Por Jorge Gálvez (Coordinador Nacional del Mov. Soberanistas)
El gobierno de Gabriel Boric entregó el litio chileno a la empresa Soquimich (SQM) en el 2023 a través de un acuerdo en dos etapas: la primera hasta 2030 y la segunda hasta 2060. SQM, empresa vinculada al yerno del dictador Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou, y a su heredera Francisca Ponce, nieta del dictador, mantiene una posición privilegiada en la explotación del recurso estratégico.
En diciembre de 2023, Codelco y SQM alcanzaron un acuerdo para formar una asociación público-privada destinada a la explotación conjunta de litio en el Salar de Atacama. En lugar de nacionalizar toda la producción del litio, el gobierno de Boric optó por entregarla a empresas privadas, favoreciendo a SQM, una compañía históricamente vinculada a actos de corrupción y financiamiento político en Chile.
Además, el gobierno permitió que la explotación del litio chileno también quedara en manos de Albemarle Corporation, una empresa estadounidense cuyos principales accionistas incluyen a BlackRock, uno de los pilares del globalismo neoliberal y del capital financiero mundial. Cabe destacar que BlackRock también posee acciones en SQM, consolidando su control sobre la industria del litio en Chile.
Los vínculos del gobierno de Boric con el capital financiero globalista son evidentes. En 2022, una delegación de congresistas demócratas de Estados Unidos visitó Chile en un viaje financiado por la organización de George Soros, Open Society Foundations. Durante su visita, se reunieron con Boric para discutir, entre otros temas, la industria del litio en Chile.
BlackRock y el control financiero global
BlackRock no es solo un gestor de inversiones; controla participaciones en las principales corporaciones del mundo, incluyendo gigantes de la industria, la energía, la tecnología y el sector farmacéutico. Su poder se basa en la propiedad de acciones y la influencia en los directorios corporativos, lo que le permite determinar políticas empresariales y, en consecuencia, influir en gobiernos y economías enteras. Además, ha sido clave en la expansión del neoliberalismo al fomentar la privatización de servicios públicos y pensiones, así como la financiarización de la economía, donde el valor de las empresas ya no se basa en su producción real, sino en la especulación bursátil. También influye en la política monetaria de los Estados mediante su poder sobre los bancos centrales.
La candidatura de Carolina Tohá
En este contexto, la candidatura presidencial de Carolina Tohá se perfila como parte de las negociaciones políticas y económicas que garantizan los intereses del capital financiero en Chile. Su postulación no solo responde a la necesidad de continuidad de profundización de modelo neoliberal impulsado por Boric, sino que también se inscribe en las disputas entre distintas facciones del globalismo: los globalistas financieros (Soros, BlackRock, Rothschild, entre otros) y los globalistas “nacionalistas” (representados por figuras como Donald Trump). En esta pugna y lucha por el dominio de América Latina, el gobierno de Boric se alinea con los primeros.
En este sentido los actos de corrupción de Tohá quedan sólo en la anécdota, tanto su vinculación con uno de los mayores escándalos de financiamiento ilegal en Chile, el caso SQM en su rol como presidenta del Partido por la Democracia (PPD) entre 2011 y 2012 donde recibió millonarios aportes de SQM a través de la fundación Chile Ambiente, utilizada como entidad de formación política del partido.
La candidatura de Tohá, representa la continuidad de la alineación globalista del gobierno de Boric, y la consolidación de los intereses del capital financiero en Chile, con BlackRock y SQM como actores centrales en la explotación del litio y bajos otros mecanismos la financiación de la política nacional.