Hace 75 años falló el intento de asesinar a Hitler.
por Deutsche Welle.
Reproducido de Nuevo Correo de los Trabajadores
Ningún otro acto de resistencia contra el nacionalsocialismo tuvo un efecto tan trascendente como el intento fallido de asesinar a Hitler, en 1944. Sin embargo, hasta el día de hoy (20 de julio, nota CT) sigue siendo controvertido.
A las 12:42 detonó la bomba en el cuartel «Wolfschanze», en Prusia Oriental. Debería haber matado a Adolf Hitler. Fue colocada por el oficial de la Wehrmacht Claus von Stauffenberg. Inicialmente fue un nacionalsocialista convencido, pero en ese momento ya no vía otra posibilidad que el asesinato del Führer. «No queda más remedio que matarlo», dijo a sus confidentes más cercanos unos días antes.
Stauffenberg no solo es el que pone la bomba, sino también el organizador más importante de un intento de golpe de Estado a gran escala por parte de círculos conservadores, que incluye a altos rangos militares, diplomáticos y funcionarios. El coronel Stauffenberg abandonó el cuartel el 20 de julio de 1944, poco antes de que explotara la bomba y, mientras volaba a Berlín en una avioneta militar, estaba convencido de que Hitler había muerto.
Una mesa salva la vida a Hitler
Pero Hitler sobrevivió con solo unas heridas leves. La pesada mesa de roble y las ventanas abiertas del salón desviaron la onda expansiva de la explosión. Mientras tanto, en Berlín, hay retrasos y fallos en la coordinación entre los conspiradores. Algunos permanecen inactivos o incluso cambian de bando. El golpe de Estado había fracasado. Hitler se dirigió al pueblo por radio y habló de la «providencia» que lo había salvado. Stauffenberg y varios conspiradores son arrestados y fusilados en la noche.
«El Holocausto no les interesaba»
La conmemoración del atentado fallido tiene su propia historia. Mucho después del final de la guerra, los involucrados seguían siendo considerados traidores. A la mujer de Stauffenberg se le negó inicialmente la pensión de viuda de un oficial. Pero más tarde, los conspiradores recibieron el estatus de héroes. Ahora hay calles, escuelas y cuarteles que llevan sus nombres.
Pero también hay voces críticas. El biógrafo de Stauffenberg Thomas Karlauf señala que el grupo no actuó hasta el verano de 1944, poco después de que los Aliados desembarcaron en Normandía. En 1940, Stauffenberg seguía elogiando las rápidas victorias militares sobre Polonia y Francia: «¡Qué cambio, en qué momento!» Entre los miembros de la resistencia militar hubo un muy, muy largo proceso de reflexión, explica el historiador alemán Wolfgang Benz. «El Holocausto no les interesaba en absoluto. Como la derrota militar se avecinaba, llevaron a cabo un golpe de Estado en un intento de ‘salvar lo que se pudiera salvar’ para Alemania», añade Benz.
Stauffenberg no sirve de ídolo para los derechistas
Su colega Johannes Hürter opina que Stauffenberg no era un demócrata, sino que tenía en mente una forma autoritaria de gobierno para Alemania si el asesinato hubiese tenido éxito. Wolfgang Benz juzga con menos dureza: «En cualquier caso, Alemania se habría convertido en un Estado de derecho. Pero una democracia tal como la conocemos hoy, no fue la visión de los conspiradores del 20 de julio».
¿Sirve Claus von Stauffenberg por eso como figura de identificación para la derecha en Alemania? El partido de derecha populista AfD se remite repetidamente a Stauffenberg Un cartel del partido AfD con el retrato de Stauffenberg recordó al público en 2018 su supuesto legado: «La desobediencia civil y el pensamiento crítico son un deber cívico». Otros grupos derechistas usan una bandera diseñada por uno de los conspiradores del 20 de julio. No solo la nieta de Stauffenberg, Sophie von Bechtolsheim, encuentra «absurdo» hacer comparaciones entre la resistencia de entonces y lo que sucede ahora. Wolfgang Benz también encuentra que es una «barbaridad» que los círculos de derecha intenten usurpar el 20 de julio. Según él, Stauffenberg no sirve en absoluto como figura de identificación para los populistas de derecha.
Fuente: https://www.dw.com/es/hace-75-a%C3%B1os-fall%C3%B3-el-intento-de-asesinar-a-hitler/a-49657173
Hijos de traidores – Las hijas y los hijos de la Resistencia.
por Deutsche Welle/Zona Doc.
Su intento de matar a Hitler el 20 de julio de 1944 se considera hoy un acto heroico. Una tentativa que los implicados en la conspiración pagaron con la vida. Para sus hijos supuso una catástrofe cuyas consecuencias sufren hasta hoy.
Christian Weisenborn muestra en su documental encuentros conmovedores con hijos de los conspiradores del 20 de julio. Axel Smend se sigue emocionando cuando recuerda cómo su madre, con los ojos llenos de lágrimas, regresó de una reunión de padres en la escuela. El maestro le habló de las malas notas que tenía Axel en latín y añadió que «del hijo de un traidor no se podía esperar otra cosa”. El padre, Günther Smend, había sido ejecutado en septiembre de 1944. Christian Weisenborn indaga también en su propia historia familiar.
Sus padres formaron parte de una gran red de la resistencia antinazi, que la Gestapo denominaba «La Orquesta Roja”. Estaba integrada por artistas, trabajadores, comunistas, aristócratas, médicos y militares. Hombres y mujeres. Repartieron volantes ya en 1942 informando del genocidio de los judíos europeos e intentaron entrar en contacto con soviéticos y estadounidenses. Los padres de Weisenborn sobrevivieron, pero otros 52 antifascistas del grupo fueron ejecutados en 1942/1943 en la cárcel berlinesa de Plötzensee. Alfred von Hofacker y Hans Coppi hablan del dolor por la pérdida de sus padres. Y también de las dudas e incertidumbres relacionadas con la memoria asociada a sus madres y padres ejecutados.
El duelo individual se prolongó décadas en el marco de la Guerra Fría, durante la que los hijos de la Resistencia tuvieron que soportar cómo intereses políticos del Este y el Oeste determinaron, incluso, que sus padres fueran calumniados y su memoria manipulada, ignorada o distorsionada. La República Federal honró por primera vez en 1954 a los conjurados del 20 de julio. En la RDA se les consideraba reaccionarios que solo pretendía prolongar el poder de la aristocracia, de los terratenientes y de la casta militar. Esta imagen empezó a cambiarse en los años 70. Y no sería hasta el año 2009 cuando el Bundestag anuló las sentencias a muerte por «alta traición”.
Fuente: https://www.dw.com/es/hijos-de-traidores-las-hijas-y-los-hijos-de-la-resistencia/av-49637828