Semanario SurAndino 145
Las distintas facciones desarrollan desordenadas estrategias particulares
La Derecha no resuelve la ausencia de liderazgo
La gran interrogante radica en saber cómo podría, en unos años más, gobernar el país si no tiene un proyecto único, menos una estrategia común y una táctica electoral homogénea. La ausencia de un núcleo conductor unitario que ordene el sector, lo esta obligando a desarrollar solo tareas de corto aliento, pero no puede trazar un rumbo con proyección en el tiempo.
Cómo podría la Derecha ejercer el gobierno sin un núcleo de dirección sólido, esa es la gran interrogante. Es mas que evidente la división que tiene en su interior y, si bien ha podido desempeñar una labor opositora, el éxito de esta recae en lo principal, en la pésima administración
del gobierno, en el que las facciones socialdemócratas no pudieron forzar un acuerdo macro que sustentara un nuevo pacto, por tanto, Boric quedó sin espacio de maniobra y hoy está acorralado. Pero eso no resuelve el grave problema de la Derecha, que es su propio consenso acerca de una estrategia única, lo que se complica por la ausencia de liderazgo. En tal plano, nos referimos a lo que generalmente se denomina el núcleo conductor, lo que no es lo mismo que candidatura presidencial, aunque muchas veces han coincidido los personajes y, quizás, el mejor ejemplo en el sector es Sebastián Piñera. A tal grado que aún a los momentos de su trágica muerte, estaba funcionando a full time en el difícil ordenamiento de su facciones.
En dicho contexto surge la pregunta inevitable, ¿quiénes mandan en la derecha? ¿Cuál es el grupo que en los hechos dirige sus huestes? Una cuestión que en el gobierno está más que clara y que, a pesar de todos los inconvenientes, funciona mucho más eficientemente y le permite enfrentar los problemas con algo de capacidad de respuesta e, inclusive, previsión.
¿Cómo gobernará?
Las distintas facciones, empresariales o políticas, se han subdividido en diferentes grupos que ha llevado a ciertos analistas del sector a hablar de “las derechas” y, no son pocos los que elaboran cuadros en los que se agrupan tres o cuatro fracciones.
Sin embargo, al margen de ser un atractivo esquema taxonómico, hay un conjunto de principios que cruzan a todos lo segmentos y son de profunda relevancia. En primer lugar, todos son esencialmente neoliberales y tienden a preferir la construcción de un orden autoritario. Sobre la base de estos dos simples enunciados, han construido un proyecto y su gran problema es la simplicidad para poder enfrentar una realidad compleja. Si a ello se suma la dificultad para constituir un grupo conductor, el futuro no es muy halagador. Algunos analistas derechistas han alertado de estas y otras dificultades, inclusive llaman la atención acerca de los dos grandes hitos en los gobiernos de Piñera. La extensa e intensa movilización de los universitarios en el 2011 y, lo que se denomina el “estallido” del 2019.
Ambos acontecimientos históricos y frente a los cuales la Derecha no supo tener una respuesta y en la que fue acorralada a tal grado, que apenas pudo terminar su mandato y ni soñar con entregarlo a uno de los suyos.
El único propósito que hoy tienen las distintas corrientes derechistas, si llegan al gobierno, es generar un proceso de acumulación económica por parte de la clase empresarial, el que designan como “crecimiento” y, para ello, necesitan concentrar los recursos del Estado en tal estrategia, lo que va a traer mayor desigualdad. Sin tener un núcleo conductor inteligente, no durará mucho su luna de miel y tendrá que afrontar complicaciones que apresurarán su agonía.