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EL HAMBRE MATA PERO NO ES CONTAGIOSA, POR ESO NO SE TRATA

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EL TRABAJO N°498, Chile

Carlos Sanhueza

LOS MULTIMILLONARIOS DEL MUNDO, COMO CASI TODA LA
REALEZA EUROPEA Y LA MAYORÍA DE QUIENES PERTENECEN AL
PODER POLÍTICO MUNDIAL, ESTÁN COMO TODOS LOS HABITANTES DEL PLANETA DENTRO DE LA POBLACIÓN DE RIESGO, CON EL CORONAVIRUS, LOS RESFRIADOS Y CUALQUIER CONTAGIO.  ESTO ES UNA REALIDAD. PERO, QUIENES TIENEN EL PODER DE PARAR EL PLANETA, ESTÁN AL MARGEN DE TODAS ESAS OTRAS POSIBLES CAUSAS DE MUERTE. NO SUFREN HAMBRE, NI DESNUTRICIÓN, SE VACUNAN TODOS LOS AÑOS, TIENEN ACCESO AL AGUA POTABLE. NO PADECEN DE MALARIA, PORQUE NO VIVEN EN MEDIO DE MONTAÑAS DE BASURA, INFECCIONES Y MOSQUITOS.

Pueden tratarse todas las enfermedades prevenibles en sus clínicas privadas. Tienen acceso a una forma de vida que les garantiza la seguridad ante la muerte. Para los sectores sociales altos, la muerte es algo que queda lejos, después de los 80 años, y aún de los noventa. No hay muchos trabajadores que lleguen a esa edad. ¿Será que el llegar a viejo es también un privilegio de clase? Pero claro que sí. Un adulto mayor necesita, en la mayoría de los casos para poder vivir, acceso a medicamentos que le permitan estabilizar su salud. Un combo de pastillas es necesario para ello, pastillas que no pueden suspenderse. En muchas ocasiones la única forma de poder mantener la vida y a las cuales la mayoría no tiene acceso por el alto costo que tienen estos medicamentos. Hoy es conocido por todos nosotros el negocio de las farmacéuticas.

Este coronavirus ha llegado a un sector privilegiado, y es por eso por lo que se nos presenta a todo el mundo como una catástrofe y se paraliza todo. Porque el sector que está ahora siendo víctima de la impotencia de no poder hacer nada frente a la posibilidad de morirse incluye a la realeza, a los dueños de las grandes empresas mundiales, a los gobernantes del mundo.
Bolsonaro en Brasil, y Trump en EE. UU., son la excepción, aunque con una fuerte presión interna, “muerte de algunas personas”. 

Dicen sin descaro lo que es moneda corriente. Como cuando mueren niños en América Latina, en África, en Asia; cuando en Chile y en tantos otros países del llamado tercer mundo, los adultos mayores no pueden acceder al tratamiento de enfermedades curables y mueren, cuando las y los trabajadores mueren por las malas condiciones laborales todos los días, cuando mueren todas esas personas, todos esos y esas don nadie que son el costo necesario del sistema. Es: “El costo necesario del sistema”. No se puede parar el sistema porque mueran algunas personas. Sin embargo, la experiencia enseña que sólo depende de qué personas se trate.

La pandemia se desató cuando en varios países estaban creciendo las luchas por los cambios sociales con clase obrera y la juventud al frente. Estas han sido particularmente convulsivas y no parece que la pandemia y la cuarentena hayan modificado esa dinámica general. Desde la izquierda decimos que hay una salida posible para los trabajadores y pueblos del mundo, que no están condenados de antemano a sufrir los efectos de la crisis económica mundial que se acelera. Llamamos a retomar las luchas y rebeliones contra los planes de ajuste que aplican los gobiernos imperialistas y capitalistas. Decimos ¡que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores!

Resulta cada vez más necesario y urgente impulsar un plan global de emergencia anticapitalista y socialista. Exigir fondos de emergencia sanitaria, que salgan de altos impuestos progresivos a los grupos empresarios, al capital financiero y que se dejen de pagar las deudas externas. Que se aumenten los presupuestos de salud para atender la emergencia sanitaria. Es necesaria una reorganización general de la producción en función de las necesidades de la emergencia sanitaria bajo control obrero.

Que las empresas y los de arriba se hagan cargo de la crisis del coronavirus. Ningún despido o suspensión y que nadie se quede sin su salario durante la cuarentena. Reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores. Implementación de un seguro al desocupado y a los trabajadores por cuenta propia.

No existe en el mundo ningún gobierno imperialista o capitalista que esté dispuesto a llevar este programa hasta el final. No existe un “capitalismo ético”. Por eso, ante el desastre provocado por los ajustes y recortes aplicados por los gobiernos de todo el mundo se impone luchar por gobiernos de trabajadores que den urgente respuesta a las necesidades populares bien. Más que nunca hoy día la alternativa es socialismo o barbarie capitalista.

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