Ni chicha ni limonada.
La política en Chile está copada.
Mario R. Fernández y Nora Fernández
En Chile la segunda vuelta, o balotaje, es mañana domingo 19 de diciembre. Escribimos tarde, quizas, el asunto de quien gane el balotaje, Gabriel Boric o Jose Kast, no conmueve demasiado cuando uno vive lejos. Una eleccion entre dos males y la incitación a votar por el mal menor tiene limites, repite la historia, en especial cuando se nos presenta casi como emergencia moral.
El dilema del voto estratégico surge de boca de Atilio Borón (1) en su critica a la decision de no votar, o votar en blanco, que plantéa Sergio Rodriguez Gelfeinstein, que a su vez le responde (2). Es una dinámica que nos incita a envolvernos, examinar los planteamientos, incluso si entendemos que se trata de votar peras o peras, elegir manzanas o manzanas.
Borón, en favor del mal menor, define el “no votar y el votar en blanco” como una “indiferencia” grave; argumenta a traves de Gramsci, que esa indiferencia es “abulia, parasitismo, cobardia.” (1) Elegir tal definición exige una respuesta y la defensa de Rodriguez no se deja esperar. Rodriguez no sólo plantéa que la alternativa de no votar por supuesto no implica abulia, parasitismo o cobardía sino que tampoco se trata de una invitación a “indiferentes.” Rodriguez ve en Borón al intelectual con limitada vida práctica y marcada arrogancia, uno que, argumenta, puede darse el lujo de favorecer a Boric como mal menor porque si se equivoca hoy podrá argumentar mañana todo lo contrario; en esencia el precio a pagar por el no es demasiado alto. (2)
Rodriguez enfrenta una vedada acusación de personalismo, no, no se trata de hacerse el difícil, ser irresponsable o buscar gloria y como José Martí entiende que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maiz.” Tampoco se trata de lavarse las manos. Se plantéa esperar porque llora por los caídos y porque como Fidel entiende que “cuando un pueblo enérgico y viril llora la injusticia tiembla.” Es imposible votar por Boric porque Boric define a Cuba, Nicaragua y Venezuela como dictaduras. La opción no puede ser otra que no votar y al hacerlo votamos, en cambio, por el pueblo mapuche, por el pueblo chileno y por todos quienes han dado su vida en pos de una democracia de verdad –no de pacotilla. Esta invitación a negarse a ser parte de un montaje y a esperar otras opciones, que no nos obliguen a elegir “el mal menor” es totalmente valida.
En defensa de Gramsci, hay que decir, que es imposible saber realmente que diría Gramsci si viviera en Chile. Un país atrapado en elecciones repetitivas que no ofrecen futuro de transformación. Un país que proyecta una imagen de falsa complacencia al mundo pero que, lejos de ser democrático, ataca a sus hijos más vulnerables con balas, y directamente a los ojos. Vaya por la “salvaje represión” que no votar pueda desatar sobre los chilenos.
Boric, que ni “social democrata” ni con intenciones de “transformar el neoliberalismo,” es un falso extremo del contínuo de dos. Borón exagera planteando a Kast como “encarnación del mal” o que elegirlo es “entronizar el fascismo” -de golpe sangriento, a triunfo electoral. El golpe de 1973 en Chile, no require justificacion por voto popular porque lamentablemente ha sido justificado ya por muchos “conversos.” El senador Ricardo Nuñez, lo hizo años atrás durante un “mea culpa” en la Escuela Militar, culpando directamente a la ultraizquierda. (3)
La aceptación de falsos contrarios, raíz del voto estratégico, ha facilitado en Chile la continuación del modelo neoliberal impuesto. Kast es malo y Boric también lo es, negar esta realidad condena a los chilenos a no alcanzar un frente popular masivo y transformar Chile en beneficio de todos los chilenos. La sabiduría de las naciones originarias, en Canadá, plantéan el peligro del mal menor cuando identifican a los “tricksters” que definen como aquellos que parecen una cosa pero en realidad son otra.
Jeffrey Ansloos refirièndose a las conversaciones de reconciliaciòn del Primer Ministro Justin Trudeau el 2017 dijo: “Mi abuelo una vez dijo, terminas mejor lidiando con el demonio porque al menos sabes que quiere dañarte. Pero cuidate del embaucador, èl te dice lo que quieres escuchar pero antes de que te des cuenta te despoja de todo y terminas pagando alquiler por la tierra que te pertenece.”
El pueblo chileno todo esta hoy pagando a la oligarquia chilena y extranjera por todo lo que le pertenece. Solo cambios reales pueden terminar con la situación de explotaciòn que enfrentan, solo alcanzar una democracia verdadera puede terminar con la constituciòn pinochetista en favor de una constituciòn que favorezca al pueblo mapuche y al pueblo chileno.
Notas
(1) Atilio Borón, Antonio Gramsci y el balotaje en Chile, 15 diciembre 2021, https://atilioboron.com.ar/antonio-gramsci-y-el-balotaje-en-chile/
(2) Sergio Rodriguez Gelfenstein, Con todo respeto Atilio Boròn: no votarè por Boric, 17 diciembre 2021, Werken Rojo: https://werkenrojo.cl/con-todo-respeto-atilio-boron-no-votare-por-boric/
(3) Manuel Riesco, La autocritica de Ricardo Nuñez, 12 diciembre 2004, El Mostrador, https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2004/12/13/la-autocritica-de-ricardo-nunez/
(4) Jeffrey Ansloos, The trickery behind Justin Trudeau’s reconciliation talk, September 21, 2017, MACLEANS Magazine. https://www.macleans.ca/politics/ottawa/the-trickery-behind-justin-trudeaus-reconciliation-talk/
Lamentablemente los que en esta ocasión llaman a votar nulo, o a no votar, han prestado oídos sordos a las voces de Fabiola Campillay y Gustavo Gatica, y a los masivos llamados de los mundos de la cultura, de lo escritores, de los editorialistas, del mundo de la ciencia, de los premios nacionales, de los científicos, de los artistas, de la gran mayoría de los constituyentes, de los periodistas y las más destacadas voces de distintas personalidades del mundo en los más diversos ámbitos, entre otros.
Quizás lo más llamativo ha sido el llamado del trapero Pablo Chili: «Oigan voten por ese perkin culiado de Boric pero nunca por ese viejo culiado de Kast» Chili da en el clavo, irreverente y anti sistema por antonomasia, en esta ocasión la tiene más clarito que el más vanidoso de los intelectuales.
Estos últimos a través de las campañas no han logrado entender que el problema no es tanto más que votemos por Boric, pese a todas las aprehensiones que su figura nos suscite, sino que la razón primera y primordial, no es tanto la figura de él, sino por todo lo que está en juego en esta elección lo que de por sí sólo ya es bastante decir.
El que no entienda esto querría decir que queda presa de su ensimismamiento.