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Fallece François Dominique Toussaint, padre de la independencia de Haití

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Un 7 de abril de 1803 fallece prisionero en un cárcel colonialista francesa, TOUSSAINT LOUVERTURE, líder de la revuelta de esclavos más exitosa en la historia de nuestra Patria Grande.  Militar anticolonialista, Libertador de Haití. Gobernador general de Sant-Domingue (Haití)

CNDH México

Líder de la revolución de independencia en Haití y antiesclavista, François Dominique Toussaint-Louverture muere el 7 de abril de 1804, casi a los sesenta años de edad, en Francia. Había sido capturado y desterrado por sus enemigos, tras llevar a cabo uno de los movimientos insurgentes más importantes de la historia Latinoaméricana[1]. Toussaint logro que Haití fuera el primer país de América Latina y el Caribe en liberarse del yugo colonial de Francia y España. Encabezó la primera revolución de independencia de esclavos negros, contra las potencias europeas del momento, desafiándolas y estableciendo en 1804 la primera República negra.

Ante la efervescencia causada por la Revolucion Francesa en 1789, la preocupación paso a la isla y ante el temor de los colonos de que esta trascendiera en sus «propiedades», dejaron claro que eso no aplicaría en sus dominios, surgiendo levantamientos entre plantaciones; sin embargo, la revolución principal fue que estos esclavos, negros, se levantaron en agosto 1971, estableciendo claramente sus demandas de Libertad y de Igualdad Universal, y con esto presentaron una innovación: dieron una resignificación a la recién estrenada “Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano» proclamada por el “ideario ilustrado» en Francia, calificada de Universal, pero cuyo significado y aplicación debía interpretarse selectivamente: donde decía “Hombre” se refería al hombre blanco, europeo y propietario, sin embargo, los negros, americanos, y esclavos la asumen para aplicarla más allá de esos límites clasistas, raciales y eurocéntricos, y decidieron apropiársela, manifestando que todos eran iguales por derecho natural, sin excepción de colores. Esto quedó plasmado por sus líderes Jean Francois, Biassou y Toussaint, cuando escribieron en su Carta a la Asamblea General en 1792: «Sí, caballeros, somos tan libres como ustedes (…). Somos sus iguales, por derecho natural, y si la naturaleza se congratula asimismo dando una diversidad de colores a la raza humana, no es un crimen haber nacido negro, ni una ventaja haber nacido blanco.» [2]

Convirtiéndose este discurso en el primero en confrontar las bases de la colonia: el racismo y la esclavitud. Un legado histórico de Haití para acabar con el colonialismo en el mundo.

Toussauint-Louverture nació el 20 de mayo de 1773 cerca de Cabo Francés (hoy, Cap-Haitien), puerto que fuera la primera capital de la colonia administrativa francesa de Saint-Domingue, en la zona oeste de la isla de La Española (Santo Domingo). Esta colonia, productora de café caña y algodón, con el tiempo sería la más rica de Francia, siendo conocida como la Perla de las Antillas.

De linaje real en Dahomey (hoy Benin), sus padres fueron capturados y vendidos como esclavos en Saint-Domingue a Baillon de Libertat, administrador de una de las plantaciones cañeras del conde de Breda. Ahí tuvieron a François Dominique. Esclavo “por nacimiento” —así estaban marcados quienes eran hijos de padres cautivos y nacían en empresas esclavistas—, asumió conforme a la costumbre el nombre de Toussaint de Breda. Pudo ahí aprender a leer y escribir en francés; fue cochero y encargado, destacándose como jinete. Siendo liberado a los 33 años de edad.

Estudió a los filósofos franceses y sus ideales de igualdad, libertad y fraternidad para toda la humanidad. Cuando la Revolución Francesa estalló en 1789, varios esclavos se emanciparon, exigiendo su reconocimiento como hombres pares y libres, como ciudadanos franceses conforme a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. La movilización tuvo eco en Haití, y el 22 agosto de 1791 un grupo de esclavos firmó el Juramento de sangre de Bois Caiman, bajo el liderazgo de Boukman, cimarrón de origen jamaiquino. A este pacto se unió Toussaint-Louverture, quien era autodidacta en el conocimiento herbolario, afinó su experiencia médica al ejercer como médico en este ejército insurgente.[3]

Durante las guerras napoleónicas luchó, en 1793, contra españoles e ingleses, expulsando a los colonos de estas nacionalidades que, aprovechando el movimiento liberto, habían logrado avanzadas colonialistas en el territorio haitiano. Finalmente asumió la dirección de la revolución haitiana antiesclavista el 29 de agosto de 1793 con una proclama donde pedía a quienes aún permanecían esclavos: “Uníos, hermanos, y luchad conmigo por la misma causa. Arrancad de raíz conmigo, el árbol de la esclavitud.”[4] Por primera vez, alguien planteaba esto en América. Se uniría formalmente al Ejército de Tierra Francés en 1794, llegando a ser General.

El 4 de febrero de 1794 un grupo de delegados haitianos, entre quienes estaba el liberto Jean-Baptiste Belley, diputado del departamento del Norte de Haití, logró que la Asamblea Constituyente declarara el fin de la esclavitud en todos los territorios de la República Francesa. François Dominique Toussaint lidereó las tropas cimarronas negras y mulatas con rigor y disciplina, mostrando dotes de gran estratega, condujo a su ejército a numerosas victorias que expulsaron a los españoles de la isla.

Se había autoproclamado Gobernador General de Santo Domingo en 1791, posición en la cual se mantendría hasta 1801. Fue como militar que recibió el sobrenombre L’Ouverture, “la apertura”, pues abriendo brecha entre las filas enemigas era como más destacaba .[5]

En 1801, Louverture promulgó una Constitución para toda la isla de Santo Domingo, declarándola colonia autónoma de Francia. Se impuso como jefe supremo y rompió con la metrópoli europea, por lo cual contó de inmediato con el reconocimiento de Gran Bretaña y los Estadios Unidos de América. En respuesta, Napoleón Bonaparte envió, en 1801, un ejército de veinticinco mil soldados para restablecer el poderío francés y recuperar para su provecho la industria azucarera, pretendió también restablecer la esclavitud, y obligar a Louverture a resarcir a los colonos franceses, promesa que éste había hecho al establecerse como gobernador en Santo Domingo.

En su Constitución, el revolucionario antiesclavista garantizaba la igualdad y la libertad para todos los negros, afianzaba la estructura política y administrativa que había aplicado durante la etapa previa, y establecía valores en la sociedad haitiana de entonces, con normativas contra el libertinaje, el lujo, el robo y la pereza, y a favor de la unión familiar y la educación de la infancia con base en la sencillez, la dignidad y el trabajo —contraria a la mera enseñanza de “buenas costumbres” y “obediencia”—. En este sentido, también organizó la instrucción pública con base en un sistema propio que implicaba llevar el silabario al ambiente rural, crear escuelas y talleres en las principales villas y fundar un Liceo en la Ciudad del Cabo (Cap-Haitien). Así, su objetivo principal fue erradicar los instrumentos de represión cultural y de conciencia que usaban los dueños de esclavos para mantener el sometimiento. A esto sumó, entre más, leyes a favor de los pobres y los bastardos, los hijos ilegítimos, prohibiendo fueran desheredados en los testamentos. Además, asentó la organización política y administrativa que había aplicado durante la etapa previa, y creó en Santo Domingo un tribunal de apelaciones .[6]

Este paso aceleró la decisión de Napoleón Bonaparte de recuperar el territorio haitiano, fuente de grandes ingresos por la industria azucarera. En diciembre de 1801 desembarcó en la isla una expedición militar franca, bajo el mando del general Charles Victoire Emmanuel Leclerc, cuñado del emperador y uno de los más importantes militares del momento. El 4 de febrero inició la invasión, topándose con mejores enemigos de los que esperaba. Louverture y sus aliados recurrieron a la técnica de quema y rasa, evitando que los franceses pudieran abastecerse en su avanzada y protegiendo, a la vez, a los pobladores. Aprovecharon también la fiebre amarilla, que diezmo al ejército franco. Sin embargo, Leclerc traía un as bajo la manga: utilizó a Placide e Issac, los dos hijos de Toussaint, quienes estaban estudiando en Francia, para acorralar al prócer haitiano. El 7 de junio de 1802, Toussaint-Louverture acudió a parlamentar con Leclerc: fue apresado inmediatamente[7]. Al partir como preso político rumbo a Francia, con su familia, François Dominique Toussaint-Louverture declaró ante los presentes. “Al derrocarme, sólo se ha abatido el tronco del árbol de la libertad de los negros pero éste volverá a brotar de sus raíces, porque son muchas y muy profundas.”

François Dominique Toussaint-Louverture fue encarcelado en Fort de Joux, antigua fortaleza medieval en las montañas del Jura que servía como prisión. Maltratado, su salud se deterioró hasta, finalmente, fallecer por neumonía el 7 de abril de 1804. Murió el hombre, más su legado continuó y no se olvida.

El 1 de enero de 1804, otro líder antiesclavista, seguidor y compañero de lucha de L’Ouverture, Jean Jacques Dessalines, también esclavo, proclamó la independencia, nombrando al territorio Haití, como se le conocía en la lengua de los esclavos, y fue quien presto apoyo a diversos líderes de revoluciones en américa latina como Francisco Miranda de Venezuela en su primera expedición libertaria, Francisco Xavier Mina, Simón Bolívar. Desgraciadamente cuando Haití pidió después apoyo, no obtuvo reciprocidad.

La osadía de los héroes libertarios de Haití y la gesta revolucionaria que los llevo a enfrentarse al colonialismo y su ejemplo y solidaridad que abrieron el camino para liberarse a toda América Latina, lo ha pagado caro el joven país, tuvo que enfrentar primero el aislamiento que le aplicaron las potencias, el cerrado bloqueo cultural, económico y político para que su ejemplo no se expandiera. Desde entonces hasta la fecha Haití ha sido objeto de explotación, primero por parte de esas potencias colonialistas (Inglaterra, Francia, España) y en la modernidad y hasta la fecha por parte de potencias neocolonialistas, e intervencionistas, así como de agresiones (EUA ocupo Haití por casi 20 años y después sufrió la brutal dictadura impuesta de los Duvalier por otros 30 años) dichas situaciones no han permitido que el país salga de la pobreza, y lo que es peor que la atención internacional no recaiga en ellos.


[1] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/toussaint.htm
[2] https://www.centrocultural.coop/revista/11/haiti-revolucion-y-castigo-de-la-primera-independencia-de-america-latina-al-pais-mas
[3] https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/2741/Toussaint%20Louverture
[4] https://www.telesurtv.net/news/toussaint-louverture-revolucion-esclavos-independencia-haiti-20190404-0030.html
[5] https://hoy.com.do/toussaint-en-la-genealogia-de-republica-dominicana/
[6] CASTAÑEDA Fuentes, Digna. “La revolución haitiana: legado y actualidad”. Projeto História, São Paulo, n.39, pp. 75-92, jul/dez. 2009
[7] https://www.centrocultural.coop/revista/23/la-independencia-de-haiti-y-el-bicentenario-olvidado

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