La Palabra Abierta
Por Leonardo Parrini
Alguna vez un amigo escritor me dijo que los poetas no mueren. Entendí la metáfora en el sentido de que su obra trasciende su vida, cuando ellos desaparecen físicamente de este mundo. No obstante, la noticia procedente de Oriente Medio decía que la poeta palestina Heba Abu Nada había muerto producto de un bombardeo del ejército israelí. Heba era una talentosa poeta y novelista feminista de Gaza, autora de la novela El oxígeno no es para los muertos.
La poeta palestina cayó en medio del sollozo de la tierra y del disparo de los misiles en la localidad de Khan Yunis en Gaza, a la edad de 32 años. Heba había nacido en La Meca, en 1991, y desde niña creció escuchando la historia de su familia refugiada durante la Nakba, como se conoce al desplazamiento forzado de palestinos a causa de la ocupación israelí en 1948. Hace solo seis años la joven escritora había obtenido el segundo lugar en el Premio Sharjah a la Creatividad Árabe por su novela El oxígeno no es para los muertos.
La escritora asesinada es una de las tantas miles de víctimas inocentes que deja la oleada de ataques de la aviación israelí contra indefensos residentes en la Franja de Gaza. Junto a ella murieron 29 palestinos en el último ataque perpetrado hace unas horas y que dejó, además, cientos de heridos. Según fuentes locales, 10 son los fallecidos en el barrio de Al-Zaitoum, mientras que ocho personas murieron tras una embestida contra un mercado del campo de refugiados de Nusarai, en el centro de Gaza. También se reportaron 11 fallecidos en el barrio de Tal al-Sultán en la ciudad de Rafah, en el enclave costero donde residen 2,3 millones de habitantes muchos de los cuales son desplazados. Los asaltos del Ejército de Tel Aviv contra Palestina ocurren en momentos en que numerosos países piden el cese de la agresión del país hebreo, cuyas fuerzas militares anunciaron que intensificarán en próximas horas las acciones bélicas contra Gaza.
La agencia humanitaria de Naciones Unidas condenó los bombardeos israelíes contra instalaciones civiles en la Franja de Gaza, incluidas viviendas, escuelas, hospitales y lugares de culto: “No hay palabras que puedan describir los niveles de condena de todas las atrocidades y violaciones, en todas partes”, señaló un comunicado de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente.
«Si morimos, sepan que estamos satisfechos y firmes, y digan al mundo, en nuestro nombre, que somos personas justas/del lado de la verdad», había expresado Heba pocas horas antes de morir. A este clamor se suman los versos que dejó escritos la noche anterior al crimen: “La noche en la ciudad es oscura, excepto por el brillo de los misiles; silenciosa, excepto por el sonido del bombardeo / aterradora, excepto por la promesa tranquilizadora de la oración / negra, excepto por la luz de los mártires”.
La crueldad de la guerra no admite metáforas: los poetas también mueren.
About Leonardo Parrini
Periodista. Fotógrafo. Director-Editor de la revista digital LAPALABRABIERTA. Colaborador de las revistas ROCINANTE y BABIECA (Campaña de Lectura Eugenio Espejo). Conductor del programa La Oreja Libertaria, Radio Pichincha 95.3 FM. Autor de los libros La hora del lobo (2000), Decapitar a la Gorgona: ¿la corrupción, una moral de la crisis? (2001), Eva sin paraíso (2003), Diálogo comunitario en democracia (2013), Égüez. La memoria insumisa (2016), Escritos en clave morse (2018), Retrato Íntegro, testimonio vital (2019), El canto de todos (2022). Ha colaborado en Revista Diners como comentarista de obras literarias.