia. No trazan un balance político de las lecciones de la contribución del Che al movimiento revolucionario que pueda ayudar en la lucha contra el capitalismo y el imperialismo hoy. Estos autores, aunque aportan una valiosa contribución histórica, no pueden llevar a cabo esta tarea. La razón es bien simple; no son participantes activos en la lucha para derrocar el capitalismo y reemplazarlo con el socialismo.

El CIT edita esta revista sobre el Che y la Revolución Cubana de 1959 para contribuir en la tarea de construir una organización socialista revolucionaria internacional que pueda derrocar el capitalismo y el imperialismo. La historia nunca se repite exactamente de la misma forma. Sin embargo, existen importantes lecciones de las luchas y revoluciones previas que todos los que luchan por el socialismo hoy deben aprender si quieren que esta lucha tenga éxito.

Es éste el motivo por el que se publica ahora esta revista. La Revolución Cubana y, en particular, la contribución que a ella hizo el Che Guevara, contiene muchas lecciones para la lucha contra la explotación que tiene lugar actualmente, especialmente en América Latina, África y Oriente Medio.

Para hacer balance es necesario no sólo seguir los acontecimientos históricos que tuvieron lugar, sino también discutir las ideas y los métodos defendidos por las figuras centrales implicadas en estos acontecimientos. Esta revista pretende ser una contribución para la discusión de las experiencias, ideas y métodos de lucha que se desarrollaron durante la revolución en la cual el Che jugó un papel protagonista.

Por consiguiente, esta revista no aspira a convertirse en una biografía personal detallada de la vida del Che. Muchos aspectos de su vida, incluídos sus dos matrimonios, no son tratados aquí, aunque cuestiones personales de esta índole constituyen aspectos importantes en la formación de cualquier personalidad y tuvieron un peso en su evolución política. Tampoco ha sido posible hacer un informe exhaustivo de todos los acontecimientos históricos que sucedieron y en los cuales participó el Che. Los lectores tendrán que estudiar otras biografías y obras sobre Cuba, el Che y la Revolución Cubana para conseguir dicha información.

En el treinta aniversario de su muerte es necesario rememorar la lucha heroica y sacrificada que el Che mantuvo contra el capitalismo y el imperialismo.

Se opuso de forma implacable a la explotación capitalista y luchó contra ella. Se vio atraído por el socialismo fundamentalmente como resultado de sus propias experiencias, motivado por el anhelo de ver su victoria en todo el mundo. Al principio miró a la URSS y a la Europa del Este como sociedades socialistas alternativas. Esto lo hizo desde «una distancia». Posteriormente, su experiencia de primera mano de aquellos regímenes burocráticos que gobernaban en nombre del socialismo le repelió.

Comprometido a la vida de un revolucionario en la mitad de su veintena, la lucha por la revolución internacional habría de costarle la vida a la edad de 39 años. Dirigió con el ejemplo y fue un internacionalista incorruptible. Debido a estas cualidades, continúa siendo fuente de inspiración como un símbolo de lucha contra la opresión y la explotación.

Guerrillerismo

Al mismo tiempo, sus ideas no estaban plenamente perfiladas en el sentido de poseer una comprensión profunda del marxismo. Fueron sus ideas sobre el guerrillerismo las que tuvieron un peso decisivo en la Revolución Cubana y en los acontecimientos subsiguientes, especialmente en América Latina. Su defensa de estas ideas como método de lucha a ser adoptado por toda América Latina las convirtieron en centro de debate en el movimiento socialista revolucionario por todo el continente y más allá de sus fronteras. Estas ideas del Che son discutidas en esta revista puesto que contienen importantes lecciones para la lucha de hoy contra el capitalismo y el imperialismo.

El Che desarrolló otras ideas sobre la economía y también sobre lo que él denominó como «socialismo y el nuevo hombre», que se centraba en cómo se podía desarrollar la actitud de la gente hacia la sociedad tras el derrocamiento del capitalismo. Estos trabajos reflejan algunos de los temas con los que tuvo que tratar después de la revolución de 1959 pero, debido a las limitaciones de espacio, no ha sido posible tratarlos en esta revista.

Un estudio de la vida del Che demuestra que sus ideas se desarrollaron en un periodo prolongado de tiempo, a menudo como resultado de su propia experiencia. Murió a la relativamente joven edad de 39 años. Está claro que continuaba desarrollando sus ideas al tiempo de su muerte. Existe un cierto paralelismo al respecto entre el Che y Malcolm X y George Jackson en Estados Unidos.

Ante las dificultades de la situación en Cuba y los horrores de los que fue testigo en sus visitas detrás del ‘telón de acero’ a la URSS y Europa del Este, parecía estar buscando una alternativa y empezó a explorar otras ideas. Comenzó a leer algunos escritos de León Trotsky algunos años antes de su muerte. Aquí sólo podemos plantear a nivel especulativo la pregunta: si hubiese continuado sus estudios de las ideas de Trotsky, ¿habría llegado a abrazarlas?

En 1964 estuvo en Moscú para asistir a las celebraciones en conmemoración del 47 aniversario de la Revolución Rusa. Durante esta visita no sólo protestó por el estilo de vida de los oficiales rusos, sino que argumentó que en el plano económico «…los soviets se encuentran en un callejón sin salida económico, dominados por la burocracia».

La casta burocrática en China en esa época estaba adoptando un «rostro más radical» a nivel internacional en un esfuerzo por lograr apoyo tras la ruptura que había tenido lugar entre ella y la burocracia soviética. Esto sucedió debido un enfrentamiento por estrechos intereses nacionales entre los dos regímenes.

El Che se vio atraído hacia la burocracia china debido al «rostro radical» que adoptó durante este periodo y también por la victoria del ejército campesino en 1949. Esto parecía ser una confirmación de su propio análisis. Sin embargo, también comenzó a explorar las ideas de León Trotsky. En Moscú se le tachó de «pro-chino» y «trotskista». Consciente de estas denuncias, el Che hizo referencia a ellas en un encuentro que tuvo lugar en la embajada cubana con estudiantes cubanos. El incidente está narrado en la biografía de Paco Ignacio Taibo.

El Che comentó: «… he expresado opiniones que podrían aproximarse al lado chino… y también otras mezcladas con trotskismo han surgido. Dicen que los chinos son fraccionalistas, y también los trotskistas y yo mismo». Y añade:»Opinión que debe ser destruida con porras es opinión que nos trae una ventaja. No es posible destruir opiniones con porras y es precisamente esto lo que es la raíz de la inteligencia … está claro que pueden aprenderse una serie de cosas del pensamiento de Trotsky».

Trotskismo

No existe ninguna evidencia de qué conclusiones estaba sacando el Che de la lectura de los escritos de Trotsky y nunca propugnó ideas por las que se saque la conclusión de que abrazara el trotskismo.

No obstante, sí profundizó en su estudio. Justo antes de su muerte en 1967 el intelectual francés Regis Debray, que se encontraba en Bolivia colaborando con las tropas de Guevara por aquel tiempo, le dio algunos libros de Trotsky.

Durante este periodo, la corriente dominante que se suscribía al trotskismo fracasó a la hora de comprometerse en un diálogo y discusión política abierta que planteara ayudar al Che a desarrollar y profundizar las ideas sobre la revolución socialista. Se limitaron meramente a apoyar y alentar las ideas sobre el guerrillerismo que el Che propugnaba, y le dieron apoyo al régimen de Fidel Castro.

Esto fue combatido en esa época por algunos activistas dentro del movimiento trotskista, entre los que se incluyen las por aquel entonces pequeñas fuerzas de marxistas británicos organizados en Militant (actualmente Socialist Party) que posteriormente fundaron el Comité por una Internacional Obrera (CIO). En 1960, en la época de los turbulentos acontecimientos en Cuba, los miembros de Militant acogieron con entusiasmo la revolución y el derrocamiento de Batista, pero también explicaron el carácter del nuevo régimen que se desarrollaba y la necesidad de orientarse a la clase obrera para desarrollar la revolución por toda América Latina.

Más tarde Peter Taaffe, en un artículo publicado en el número 390 del periódico británico Militant, explicaba los procesos que se habían desarrollado en Cuba: «Castro y Guevara se basaban en el campesinado y en la población rural. La clase obrera sólo entró en la lucha a través de la huelga general en La Habana, cuando las guerrillas ya habían triunfado y Batista huía para salvar su vida». Explicando cómo esta base rural moduló todo el carácter del movimiento, continuaba describiendo cómo se desarrolló la revolución, terminando con la abolición del capitalismo y la propiedad privada de la tierra de los grandes terratenientes pero «debido a las fuerzas implicadas -un ejército predominantemente campesino», el nuevo régimen carecía de control y gestión democrática consciente de la economía por parte de la clase trabajadora.

A pesar de encontrarse con algunas ideas trotskistas en su búsqueda de una alternativa, el Che desafortunadamente no abrazó las ideas alternativas ni los métodos del trotskismo. No obstante, sus acciones bastaron para provocar una reacción en el Kremlin y en todas partes. En Cuba y entre las masas latinoamericanas, el Che era un héroe cuyo ejemplo revolucionario debería ser emulado. Entre los círculos gobernantes de la burocracia en Moscú fue tachado de «aventurero», «pro-chino» y, lo que es peor, de «trotskista». La clase dominante de los países capitalistas odiaba todo lo que él defendía y por lo que luchó.

El Che fue ejecutado por aquellos que estaban resueltos a defender a los ricos y poderosos. Su imagen perdura como un símbolo de lucha contra la opresión. Ahora que han estallado protestas contra las políticas ‘neo-liberales’ y el mercado en Latinoamérica, aún es corriente encontrar pintadas de jóvenes en las paredes donde puede leerse «El Che Vive». Para conmemorar el aniversario de su ejecución, todos los que luchan contra la explotación capitalista a nivel internacional deberían aprender importantes lecciones de sus ideas y experiencias para conseguir la victoria que él deseó: la socialista. Este texto está pensado como una contribución que ayude en esa lucha.

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