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República Saharaui, Marruecos y políticos tarifados. Por Arturo Alejandro Muñoz

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República Saharaui, Marruecos y políticos tarifados.Por:Arturo Alejandro Muñoz

Dice Wikipedia:
<<Magreb Al Arabi (en árabe المغرب al-Maġrib;) es la adaptación al español de una voz árabe que significa «lugar por donde se pone el sol», el Poniente, la parte más occidental del mundo árabe.
También conocido como el noroeste de África, el Magreb Árabe (المغرب العربي al-Maghrib al-‘Arabi), es una subregión del norte de África que es efectivamente una parte occidental del mundo árabe y es predominantemente musulmana. La región incluye Argelia, Libia, Mauritania (parte de África occidental), Marruecos y Túnez, que son todos los estados miembros de la Unión del Magreb Árabe (UMA), excepto el Sahara Occidental cuyo territorio se encuentra ilegalmente ocupado por Marruecos. A partir de 2018, la región tenía una población de más de 100 millones de personas>>
En textos, apuntes y documentos de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, es posible leer lo siguiente:
<<España ha tenido una larga relación con el Sahara Occidental. Desde el siglo XIX colonizó el territorio y en 1961 lo incorporó al reino de España como una provincia más, es decir, no como una colonia, lo que dio a los saharauis el estatus de ciudadanos españoles. Sin embargo, Naciones Unidas pidió en ese contexto que el Sahara Occidental siguiera el camino de la descolonización, en la misma dirección de los demás países de África. Frente a ello, en 1974 el gobierno español propone la realización de un referéndum de independencia que decidiría el estatus final del territorio saharaui, sin embargo, la dictadura de Francisco Franco opta en 1975 por una retirada del territorio saharaui sin que se hubiese llevado a cabo la votación.
Tras la retirada española, dos países se interesan por ocupar el Sahara Occidental e incorporarlo a sus límites, Marruecos y Mauritania. Para el reino de Marruecos, dirigido entonces por Hassan II, el avance sobre el Sahara Occidental significó aunar fuerzas nacionalistas para salir de una crisis política interna que desestabilizaba el régimen. El 6 de noviembre de 1975 Marruecos da inicio a lo que se conoció como la Marcha Verde, un programa de ocupación del país saharaui que llevó a 350 mil marroquíes civiles a cruzar la frontera instados por el rey, cosa que tuvo como objetivo frenar cualquier intento de referéndum por parte de España y que esta aceptara la cesión del territorio a Marruecos.
En fin, más allá de las líneas anteriores resulta claro y contundente que el reino de Marruecos actúa tal cual lo hace cualquier invasor de territorios que nunca le pertenecieron, toda vez que al igual que el Sahara Occidental, ese reino también fue colonia de España durante largas décadas. Hoy, apoyado en el uso y abuso de la fuerza, Marruecos invade el territorio saharaui pretendiendo unirlo a sus propias extensiones territoriales.

Y en este punto entran a tallar varios conocidos políticos chilenos mostrando impúdicamente sus características de individuos corruptos, totalitarios y, aunque pueda dolerles mucho esta expresión, colonizados. Aún más, en estos avatares esos políticos miembros de tiendas derechistas, centroizquierdistas, y democristianas, vociferan y pontifican en su país “defendiendo la libertad y la democracia”, amén de la independencia que debe acompañar siempre a la soberanía de los pueblos… vale decir, al pueblo soberano de cada país, nación, reino o territorio. Pero son verdaderos ‘padre gatica, que predican pero no practican”. Y se esmeran en demostrarlo… incluso se ufanan de sus inconsecuencias.
Adoradores del poder y yanaconas de los poderosos, esos políticos nuestros son adocenados y conquistados con invitaciones a Rabat (capital de ese reino), visitas a palacio, paseos por doquier, agasajos de primerísimo nivel y, por cierto, ‘alguna otra cosita’ que engorda sus cuentas bancarias. En ello, Marruecos puede dar cátedra. Los políticos chilenos rápidamente olvidan sus pontificaciones de campaña, e incluso su propia ideología y nen algunos casos se deshacen incluso de sus creencias religiosas… todo por dinero, por vivir a lujo total, por estar arriba de un avión en primera clase y cenar en un palacio real similar al de los cuentos de hadas y agenciarle magníficas oportunidades de negocios no siempre lícitos a aquellos enriquecidos que, en realidad, son sus mecenas en cada campaña y en todo momento.
¿Qué lo anterior significa dar visto bueno a la invasión de un país, y a la sumisión de sus habitantes? ¿Qué importa si lo principal es estar al lado del poderoso, allí donde abunda el oro y el aceite fenicio?
Pero, ¿qué dirán en Chile los electores cuando sepan lo que sus representantes han apoyado allá en el Magreb?
La verdad es que los electores no dirán nada, pues la ‘prensa canalla’ (TV abierta, EMOL, COPESA) se encargará de silenciar esas noticias, omitirlas, amañarlas, negarlas si es preciso. La cuestión es mantener -a través de la desinformación- el statu quo internacional y el inmovilismo popular, todo en beneficio de los predadores de siempre, pues de los bolsillos de estos sale la moneda que se disputan a puntapiés, insultos y escupitajos nuestros políticos.

Por cierto que daremos los nombres de varios de ellos. Helos aquí:
Fidel Espinoza (PS) lobista de Marruecos, senador que organizó viaje a Rabat del Parlamento Andino, obviamente financiado por el reino de Marruecos a objeto de obtener visto bueno para su invasión y apropiación de territorios ajenos.
Roberto León (DC) otro lobista de Marruecos que años atrás apoyaba fervorosamente la causa saharaui, pero fue invitado por el gobierno marroquí a viajar a Rabat y egresó reconvertido en principal lobista a favor de la invasión marroquí del territorio saharaui.
Sergio Gahona, senador UDI, quien viaja frecuentemente a Marruecos y jamás informa las razones de sus visitas.
Lo mismo ocurre con los siguientes políticos chilenos, quienes han sido “domesticados” por las autoridades marroquíes para obtener de ellos oficialmente el visto bueno a los deseos expansionistas de ese reino:

Gabriel Silber (DC)
Claudia Nogueira (UDI)
Cristián Monckeberg (RN)
Paulina Núñez (RN)
Daniela Cicardini (PS)
Gonzalo Fuenzalida (RN)
Guido Girardi (PPD)
Jorge Tarud (PPD)
Iván Moreira (UDI)
Pablo Longueira (UDI)
Andrés Chadwick (UDI)
Juan Antonio Coloma (UDI)
Francisco Chahuán (RN)
Jorge Pizarro (DC)
Juan Pablo Letelier (PS)
Jaime Quintana (PPD)

Hay más, por supuesto que hay más, pero mencionar a los que usted ya leyó parece suficiente para entender que nuestros ‘hombres públicos’ son esclavos de la corrupción, y en algunos casos demonios de la traición, como ocurre con aquellos dizque socialistas que luego de visitar Marruecos reniegan de todo su pasado, de sus raíces, de sus palabras de ayer e incluso de sus conciencias.
Imposible no desacreditarlos si se sabe que ellos han sido (y siguen siendo) manejados por el principal administrador de la información y política marroquí en Chile, Juan Carlos Moraga Duque, epítome del engaño y traición política. Vea usted lo siguiente, estimado lector.
Hace ya algún tiempo, funcionarios de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos (Bridec) de la Policía de Investigaciones detuvo a quien fuera presidente del controvertido Partido Socialista Chileno, Juan Carlos Moraga. Fuentes policiales precisaron que la diligencia se concretó a raíz de tres órdenes de arresto pendientes por estafas, las cuales habría cometido el dirigente en diversas ocasiones. Juan Carlos Moraga creó -aproximadamente en 1983- el llamado Partido Socialista Chileno para defender al general (r) Augusto Pinochet y fue además ex militante de la Juventud Socialista de San Antonio hasta 1973, para luego huir a Francia.

En tanto, el periodista André Jouffe, en su artículo “Perfil del nuevo voto de oro” publicado en “El Periodista”, menciona a Moraga al referirse al senador independiente de la Región de Magallanes, Carlos Bianchi: “Personaje contradictorio, Bianchi habla de nacionalismo pero se opuso a la creación del partido regionalista, e incluso lo boicoteó al saber que su líder era Juan Carlos Moraga, antiguo socialista renegado, que luego de ser autorizado en 1987 por la dictadura para formar un conglomerado PS-PR junto a Carlos Morales con el fin de votar por el ‘no’, hizo un escandaloso llamado a última hora a sus adherentes a optar por el ‘sí’”.

Podríamos continuar, páginas y páginas, relatando los avatares de Moraga Duque, como por ejemplo aquellos que lo ligan a ciertas organizaciones de supuesta ‘ayuda social’, y que, tal vez, sólo tenían como principal objetivo ejercer influencia en las cúpulas de la administración del estado –o de organizaciones supranacionales- a favor de los dueños del oro.
Tiempo después se le vio coadministrando, o dirigiendo, una organización bautizada con el llamativo nombre de “Derechos Humanos Sin Fronteras”, desde donde trabaja pertinazmente para evitar que el pueblo de la República Árabe Saharaui (RASD) sea el legítimo propietario del Sahara Occidental (ex Sahara Español), como histórica y culturalmente la avalan a a la RASD. Como se sabe, la RASD cuenta con el apoyo de más de 80 naciones, y fue la fundadora de la ‘Unión Africana’. Sin embargo, el año 1976, Marruecos y Mauritania invadieron militarmente la zona. Mauritania se retiró de ello pocos años después, pero Marruecos insiste en considerarla parte de su propio territorio.
Adivine usted, querido lector, en qué lado se ubicó de inmediato Moraga Duque. Fácil saberlo, ¿verdad?… en el del invasor, en el del poderoso, en el del injusto. Huelgan comentarios.

Ese es el hombre que “maneja y ordena” a varios parlamentarios socialistas y ppd chilenos como Guido Girardi, Juan Pablo Letelier, Daniela Cicardini, Jorge Tarud, Fidel Espinoza y otros, además de los democristianos Jorge Pizarro y Gabriel Silber.
¿Cuál es el objetivo que tiene el reino de Marruecos al conquistar a estos políticos tarifados? Obviamente, el propósito final es que ellos presionen al gobierno de Santiago para que este -oficialmente- declare su apoyo incondicional a los intereses marroquíes en sus afanes por agenciarse los territorios de la República Saharaui.
Una avergüenza, sin duda, pero nuestra prensa nada dice, nada informa… y nuestras instituciones ‘que funcionan’, simplemente no lo hacen… no funcionan, como es el caso de Transparencia que aún no responde a los requerimientos planteados por decenas de personas en cuanto a exigirles a varios de los políticos mencionados en estas líneas explicar las razones de sus viajes a Rabat. Silencio cómplice que se siente respaldado no sólo por poderosos intereses financieros y políticos, sino también por una prensa que cojea en su labor de informar adecuada, objetiva y oportunamente al público.
Todos tarifados, todos dispuestos a ser comprados fácilmente. Y ello -que en materias internacionales muchos de nuestros políticos son venales y carecen de moral- Rabat lo sabe, Tel-Aviv lo sabe, Washington lo sabe…pero el electorado chileno aún lo desconoce.

19 de marzo de 2023.

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