http://vidasrebeldes.blogspot.cl/2007/12/ltimas-palabras-de-vanzetti.html
Las ‘Cartas desde la prisión’, de Bartolomeo Vanzetti, el anarquista italiano que fue ejecutado por crímenes que no había cometido y cuyas cartas a una familia que no compartía sus ideales siguen siendo hoy en día un modelo de entereza humana cabal que ni en los peores momentos renunció a su fe en el porvenir de la humanidad.
Se despide así Bartolomeo Vanzetti de sus amigos, de su hermana ‘queridísima’ y de la vida en su última carta de esta forma:
‘¿Qué importa que ningún rayo de sol, que ningún trozo de cielo llegue jamás a las prisiones construídas por los hombres para los hombres?
Yo sé que no sufrí en vano. He ahí por qué cargo mi cruz sin duelo.
Pronto, los hermanos no se batirán con sus hermanos; los niños ya no serán privados del sol, ni alejados del verdor de los campos; ya no está lejano el día en que ha de haber un pan para cada boca, un lecho para cada cabeza, felicidad para cada corazón.
Y ese será el triunfo de vuestra acción y de la mía, mis compañeros y amigos.
Afectuosamente
Bartolomeo Vanzetti’
Las ‘Cartas desde la prisión’, de Bartolomeo Vanzetti, fueron publicadas en septiembre de 1976 en España por Granica Editor. Hoy, como todo libro importante, son inencontrables.
El 23 de agosto de 1927 Bartolomeo Vanzetti fue asesinado en la cárcel de Charlestown (Massachusetts, Estados Unidos) por el cruel e inhumano método de la silla eléctrica. Había pasado más de siete años en la cárcel, acusado de crímenes que no cometió, sólo culpable de ser libertario e italiano en un país crispado por el odio y el terror ante los extranjeros progresistas.
Su ejecución, junto a la de Nicola Sacco, fue un escarnecimiento contra la creciente fuerza del proletariado norteamericano, compuesto en esos años por una inmensa mayoría de inmigrantes que reclamaban mejores condiciones de vida.
Sus dos hermanas, Luigia y Vicenzina, de convicciones profundamente católicas, no compartieron nunca los principios anarquistas que habían inspirado a su hermano. Sin embargo, se decidieron a publicar estas cartas porque en ellas intuyeron la grandeza moral de las mismas: no permanecieron insensibles ante su cálida llamada a la humanidad y la tolerancia.
‘No se avergüencen de mí -escribe en otro momento desgarrador-. Vendrá un día en que mi vida se conocerá tal cual es, y entonces todos los que se llamen Vanzetti se sentirán contentos y orgullosos de su apellido.’
Hoy en día todos los que en cualquier rincón del mundo luchan activamente por la causa de la justicia, el pan y el techo para todos los hombres por igual se apellidan Vanzetti.
Podéis oír aquí la canción que escribieran al alimón Ennio Morricone y Joan Baez en su memoria 50 años más tarde: