por Celso Calfullan.
Héctor Llaitul ha sido condenado a 23 años de cárcel solo por pensar diferente a como se debe pensar bajo el capitalismo, bajo el estado colonialista chileno.
Con pruebas falsas, con testigos falsos o como le gusta llamar al estado colonialista chileno “testigos protegidos” no existe ninguna razón para una condena tan desproporcionada contra una autoridad mapuche.
Ya lo habían intentado antes contra Llaitul con la famosa “Operación Huracán”, que al igual que ahora fue un montaje realizado por la “inteligencia de carabineros”, algo que suena a un mal chiste, dado que no existe tal “inteligencia”, las fuerzas represivas son cualquier cosa menos inteligentes.
Lo que en realidad persigue el Estado Colonialista chileno es amedrentar a todos los weichafes, a todos los luchadores del pueblo mapuche, como buenos colonialistas no han entendido absolutamente nada, el pueblo-nación mapuche lleva más de 500 años de lucha contra los imperialistas y el estado colonialista chileno.
Primero fueron los españoles los que intentaron amedrentar a los mapuche, cortando sus manos, sus narices, sus orejas y senos de las mujeres o cortando sus cabezas para asesinarlos cosa que cuando volvieran a sus comunidades los mutilados nadie más se atreviera a enfrentar a esos criminales, el efecto fue todo los contrario por cada mapuche caído en combate, nuevos mapuche tomaban su lugar para seguir luchando contra los imperialistas.
La actual injusticia cometida contra Héctor Llaitul tiene como único fin tratar de asustar, pero como siempre en la historia, las injusticias producen el efecto contrario, nuevas generaciones de luchadores mapuche, tomaron el relevo de los presos políticos como Llaitul y muchos otros mapuche que han sido asesinados cobardemente por las fuerzas represivas del estado colonialista chileno, los asesinos de los mapuche en cambio han quedado en la más completa impunidad.
Está claro que la prisión de Llaitul no frenara la lucha mapuche, esta continuara mientras exista un solo mapuche que se pueda mantener en pie.
