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*Proyecto de Ley del gobierno busca habilitar el patentamiento de las semillas y seres vivos, a partir de la adhesion a UPOV 91*
Desde la Asamblea Semillas Libres YA denunciamos el intento de adhesión a UPOV 91 que el gobierno de Javier Milei propone a partir del proyecto de ley ómnibus presentado al Congreso.
Con este pedido de adhesión, el gobierno en complicidad con las grandes corporaciones semilleras busca avanzar en la privatización de las semillas, permitiendo la doble protección (habilitando al mismo tiempo su registro y su patentamiento).
Argentina adhirió, en 1991, a UPOV 78, un convenio internacional que no permite el patentamiento de las semillas y contiene el denominado “derecho de uso propio”, que implica el derecho de los productores y productoras a guardar, intercambiar y reproducir sus propias semillas. Este convenio, en consonancia con la actual Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas, regulan hoy las semillas en nuestro país, permitiendo que exista la circulación de semillas y, por lo tanto, que se garantice la diversidad genética y alimentaria.
Las grandes corporaciones semilleras desde hace años buscan modificar esta ley y obligar al Estado argentino a adherir al convenio actualizado de UPOV que restringe el derecho de los agricultores y agricultoras y genera las condiciones para que las grandes empresas se apropien de las semillas.
De esta manera, lo único que se busca es que las semillas, el origen de nuestros alimentos, empiecen a ser concentradas y controladas por pocas manos que mueven los hilos del sistema agroalimentario global. Este proyecto de ley pone en riesgo nuestra seguridad y soberanía alimentaria y promueve la desarticulación de las cadenas de productores y productoras de alimentos que enriquecen nuestras mesas con productos sanos y diversos.
Con la adhesión a la UPOV 91 se abre las puertas al avance de las grandes empresas farmaceúticas que, desde hace muchos años, intentan apropiarse de los saberes ancestrales sobre plantas medicinales a través del patentamiento de estos seres vivos. Despojando, aún más, a las comunidades del acceso a las plantas que son base de la salud comunitaria de los pueblos.
Junto con esta propuesta, denunciamos que el proyecto avanza sobre derechos ambientales básicos que profundizan el extractivismo de nuestros bienes comunes y promueven la destrucción de nuestros territorios.
NADIE ES DUEÑO/A DE LAS SEMILLAS, NI DEL AGUA, NI DEL AIRE, NI DE LA VIDA.