“La voz del pueblo retumba en el Estadio Nacional: ¡Piñera CTM, asesino igual que Pinochet!”
Durante toda una semana los medios de comunicación oficiales, en cadena nacional la televisión hasta los diarios y las radios, han intentado mostrar a Piñera como un gran estadista, casi como un santo. Sin embargo, bastó una tarde en el Estadio Nacional para desmentir esa narrativa y demostrarle al gobierno, a la derecha y a toda la clase política que el pueblo no olvida el nefasto gobierno del empresario, acusado de corrupción y de actos de lesa humanidad.
En un estadio abarrotado, miles de personas alzaron su voz en un grito unísono que retumbó en las gradas: “¡Piñera CTM, asesino igual que Pinochet!”. Este contundente mensaje evidenció la profunda indignación y el rechazo popular hacia un gobierno marcado por la represión, la injusticia y la violación de los derechos humanos.
El clamor del pueblo en el Estadio Nacional sirve como un recordatorio poderoso para aquellos en el poder: la memoria colectiva no se borra fácilmente y las acciones de un gobierno no pueden ser maquilladas con relatos mediáticos sesgados. La voz del pueblo es la voz de la verdad y la justicia, y hoy, en este lugar simbólico de resistencia, resuena más fuerte que nunca.
Me parece. De a poco se va construyendo conciencia, y paso a paso se va desarrollando la fuerza. El mejor combustible de un pueblo convencido es su memoria. Ni perdón ni olvido reza una inolvidable consigna popular. Ningún combate aunque se pierda es inutil, siempre queda la experiencia. Ahora, gracias al estallido de octubre, los más viejos y los jóvenes podemos hablar el mismo idioma. Es necesario, para el desarrollo de la empatía, que cada generación viva su propia revolución. Por eso cada vez las represiones son más duras. Sabe el capitalismo que cualquier error le puede costar muy caro. Saben los milicos que en casi todas las revoluciones ellos han perdido. El monopolio de las armas, por mucho que se quiera controlar mediante leyes duras, no existe. ¡A SACARLE FILO AL MACHETE COMPAÑEROS!