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Palestina – Yahya Sinwar, el «pragmático» que se ha convertido en la obsesión de Israel

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Liberado en un intercambio de «rehenes israelíes por prisioneros palestinos», el líder de Hamás en la Franja de Gaza era considerado por Israel como la persona capaz de controlar el territorio. Hasta las masacres del 7 de octubre.

Mediapart, 9-10-2023

https://www.mediapart.fr/

Traducción de Correspondencia de Prensa

La foto circuló en mayo de 2021 por todas las redes sociales palestinas. Yahya Sinwar aparece sonriente, con camisa planchada, pantalones negros y barba blanca cuidadosamente recortada, sentado en un sillón entre los escombros de su casa destruida por el ejército israelí durante la anterior guerra de Gaza.

¿Acaso este hombre podrá volver a adoptar una pose tan desafiante, cuando entre los muchos objetivos ya destruidos por la aviación en Gaza se encuentre de nuevo la casa del líder de Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica: ndt), él, que se ha convertido en principal objetivo de Tsahal?

El sábado 7 de octubre, Yahya Sinwar se convirtió en la pesadilla del gobierno israelí. En primer lugar, porque estaba detrás de una operación militar montada bajo el radar de los sistemas de inteligencia y protección considerados los mejores del mundo. En pocas horas, infligió un apocalíptico balance humano de más de 700 muertos y 2.000 heridos, sin precedentes en la historia del país hebreo.

Quedan por explicar las razones del éxito logístico de Hamás, así como los fallos de seguridad israelíes. El subsuelo de Gaza es ciertamente un queso giro, pero los túneles del sur se habían inundado en gran parte y el intenso contrabando que aún existía con Egipto hace unos años ya no parecía posible.

En el norte, la barrera que encierra Gaza no sólo se eleva por encima del suelo, sino que también desciende bajo tierra, lo que dificulta que los combatientes palestinos se infiltren en Israel a través de túneles, como ocurrió cuando fue capturado el soldado Gilad Shalit en 2006.

Esto no fue un obstáculo para que Hamás dispusiera de suficientes cohetes -reivindicaron 5.000 disparos- para desviar la atención de la infiltración de sus combatientes; suficientes explosivos y vehículos motorizados para perforar el muro que rodea Gaza en varios lugares, incluso en los sectores supuestamente ultraseguros del puesto de control fronterizo de Erez y la base militar de Zikim, por no hablar de las impactantes imágenes de hombres entrando en Israel en ULM o tratando de entrar por mar.

Canje de «rehenes por prisioneros»

El cambio de estrategia de Hamás es tan enorme como inesperado, sobre todo viniendo de un hombre, Yahya Sinwar, que fue presentado tanto por los responsables de seguridad israelíes como por los de Hamás como un «pragmático» cuando asumió la dirección del movimiento islamista en Gaza en 2017.

Más aun teniendo en cuenta que, en teoría, este hombre debería estar todavía en una prisión israelí, dado que fue condenado a cadena perpetua por un tribunal israelí en 1988…

Esta es una de las razones de la estupefacción actual en Israel. Mientras se cree que casi un centenar de rehenes se encuentran hoy en Gaza, y gran parte de la respuesta actual de Israel depende de las decisiones sobre el destino de éstos, el hombre fuerte de Hamás en Gaza fue liberado en 2011 como parte de un canje de «rehenes por prisioneros». En aquel momento, Israel aceptó liberar a unos mil prisioneros palestinos para recuperar con vida al soldado franco-israelí Gilad Shalit, capturado por comando en 2006…

El otro elemento que genera el asombro israelí es el hecho de que, desde que tomó las riendas de Hamás en Gaza en 2017, Yahya Sinwar parecía estar desempeñando el papel que los israelíes esperaban extraoficialmente de él: negociando con el inevitable vecino egipcio; subcontratando a la Yihad Islámica -una organización más pequeña y con menos recursos militares que Hamás- la mayor parte de los enfrentamientos directos con Israel con el lanzamiento regular de cohetes que eran fácilmente interceptados por las defensas israelíes; pero también ejerciendo el control de un territorio descrito de manera tan ritual como apropiada como una «prisión al aire libre» y una «olla a presión», debido a que la población ultradensa que vive allí carece de todo: agua potable, alimentos, acceso a la atención sanitaria, por no hablar de la ausencia total de perspectivas de salir de Gaza o de futuro.

Sin embargo, fue este hombre quien lanzó una forma de confrontación con Israel que para muchos resultaba imposible. En la sociedad israelí, como en gran parte de la sociedad palestina, prevalecía hasta hace poco la idea de que una acción palestina a gran escala ya no era posible, dada la desproporción de fuerzas, tanto militares como diplomáticas.

Cambio de escala

La primera intifada, conocida como la «guerra de las piedras» por las imágenes de hondas empuñadas por adolescentes palestinos, se desencadenó en 1987 en el campo de refugiados gazatíes de Jabaliya. Fue un levantamiento popular masivo, marcado por barricadas, desobediencia civil y manifestaciones en las que las mujeres estaban masivamente en primera línea.

Duró hasta 1993 y la firma de los Acuerdos de Oslo, y dejó unos 300 israelíes y 2.000 palestinos muertos. En 1987, durante esta primera intifada, se creó Hamás en Gaza; su guía espiritual, el jeque Yasin, fue detenido y encarcelado en Israel en 1989. Yahya Sinwar fue detenido por los israelíes en 1988. Durante 23 años estuvo en las cárceles israelíes.

La segunda intifada, que comenzó en 2000, fue un enfrentamiento mucho más militarizado entre Tsahal y los Tanzim, caracterizado por grandes atentados suicidas en centros urbanos israelíes, lanzados principalmente por la Yihad Islámica y el Hamás, que sobrevivió al asesinato selectivo en 2004 de sus dos fundadores, Ahmed Yassine y Abdel Aziz al-Rantissi. Se calcula que unos 1.000 israelíes y 3.000 palestinos murieron en este enfrentamiento armado, que duró casi cinco años.

Aunque las cifras sólo cuenten una pequeña parte de la historia, el ataque perpetrado por Hamás el pasado fin de semana, con un balance de más de 700 muertos en el lado israelí y casi 600 en el palestino (las cifras siguen aumentando, ndt), ha cambiado la escala del conflicto israelo-palestino.

Si bien la cifra de muertos palestinos desde el pasado mes de enero había alcanzado récords nunca vistos desde hace años, y a pesar de que los atentados mortales de palestinos contra israelíes han sido habituales desde la llamada «intifada de los cuchillos» de 2015 (https://www.mediapart.fr/journal/international/061115/en-palestine-la-generation-du-mur-est-dans-l-impasse), hasta las acciones cometidas en los últimos meses por jóvenes que decían pertenecer a nuevos grupos de combatientes palestinos en las zonas de Naplusa y Yenín (https://www.mediapart.fr/journal/international/080323/de-jenine-naplouse-la-jeunesse-palestinienne-fulmine), la idea de que la seguridad de Israel podía verse realmente vulnerada ya parecía haber retrocedido definitivamente.

Al lanzar a sus hombres armados y entrenados contra el sur de Israel, Yahya Sinwar plantea a los israelíes un desafío que el gobierno de Netanyahu no había previsto, a pesar de que la posición del líder de Hamás en Gaza era pública y conocida por las autoridades militares israelíes.

En abril de 2022, durante una de sus contadas apariciones públicas y tras una oleada de atentados que había dejado a varios israelíes muertos, Yahya Sinwar había declarado: «Tendrán que prepararse para una gran batalla si Israel no deja de atacar la mezquita de al-Aqsa»

Y, en un largo artículo publicado en el verano de 2021 (https://www.haaretz.com/israel-news/security-aviation/2021-07-20/ty-article-magazine/.highlight/theres-something-new-about-hamas-leader-in-gaza-since-the-war-israel-is-concerned/0000017f-e3e6-d568-ad7f-f3eff09c0000), el periódico Haaretz citaba a varias fuentes militares anónimas que señalaban cambios en su carácter, algunos de los cuales estaban relacionados con el hecho de que acababa de conseguir ser nombrado de nuevo jefe de Hamás en Gaza durante las elecciones internas celebradas por el partido islamista en marzo de 2021.

Frente a la candidatura de Nizar Awadallah, considerado un defensor radical de la guerra total con Israel, Yahya Sinwar habría radicalizado su enfoque y asumido las voces críticas que lo acusan de haber abandonado, a pesar de sus proclamas, la opción militar y de contentarse con gestionar Gaza con el dinero de Qatar y la ayuda internacional.

Según una de las fuentes de los servicios de seguridad citadas en el artículo de Haaretz, Yahya Sinwar ya no se ve a sí mismo como un simple dirigente de un partido palestino, sino que «se comporta como si tuviera la misión, encomendada por Dios, de proteger Jerusalén y Al-Aqsa». Una misión que habrá infligido una de las peores tragedias de la historia de Israel y que hoy sumerge a Gaza en la incertidumbre.


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