El Congreso ha aprobado la Ley de Permisos Sectoriales, una verdadera motosierra contra el medio ambiente en Chile. Les pedimos que reproduzcan, firmen y envien a los diputados de sus zona la carta que reproducimos a continuación.
_____________________________________________________________________________________
Estimada/o Diputada/o:
Como ciudadana/o comprometida/o con la protección del medioambiente y el resguardo de los derechos fundamentales, me dirijo a usted para solicitarle su apoyo y firma al requerimiento ante el Tribunal Constitucional que busca declarar la inconstitucionalidad del Proyecto de Ley de Permisos Sectoriales, aprobado el 1 de julio 2025
Esta ley representa un grave retroceso en materia de justicia ambiental, al establecer:
Declaraciones juradas en reemplazo de permisos técnicos, lo que debilita la fiscalización y el control estatal;
La figura del silencio administrativo positivo, que permitiría la aprobación automática de proyectos en caso de omisión de respuesta por parte de la autoridad;
La invariabilidad de las condiciones legales por 8 años, lo que impide que futuras normas más exigentes se apliquen a estos proyectos;
Un sistema de tramitación acelerada que reduce los estándares de evaluación ambiental y participación ciudadana.
Estas disposiciones vulneran directamente el derecho constitucional a vivir en un medioambiente libre de contaminación (art. 19 Nº8 de la Constitución), el principio de no regresión ambiental, el principio precautorio y los compromisos internacionales asumidos por Chile en materia ambiental y de derechos humanos.
Le insto a actuar con responsabilidad institucional, resguardando el rol del Congreso como contrapeso ante iniciativas que debilitan el Estado de Derecho en favor de intereses privados. Este requerimiento no es solo una acción jurídica, es un deber ético en defensa de los territorios y las comunidades.
Atentamente,
Solo una revolución puede alcanzar la justicia verdadera para los pueblos, proteger el medioambiente, y recuperar los espacios dañados por la acción depredadora del capitalismo. Demandas, manifestaciones, reclamos, y alegatos pierden el tiempo; tiempo que aprovecha el extractivista para robar lo más que se pueda.