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Pablo Abufom: las mismas élites que generaron la crisis social en Chile no pueden ser las encargadas de redactar la nueva constitución

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DEMOCRACY NOW

El martes 12 de noviembre en Chile, los manifestantes encabezaron una multitudinaria huelga nacional en la que condenaron los planes del gobierno de reformar la Constitución que data del régimen militar de Augusto Pinochet. El ministro del interior de Chile anunció el domingo 10 de noviembre que el Gobierno prepararía un borrador para una nueva constitución que el Congreso luego reelaboraría y sometería a consulta popular. Pero los manifestantes afirman que la gente debería participar en la reforma de la constitución desde el comienzo y que este es un intento del Gobierno de Sebastián Piñera de demorar las reformas políticas y sociales en Chile. Las fuerzas de seguridad chilenas mataron al menos veinte personas e hirieron a miles más desde que empezaron las protestas el 19 de octubre en respuesta al aumento de la tarifa del subte y rápidamente se convirtieron en una revuelta contra las medidas de austeridad y la desigualdad económica. Amensty International denunció al gobierno chileno por las amplias violaciones a los derechos humanos contra los manifestantes. Para saber más de este tema, hablamos con Pablo Abufom, miembro del movimiento Solidaridad, una organización feminista y anticapitalista de Chile. Abufom se comunica con nosotros desde Santiago.

El martes 12 de noviembre en Chile, los manifestantes encabezaron una multitudinaria huelga nacional en la que condenaron los planes del gobierno de reformar la Constitución que data del régimen militar de Augusto Pinochet. El ministro del interior de Chile anunció el domingo 10 de noviembre que el Gobierno prepararía un borrador para una nueva constitución que el Congreso luego reelaboraría y sometería a consulta popular. Pero los manifestantes afirman que la gente debería participar en la reforma de la constitución desde el comienzo y que este es un intento del Gobierno de Sebastián Piñera de demorar las reformas políticas y sociales en Chile. Las fuerzas de seguridad chilenas mataron al menos veinte personas e hirieron a miles más desde que empezaron las protestas el 19 de octubre en respuesta al aumento de la tarifa del subte y rápidamente se convirtieron en una revuelta contra las medidas de austeridad y la desigualdad económica. Amensty International denunció al gobierno chileno por las amplias violaciones a los derechos humanos contra los manifestantes. Para saber más de este tema, hablamos con Pablo Abufom, miembro del movimiento Solidaridad, una organización feminista y anticapitalista de Chile. Abufom se comunica con nosotros desde Santiago.


AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, soy Amy Goodman con Nermeen Shaikh.

NARMEEN SHAIKH: En Chile los manifestantes encabezaron una masiva huelga nacional el martes 12 de noviembre en oposición a los planes del gobierno de reescribir la constitución del país, que fue promulgada durante el régimen militar de Augusto Pinochet.

El ministro del Interior de Chile anunció el domingo que el Gobierno redactará una nueva constitución que será después reescrita por el Congreso y sometida a referéndum, pero los manifestantes dicen que el pueblo chileno debería estar involucrado en el proceso de reescritura de la nueva constitución desde el principio y que este es un intento del Gobierno de Sebastián Piñera de retrasar las reformas políticas y sociales que necesita el país. Escuchemos a Piñera hablando el martes.

SEBASTIÁN PIÑERA: “Todas las fuerzas políticas. Todas las organizaciones sociales. Todas las chilenas y chilenos de buena voluntad. Tenemos que hoy día unirnos en torno a tres grandes, urgentes y necesarios acuerdos nacionales. Primero, un acuerdo por la paz y contra la violencia que nos permita condenar en forma categórica y sin ninguna duda una violencia que nos ha causado tanto daño. Y que también condene con la misma fuerza a todos quienes directa o indirectamente la impulsan, la avalan o la toleran. Segundo, un acuerdo por la justicia para poder impulsar todos juntos una robusta agenda social que nos permita avanzar rápidamente hacia un Chile más justo. Un Chile con más equidad y con menos abusos. Un Chile con mayor igualdad de oportunidades y con menos privilegios. Y, tercero, un acuerdo por una nueva constitución dentro del marco de nuestra institucionalidad democrática. Con una clara y efectiva participación ciudadana. Con un plebiscito ratificatorio para que los ciudadanos participen no solamente en la elaboración de esta nueva constitución sino que también tengan la última palabra en su aprobación y en la construcción del nuevo pacto social que Chile necesita”.

AMY GOODMAN: Por su parte, Amnistía Internacional ha denunciado que el Gobierno chileno ha violado de forma generalizada los derechos humanos de los manifestantes. Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, dijo en un comunicado: “Es evidente que el presidente Sebastián Piñera no ha dispuesto de todas las medidas a su alcance para detener las graves violaciones de derechos humanos y posibles crímenes de derecho internacional que siguen ocurriendo en Chile desde el inicio de las protestas sociales. Esta continuidad demuestra que no hay una voluntad real de cambiar la estrategia fallida para atender los reclamos de la ciudadanía, con pleno respeto de sus derechos.”

Las autoridades chilenas han matado al menos a 20 personas y han herido a miles desde que estallaron las protestas el 19 de octubre, que comenzaron como respuesta a un alza en las tarifas del metro y rápidamente se convirtieron en una revuelta contra la austeridad y la desigualdad económica.

Para ahondar en esto nos acompaña Pablo Abufom, miembro del movimiento Solidaridad, una organización anticapitalista y feminista de Chile, y activista de No Más AFP, una organización que busca reformar el sistema de pensiones de Chile, privatizado durante la dictadura de Pinochet.

Gracias por acompañarnos, Pablo. Explique qué está pasando, háblenos de la masiva huelga del miércoles y de qué está proponiendo el presidente y qué piden los manifestantes.

PABLO ABUFOM: El día martes de esta semana tuvimos una huelga general convocada por los principales sindicatos del país. Tanto en el sector de la construcción, de la minería, el sector público, educación, salud además de decenas de organizaciones sociales que se sumaron a esa movilización. Eso fue en respuesta a la actitud cerrada del Gobierno y a la actitud represiva que estaba planteando desde el comienzo de esta crisis, de tratar de resolver una crisis social y política de más de 30 años de profundidad con represión. Y, en respuesta a eso, a esa actitud cerrada del Gobierno, el movimiento sindical, los movimientos sociales y el conjunto del pueblo chileno salieron a plantear que la salida en este momento es cambiar las políticas económicas y cambiar el fondo del sistema neoliberal en Chile, tanto a través de políticas públicas como a través de un cambio en la Constitución por la vía de una asamblea constituyente. Eso es lo que se está planteando como una de las principales demandas políticas de toda esta revuelta, de todo este movimiento, es cambiar, reescribir, escribir completamente la Constitución por parte de las personas, por parte de los trabajadores y las trabajadoras de Chile, y no por un grupo de congresistas o por un grupo de parlamentarios, que son los mismos, la misma elite, que nos llevó a este punto de crisis social y de crisis política.

NARMEEN SHAIKH: Pablo, le quería preguntar acerca de la manera en que las fuerzas de seguridad han estado reaccionando a las protestas. La preocupación sigue aumentando debido a la cantidad de manifestantes que han perdido un ojo tras recibir disparos de balines por parte de la policía. Según algunos informes, al menos 200 personas han recibido tratamiento por lesiones oculares que a menudo han terminado en ceguera en uno o en los dos ojos. Un periodista de The New York Times habló con pacientes en una unidad de traumatología ocular en Chile.

MANIFESTANTE: Abrió fuego. Me llegó un perdigón en el ojo. El carabinero me pesca del pelo y me arrastra hasta la camioneta. Se empezaron a burlar de mí, que iba a perder la vista, un ojo menos. El perdigón lo tengo aquí adentro.

PERIODISTA: ¿Está dentro del ojo ahorita? ¿Tienes miedo de que puedas perder el ojo?

MANIFESTANTE: Pero yo sé que Dios me va dejar igual a como yo estaba.

NARMEEN SHAIKH: Pablo, ese era el periodista de The New York Times hablando con un manifestante al que le dispararon en el ojo desde corta distancia. Podría hablarnos sobre lo que sabe acerca de la cantidad de personas que han sufrido heridas similares y sobre qué otros tipos de violencia han empleado las fuerzas de seguridad en contra de los manifestantes.

PABLO ABUFOM: Por lo menos 200 personas han recibido estos balines, que son una munición no letal disparada por carabineros, por la policía antidisturbios, en las protestas. Sabemos que son al menos 200 porque los reportes que tenemos, los informes, no son totalmente concluyentes. Los médicos han estado recibiendo presiones por parte del Gobierno para no informar de todos los casos. Sabemos también, por las características reiteradas y sistemáticas de estas agresiones por parte de las fuerzas policiales, que esto no es una casualidad. Es una orden de la Policía el disparar a la cara como una manera de violentar y de cegar a las personas en medio de las protestas. Aun así, hay cientos de miles, casi millones de chilenos y chilenas y de personas aquí en Chile que han seguido protestando en las calles. Pero, además de eso, hay más de 60 denuncias de violencia sexual en contra de mujeres y personas de la comunidad LGBTQ acá en las distintas ciudades de Chile. Incluso, un manifestante fue violado con una luma, con un palo de carabineros, mientras era detenido. Hay mujeres, jóvenes, estudiantes secundarias que han denunciado que han sido violentadas y desnudadas en las comisarías o en los carros policiales.

Por lo tanto, lo que vemos es un cuadro de violación sistemática de derechos humanos que el Gobierno se ha negado a reconocer, que las fuerzas policiales se han negado a reconocer y que incluso el Instituto Nacional de Derechos Humanos ha tenido dificultades para poder plantear debido a las presiones del Gobierno. Pero Amnistía Internacional ya ha señalado, a través de sus informes y de la comisión que tiene investigando estos casos, que hay una situación que es inédita a nivel mundial. Comparativamente, ni siquiera en Palestina, en el territorio ocupado de Palestina, la fuerza del Ejército israelí ha dejado ciegas a tantas personas como acá en Chile en un periodo tan breve de tiempo.

AMY GOODMAN: ¿Está pidiendo la renuncia del presidente? Y, para quienes están fuera de Chile, ¿podría describir quién es Sebastián Piñera y cómo se está organizando la gente en las protestas?

PABLO ABUFOM: Efectivamente, una de las demandas, una de las cosas que se escuchó en la calle desde los primeros días, fue la renuncia de Piñera porque se veía que un presidente que respondía ante una crisis social, económica y política con violencia estatal organizada por los militares y por la policía no podía ser un gobernante que respondiera a esta situación.

Sebastián Piñera es un empresario, ese es su rol en la sociedad, es su historia. Él ha actuado como un empresario desde que llegó a la presidencia la primera vez en el año 2011. Por lo tanto, eso quiere decir que ha mantenido y profundizado, al igual que otros Gobiernos en los últimos 30 años, las políticas neoliberales y el gobierno neoliberal en Chile, junto con una continua represión de los movimientos sociales.

Por lo tanto, ha sido representante de una clase social y económica que plantea un sistema cerrado, completamente cerrado al cambio. A lo que hoy, en este contexto de revuelta y de movilización, el pueblo está respondiendo con organización en los mismos barrios. Los vecinos y vecinas de distintos barrios de Santiago y de Chile se están organizando en encuentros espontáneos o en asambleas permanentes donde responden de manera organizada a la movilización. Se organizan protestas en los barrios. Pero también se está dando una discusión política sobre cuál es el futuro de nuestra sociedad y ahí encontramos el germen de una nueva Constitución. Ahí encontramos que los vecinos y vecinas están planteando cambios estructurales en términos económicos, políticos y sociales desde su propia experiencia. Eso le da una base a la demanda por una Asamblea Constituyente que no está siendo reconocida por la mayoría de los partidos políticos en Chile.

AMY GOODMAN: Cuando la gente escucha que se está proponiendo la reescritura de la constitución que se promulgó durante la dictadura de Pinochet da la impresión de que se trata de algo bueno. Explique cuales son sus demandas, en qué puntos está en desacuerdo con el presidente Piñera y cómo desearía que se llevara a cabo este proceso.PABLO ABUFOM: En este momento hay tres propuestas de cambio constitucional. El Gobierno y la derecha más dura en Chile están planteando un congreso constituyente, eso quiere decir que los mismos parlamentarios que están hoy día en el Congreso son las personas que escribirían las reformas constitucionales o una nueva constitución. Por lo mismo, siendo ellos la misma élite, lo único que resultaría sería una Constitución muy parecida a la que tenemos hoy. Hay otros sectores de la oposición que están planteando una convención constituyente que sería una mezcla entre representantes populares y elegidos por la gente, que no son parlamentarios, y algunos parlamentarios que participen en esta constitución. Esto es algo que dentro del establishment político neoliberal se está volviendo un consenso.

La masa de quienes estábamos en las calles, que estamos en los barrios organizándonos y algunos partidos políticos de izquierda, están planteando una asamblea constituyente, es decir, una con una nueva asamblea de personas, ciudadanos y ciudadanas. Esperamos no solamente personas que sean reconocidas como ciudadanos, sino también trabajadores migrantes, niños y niñas, ancianos que formen parte de una asamblea constituyente. Que vuelvan a escribir la Constitución desde cero, a partir de los principios y de las instituciones y de los derechos y deberes que esperamos para una nueva sociedad que no sea neoliberal. Que asegure los derechos sociales, que garantice una vida buena para el pueblo y no solamente para un sector de los empresarios en este país

NARMEEN SHEIK: Y Pablo, ¿Háblenos del número de manifestantes que han sido detenidos durante las protestas?

PABLO ABUFOM: Bueno, el reporte que tenemos del Instituto de Derechos Humanos hace cuatro días era que habían casi 6.000 personas detenidas. Sabemos que desde eso han pasado cuatro días y tuvimos la huelga general entre medio. Por lo tanto, el número de detenidos probablemente sea mucho mayor. La violencia y el modo agresivo con el que las fuerzas policiales están deteniendo gente se ha visto en videos y en testimonios que han recorrido las redes sociales, la Internet. Ahí lo que vemos es que hay una política de sacar a las personas de la calle violentamente, ya sea a través de los disparos o de las detenciones, como una manera de evitar el disenso y la protesta.

Pero también hay algunos casos que son emblemáticos. Por ejemplo, un militar que durante el estado de emergencia se negó a prestar servicio para reprimir a su propio pueblo y fue detenido. Ahora está libre, pero fue detenido durante varias semanas y estaba bajo amenaza de cumplir 10 años de prisión. Por otro lado, un profesor que participó en algunas de las manifestaciones y evasiones masivas que se dieron en el metro, en el sistema de transporte público en Santiago, también fue detenido y está siendo acusado bajo la Ley Antiterrorista, lo que podría significar que esté en prisión más de cinco años, y es una persona que solamente participó en una protesta y está en prisión preventiva en este momento. Eso significa que va a estar tres meses mientras dure la investigación. Eso es lo que vemos, es una política represiva, a través de una medida judicial, de una medida cautelar, de mantener a las personas en prisión durante la investigación como una forma también de sacar a las personas de la calle y de la protesta.

AMY GOODMAN: ¿Puede hablarnos del papel de Michelle Bachelet, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, en esta situación? Ella envió una delegación a Chile, algo relevante dado que ella fue presidenta del país, además la madre de Bachelet y ella misma fueron torturadas bajo el régimen de Pinochet, y el padre de Bachelet murió mientras estaba encarcelado por ese mismo régimen. ¿Qué está pasando en Chile y qué importancia tienen las investigaciones de estos organismos internacionales?

PABLO ABUFOM: Efectivamente, la atención internacional que recibió Chile durante estas semanas ha sido importante. Sabemos que por esa razón la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y también la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 25) fueron canceladas, y eran eventos muy importantes para este Gobierno cuyo Presidente Piñera se estaba tratando de posicionar a nivel regional y mundial como un líder de un capitalismo verde y de un nuevo desarrollo. Sabemos que eso, por supuesto, no era así.

El rol de Bachelet ha sido muy reducido porque, inteligentemente, ella se ha mantenido al margen de entrar en el conflicto político porque es una figura muy reconocida en Chile, pero también fue la presidenta de un Gobierno que también tuvo casos de violaciones a los derechos humanos y asesinatos de personas indígenas en el sur del país. Por lo tanto, es una figura que, si bien tiene una preponderancia en la escena política nacional, tiene que mantenerse con una cierta distancia. Su comisión todavía no ha entregado un informe, por lo tanto, no sabemos cuál va a ser el impacto que tenga. En este momento, aparentemente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y organismos como Amnistía Internacional además del Instituto Nacional de Derechos Humanos están teniendo un mayor impacto en ese sentido.

NARMEEN SHEIK: Y Pablo, ¿qué está pidiendo usted en este momento? Y ¿qué piden los manifestantes?

PABLO ABUFOM: Principalmente, la renuncia del presidente y de este Gobierno que ha demostrado ser incapaz y no tener ningún interés en resolver la crisis política ni la crisis de derechos humanos ni tampoco la crisis social y económica subyacente a todo este problema. Junto a la renuncia del presidente y de su Gobierno estamos demandando una asamblea constituyente, una demanda política global que busca cambiar las bases estructurales de la sociedad en la que vivimos y sus principios. Eso es algo que está muy instalado en la calle, en los barrios, en las organizaciones sociales y en los sindicatos.

AMY GOODMAN: Las protestas forzaron a Piñera a cancelar la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, prevista para noviembre, contra la cual muchos de ustedes iban a protestar. Piñera también canceló la cumbre sobre el cambio climático de la ONU de diciembre. ¿Cómo respondió la gente a estas cancelaciones? ¿Es esto algo secundario respecto al asunto central de las protestas?

PABLO ABUFOM: Yo diría que para quienes están siguiendo los eventos fue algo relevante que tenía, por decirlo de alguna manera, un lado positivo y un lado negativo. El lado positivo era que era una demostración de la presión popular que tenían la movilizaciones que lograron bajar al Gobierno de su sitial, de esta posición de poder controlar la situación en la que creía que estaba. También de evidenciar internacionalmente una crisis, porque sabemos que también fue por presiones externas que se suspendieron ambas cumbres. El efecto que tuvo también es que una buena parte de la atención internacional de la prensa internacional que íbamos a tener durante estos días mientras fuera la APEC y la COP tampoco están presentes.

Por lo tanto, yo creo que esa fue otra de las razones por las cuales el Gobierno decidió suspender esa crisis, porque iba a significar tener a programas de televisión, a periodistas de agencias internacionales además de los presidentes y presidentas de otros países con mucha mucha tensión sobre Chile. Y eso, en medio de protestas, hubiese sido dramático para la imagen pública de este Gobierno. Por lo tanto, hubiese sido una presión mayor, quizá hubiese significado en unos pocos días una agudización y una profundización de la crisis aún mayor. Una situación que sigue abierta porque el Gobierno, a medida que responde con respuestas a medias, que no resuelven el problema, que no abordan lo fundamental y que sobre todo, no consideran a las masas del pueblo que están movilizándose en este momento, significa que sus respuestas no llegan, no representan lo que se está buscando que principalmente es la renuncia del Gobierno, una asamblea constituyente y una serie de demandas mínimas en términos de derechos sociales y de servicios sociales garantizados para el pueblo que no están en la mesa en este momento para el Gobierno ni para los principales partidos políticos.

AMY GOODMAN: ¿Cree que el presidente debe renunciar? Y para finalizar, ¿cuál es el papel de la población indígena en estas protestas?

PABLO ABUFOM: Yo pienso que la renuncia del Gobierno en este momento es una de las pocas salidas políticas que tiene este conflicto. No me imagino en qué otra dirección podría ir esto, porque el Gobierno ha manifestado explícitamente su voluntad de no hacer los cambios estructurales que se requieren, tanto en términos políticos, económicos, sociales, etcétera. Por lo tanto, el Gobierno se ha puesto a sí mismo en una situación irreversible en términos de crisis política. Es probable que después de esta crisis la derecha no vuelva a gobernar en Chile durante mucho tiempo. Esa es la impresión que tenemos hoy en Chile.

A propósito de la participación de los pueblos indígenas, que han sido sectores altamente movilizados y muy combativos, sobretodo en el territorio ocupado de WallMapu, en el sur, donde habita el pueblo mapuche, que ha estado en un proceso de resistencia de 500 años. La militarización que nosotros vemos hoy día en Santiago y en las ciudades, con la policía antidisturbios ocupando todas las ciudades, es algo que en el sur, en el territorio ocupado de WallMapu, está hace 500 años y ha sido una pelea larguísima.

Hoy se conmemora un año del asesinato de Camilo Catrillanca, un joven mapuche que fue asesinado por fuerzas especiales de carabineros en medio de un operativo de represión en la zona. Y va a ser un día especial en términos de manifestación. Una cosa que hemos visto muy transversalmente en las protestas en las ciudades ha sido una presencia masiva de banderas del pueblo nación mapuche. Casi a la par, casi la misma cantidad que de banderas chilena. Eso da cuenta de que hay una fuerza, un reconocimiento de la valentía y de la resistencia centenaria de los pueblos indígenas en Chile.

AMY GOODMAN: Queremos agradecerle por habernos acompañado desde Chile. Pablo Abufon, miembro del movimiento Solidaridad, una organización anticapitalista y feminista de Chile, y activista de No Más AFP, una organización que busca reformar el sistema de pensiones de Chile, privatizado durante la dictadura de Pinochet. Visite democracynow.org para ver nuestra cobertura de las protestas en Chile. Soy Amy Goodman con Narmeen Sheik. Gracias por acompañarnos.

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