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TPP-11: Lo que debes saber de este proyecto de Ley. Entrevista a Lucía Sepúlveda

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En Apícola del Alba nos preocupamos por el patrimonio natural y
cultural de los chilenos, y con ello asumimos la necesidad de conocer
todas y cada una de las instancias que amenazan este equilibrio entre uso sustentable y explotación de recursos.
Durante este último tiempo venimos escuchando hablar sobre el TPP-11 y del cómo este proyecto dañaría nuestro patrimonio, lo que nos alarma y
encamina a la acción. Buscando responder preguntas generales sobre
este tema, pedimos ayuda a una destacada periodista, Lucía Sepúlveda,
quien nos explica el escenario general de este proyecto y algunos
preliminares consejos para hacer frente a lo que viene.
Lucía es periodista especializada en temas ambientales y pueblos
indígenas y también ha sido colaboradora en diversos medios electrónicos chilenos y globales, vocera de la campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, abogando para la soberanía alimentaria. Esta amiga ha trabajado
en la Red de Acción en Plaguicidas y pertenece desde hace 5 años a una
plataforma llamada Chile mejor sin Tratados de Libre Comercio que
abarca organizaciones sociales, ambientales, campesinas, de todo el país y que se ha propuesto detener el avance de este tratado, que hace poco
tiempo no era conocido por la ciudadanía, pero que ahora ha comenzado a traspasar el cerco mediático impuesto sobre el tema.
Lucía nos aclara algunas dudas a modo de introducirnos gradualmente
en el tema, aquí está lo que nos cuenta:
¿Qué es el TPP-11 y a qué países incluye?
El TPP-11 se publicita como un tratado comercial pero en realidad es una
suerte de nueva constitución para garantizar la inversión de capitales
extranjeros, porque como sabemos, Chile ya tiene tratados con
prácticamente todos los países miembros de TPP-11, por lo que no lo
necesitamos realmente. Lo que si parecemos necesitar es incentivos para
atraer, para tener más inversiones y para eso debemos estar dispuestos a
entregar todo tipo de garantías en favor de la inversión extranjera y en
desmedro del medio ambiente y de los territorios que van a estar
impactados por estos mega proyectos de inversión.
De esta manera, los miembros más connotados del TPP-11, son Japón,
Canadá, Australia y Nueva Zelanda, grandes países desarrollados países
que  buscan bienes comunes, lo que ellos llaman recursos naturales, y los
buscan acá en el sur del mundo porque no quieren dañar los recursos que
ellos tienen, o simplemente porque no tienen agua, no tienen lugares donde desarrollarlo, como por ejemplo, lo que ocurre con Japón, y por lo tanto
quieren depredar nuestro territorio y no van a trepidar, dañar, dejarnos el
impacto, porque lo que les interesa es llevarse lo que tenemos.
Hasta la fecha 7 países ya lo aprobaron: México, Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda; Singapur y Vietnam. Faltan Perú, Chile, Brunei Darussalam y Malasia. Por supuesto que el tratado hasta ahora vale sólo para
quienes ya lo aprobaron por sus respectivos congresos. Sin embargo, el
proyecto tiene cáracter de urgencia en nuestro país por eso han decidido que no sea discutido en la Comisión del Medio Ambiente del Congreso, ni
en la Comisión de DDHH, entre otras.
¿De qué manera el TPP-11 afectaría a los chilenos?
Los verdaderos redactores del tratado transpacífico TPP son las transnacionales mineras, las farmacéuticas,  las biotecnológicas como Monsanto-
Bayer y las dueñas de Internet, quienes pretenden obtener de esta manera lo que no logran a través del Congreso ni a través de tribunales y cancelar toda posibilidad de cambios en nuestro país. Se ha comprobado que los
tratados firmados por Chile desde hace décadas, han hecho mayor la
desigualdad, han generado cesantía, se siguen cerrando empresas,
aumento del consumismo, sequía, contaminación, pérdida de la
biodiversidad, incluyendo a las abejas, y muchos otros problemas
derivados de los grandes proyectos de inversión. Lamentablemente,
consideramos que el TPP es el peor de todos, porque pretende sepultar
nuestra esperanza de cambio real, de tener una nueva actuación, de tener
leyes que garanticen los bienes comunes y la educación, en vez de darles
alas y nuevos derechos a los inversores.
No podemos estar indiferentes frente a esto. Debemos estar claros en que
quienes aprueban este tratado no están escuchando la voz de quienes nos
oponemos y defendemos los derechos de todos y todas. Derechos como la
salud, derecho a la semilla, al acceso a Internet y a la soberanía frente a las transnacionales.
El público debe saber que este tratado, antes consideraba a 12 países,
incluyendo a USA que ahora salió del tratado, pero en cualquier minuto, si se va Trump y se reincorpora Estados Unidos, las antiguas disposiciones
que incluía el tratado van a ser repuestas, lo que significa por ejemplo, que se va a criminalizar la descarga libre de información de Internet o el
libre acceso a señales satelitales.
¿Qué podemos hacer como ciudadanos para hacer notar nuestra disconformidad con este proyecto? ¿Existen instancias donde nuestra
voz y presión se pueda materializar?
Primero que todo, debemos trabajar juntos para romper este cerco
mediático, porque ustedes se habrán dado cuenta que la televisión por
ejemplo, no habla de estos temas, y si habla lo hace solamente el Canciller y dando sólo una posición, no dan las objeciones de la ciudadanía. Entonces
lo que hemos diseñado como campaña es una fuerte interpelación a todos
los parlamentarios y parlamentarias que son en definitiva quienes van a
tener que decidir, puesto que nosotros y nosotras somos sus electores, o sea que es por nosotros que están allí. Por esto es que hemos elaborado esta
lista negra, donde ustedes pueden entrar a 
www.listanegraparlamentaria.cl para que desde todos las localidades
de Chile, les escriban y les manden un correo o un WhatsApp, un Twitter
(en este sitio web están sus direcciones) para presionarlos a que voten en
contra del TPP.
Esta estrategia de presión nos ha permitido este gran despliegue territorial y por supuesto también, la fuerza de nuestras razones, que están poderosamente fundadas, ya que llevamos muchos años estudiando el tema, estudiando los capítulos; son 6000 páginas, son 30 capítulos, cada uno más denso que otro, con notas al pie, con anexos, etc. Esto mismo hace que no sea un
tema fácil de manejar y el hecho de que el gobierno impusiera la “urgencia” del proyecto, haciendo que los diputados que por lo general no tienen
tiempo para estudiarlo, tomen decisiones mal fundadas con riesgo a que
suceda algo similar a los pasó con la ley de medidores eléctricos.
Pero como ven, es más que necesario que nuestros congresistas se den el
tiempo para estudiarlo a cabalidad y que al conocer el tratado lo rechacen o en el peor de los casos al menos se abstengan, porque simplemente no es un beneficio ni para mediano ni largo plazo, ni menos para la gran
mayoría de chilenos, quienes verán mermados sus derechos.
Invitamos a cada una de nuestras amigas y amigos a estar atento con lo
que pronto está por suceder. Este proyecto será discutido en el Congreso
los próximos días y para que sea tomado con la seriedad que amerita un proyecto con estas consecuencias, debemos materializar nuestro
rechazo.

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