por Rómulo Pardo
Dirigente mapuche fue condenado a 23 años de cárcel como autor de delitos de orden público, hurtos, atentados contra la autoridad, incentivo de más de 50 ataques incendiarios.
General que bombardeó al presidente, cerró el congreso, fue responsable de miles de asesinatos, desapariciones, torturas, no fue condenado.
Por favor, no volvamos a caer en el mismo error. Hay mucha gente que le sigue dando con la idea del diálogo, por la vía de la diplomacia, con el voto mentiroso, la paloma de la paz, dando la otra mejilla, con el «sí patroncito»mande ud., ¿Hasta cuándo?. Si bien es cierto, ellos tienen todo en sus manos, la plata, la ley, la fuerza, la autoridad, la tierra, mejor educación, mejor salud, etc. Y tampoco estamos en las condiciones, en estos momentos, para enfrentar a poto pelado a un león hambriento. Pero, hagámonos la pregunta ¿dónde está el espíritu de lucha del pueblo trabajador?, ¿dónde está la inteligencia, y la inventiva?, ¿dónde esta la unidad de la masa?, ¿dónde está la creatividad de los líderes políticos?, ¿dónde están los Ho Chi Ming?. Pareciera que aquellos que se creen líderes, o están recibiendo un buen billete, o simplemente tienen miedo. Porque no se explica de otro modo que a 50 años, todavía estemos esperando un poquitito de justicia. La revuelta social no fue una idea de algún dirigente. Que se colgaron del carro de la victoria, se colgaron. Señores dirigentes tienen que desenvainar y marchar al frente. Eso es lo que quiere el pueblo, seguir a alguien que, por lo menos, le llegue un guanacazo, un garrotazo de un paco, y termine bien gaseado. En la historia siempre ha sido así. Hay que mojarse. De otra manera nunca vamos a cambiar este sistema. La guagua fascista nunca soltará la teta si no se la quitamos por la fuerza.