por Margarita Labarca, México
Terminado hoy 5 de junio el escrutinio para la Suprema Corte de Justicia de México, el que
obtuvo más votos, 6 millones doscientos mil y tantos, fue Hugo Aguilar Ortiz. Se debía
elegir a los 9 miembros de esa Corte. Había 5 mujeres y cuatro hombres propuestos por el
poder ejecutivo. O sea que la idea era que la presidenta fuera una mujer, en este caso Lenia
Batres, ya en funciones y miembro de una familia muy fiel a este gobierno. Pero sorpresa:
el ganador fue un hombre, un abogado indígena de la etnia mixteca, con más de 6 millones
doscientos mil votos. Lenia Batres sacó 5 millones novecientos mil votos. Una diferencia
que a Lenia jamás se le ocurriría cuestionar.
Cada uno de los 9 elegidos presidirá la Suprema Corte por turnos de dos años.
Las relaciones del poder ejecutivo con el judicial eran tensasa desde hace tiempo. No sólo
porque la judicatura era derechista, ineficiente y corrupta, sino que despreciaba al gobierno
de izquierda. La presidenta de la Suprema Corte, Lucía Piña, no se puso de pie como todo
el mundo, para recibir a López Obrador en la conmemoración de la Constitución de 1917.
Ese tipo de groserías, poco comunes en Mexico, representaban las grandes diferencias que
había entre los poderes del Estado.
¿Y qué dijo Hugo Aguilar cuando ganó? Pues simplemente exclamó “Ya nos tocaba”.
Es difícil saber su biografía completa porque ni Wikipedia ni nadie ha tenido tiempo de
hacerla hoy. ¿Quién es su esposa, sus hijos, sus padres? ¿Sus lugares, formas de vida, su
situación económica? Ni idea, pero seguramente mañana o pasado ya se sabrá.
Lo que es muy cierto es que nos recuerda a Benito Juarez, hay varias semejanzas: ambos
son de Oaxaca y ambos abogados y muy populares. Pero las diferencias son enormes, pues
no es lo mismo ser un personaje del Siglo XIX que uno el Siglo XXI, ni ganarle la guerra a
los franceses y hacer fusuilar a Maximiliano, que ganar la presidencia de la Corte sin fusilar
a nadie.
Don Benito era pastor de ovejas en su pueblo de Guelatao, y un dia, a los 14 años, cuando
se le perdió una oveja y pensó que lo iban a apalear por eso, se fue caminando con lo puesto
durante decenas de kilometros hasta la capital del Estado de Oaxaca. Llegó a la casa donde
trabajaba de cocinera su hermana y allí comenzó su vida tan conocida. Gracias a la bondad
y comprensión del patrón, estudió y hasta se casó con su hija.
Lo que más interesa conocer de los indígenas de ayer y de hoy, es su cosmovisión. El
asunto es complejo, pero para decirlo en cortito, copio lo que aparece en Internet:
“La cosmovisión indígena se refiere al conjunto de creencias, valores y sistemas de
conocimiento que dan sentido a la vida de los pueblos indígenas.Es una visión del mundo
que determina la forma en que entienden y se relacionan con el cosmos, la naturaleza, la
sociedad y a veces, el mundo sobrenatural”
Sobre Hugo Aguilar hay un escueto curriculum que señala lo siguiente:
“Inició su vida laboral en 1989 como auxiliar en la Procuraduría de Defensa del Indígena
en la ciudad de Tlaxiaco. En 1993 fundó la asociación civil Servicios del Pueblo Mixe,
dedicada a la asesoría y defensa de los derecho indígenas.
En 1996 integró el cuerpo asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Entre 1996 y 2010 ocupó el cargo de asesor de varias comunidades indígenas oaxaqueñas
que enfrentaban conflictos diversos.
Gran parte de su trabajo fue en el gobierno del expresidente Andrés Manuel López
Obrador.
Se encargó de coordinar las consultas sobre los proyectos del exmandatario como el Tren
Maya, el Corredor Interoceánico, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y otros.”
Sus propuestas en materia judicial fueron las siguientes
1:Para una justicia congruente con la realidad, se debe impulsar una función jurisdiccional
en territorio, incorporando visitas in situ, el diálogo con las personas y la búsqueda de la
situación efectivamente planteada, sin formalismos excesivos. Hay que asumir una actitud
abierta para aprender del otro, su especificidad, contexto y su realidad. De esta forma, los
argumentos que sustenten las resoluciones no serán simples razonamientos formales, sino
basados en la realidad.
2: Se debe tener presente el carácter terminal que tienen las resoluciones, y que nadie posee
la verdad absoluta. Fortalecer un enfoque multidisciplinario, dando intervención a las
instancias especializadas, ampliando y consolidando la figura de Amicus Curiae.
Asimismo, hay que privilegiar el diálogo con las partes para examinar con mayor
profundidad las controversias.
3: Evitar que la función jurisdiccional sea obstáculo del cambio social. Habrá que estar
atentos al contexto nacional para la resolución de los temas centrales de la vida pública.
Para ello, se debe privilegiar un diálogo republicano entre los poderes de la Unión, las
Entidades Federativas, los Municipios, los Pueblos y comunidades indígenas y
afromexicanas.
La toma de posesión de las nuevas autoridades no será inmediata. El Instituto Nacional
Electoral (INE) tiene como plazo el 10 de junio para culminar con los cómputos. El 15 de
junio se informarán los últimos resultados.Y el 28 de agosto es la fecha final para aceptar
impugnaciones del proceso electoral.
Es todo lo que se sabe por ahora.