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No hay salud…

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Pobre presidente de Chile… confrontado a tantas exigencias del gran capital… 24 horas al día no le serán suficientes. El apetito por el lucro es insaciable… ¡Haberlo sabido antes!
Salud
No hay salud…

POLITIKA
Escribe Luis Casado

Quienes nos encontramos lejos de los pagos solemos leer los titulares de la prensa con una ansiedad mezclada de aprensión, algo pringada de la esperanza que jamás nos abandona. Es una suerte de optimismo sobreviviente, duro de matar, acostumbrado a regresar del infierno visto que – como está escrito – su destino se resumiría desde la noche de los tiempos en “ser entregado en manos de pecadores que iban a crucificarlo, pero que resucitaría al tercer día” (Mt 28,1-10).

El tema se asemeja a la recurrente experiencia de quienes – en los años de mi adolescencia – iban a jugar su escaso dinero a las patas de los caballos en el Hipódromo Chile, sin cansarse nunca de perder plata ni abandonar la fe que les habitaba: la de resolver un domingo, de una vez por todas, las estrecheces del diario vivir gracias a un dato fijo en la , dato que les había confiado un paseador como generosa retribución a las dos cervezas que ofrecían de rigor: la del caballo y la suya.

En esa estamos desde hace medio siglo, y nos parecemos a esos republicanos españoles que antes que nosotros, entre copa y copa, proclamaban con un convencimiento estremecedor y una voz de sin lugar a dudas: Mañana cae Franco.

Franco no cayó, y sus sucesores se apañaron para no alejarse demasiado de los rumbos que el Caudillo le imprimió a Expaña, con el pretexto de democratizar el coso y adecentar el local, manteniendo las osamentas de las víctimas convenientemente disimuladas al borde de las carreteras de La Mancha con taxativa prohibición de buscarlas. La Unión Europea, que tantas depravaciones tolera y oculta, en este como en otros casos mira p’al otro lado y santas pascuas.

Entretanto, de vez en cuando, y de cuando en vez, recibimos noticias desde el terruño, noticias que parecen escritas en jeroglíficos: para entender tienes que descifrarlas en plan Champollion, piedra de Rosetta incluida. Para muestra un botón, extraído del diario madrileño El País.

“Boric busca una salida de urgencia para evitar el colapso del sistema privado de salud de Chile
Un fallo de la Corte Suprema agudizó el complejo momento de las aseguradoras, obligadas a devolver 1.400 millones por cobros en exceso”

En Chile las enfermedades no son una calamidad, sino un negocio extremadamente rentable para los inversionistas que lucran con estas cosas.

Y hete ahí que el sistema privado de Salud, el paradigma de la modernidad y la eficiencia neoliberal, está a punto de colapsar. ¿En serio? Aún cuando las aseguradoras, – metáfora que designa bichos heterótrofos cleptoparásitos que viven de la sangre del prójimo –, cobran en exceso y la Corte Suprema las obliga a devolver 1.400 millones de pesos lo que parece agravar su frágil situación financiera.

No solo en Chile existen estos engendros. El genio nacional no da para una exclusividad. Pero en otros sitios, como en Europa por ejemplo, su eclosión, su sustentabilidad, su viabilidad, su rentabilidad y su proliferación están garantizadas por el dinero público.

Hacen falta mucha arrogancia, mucha soberbia y una fuerte dosis de cretinismo para definir un “mo’elo ‘e negosio” basado solo en lo que quiera pagar el riquerío. Los europeos, tal vez influenciados por el símbolo de la igualdad nacido en la Revolución Francesa, crearon sistemas universales, o sea destinados a toda la población, cuidando desde luego que tales sistemas contasen con la financiación necesaria. Eso suma muchos cientos de miles de millones de euros.

Entonces, cuando ese billete ya estaba garantizado, aparecieron las aseguradoras para mamar su ración de beneficios. El pretexto fue de una sencillez bíblica: las instalaciones públicas son insuficientes, lo que genera espacio para la actividad privada. Y las instalaciones públicas son cada vez más insuficientes porque los gobiernos neoliberales reducen personal, cierran establecimientos hospitalarios, reducen las inversiones… No sé si captas la genialidad del método.

Ese sí es “mo’elo ‘e negosio”: el billete ya está y es público. De lo que se trata es de orientarlo hacia el sector privado que, como queda dicho, es un animal heterótrofo cleptoparásito. En Chile como en Europa.

Tan atrasados no estamos.

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