Imagen: Gustavo Burgos
Redacción Werken Rojo
Toda nuestra solidaridad fraterna con nuestro colega Gustavo Burgos victima de censura por amedrentamiento.
El pasado domingo por la noche el abogado laboralista y director de la revista El Porteño Gustavo Burgos fue victima de una encerrona en avenida Américo Vespucio, cuando viajaba hacia la Ruta 68 junto a la periodista Cristina Mistretta, asesora de la diputada Claudia Mix. Un grupo de adultos jovenes, de hablar con lenguaje de clase media y armas automáticas fueron los autores del asalto, en el que robaron su automovil, los celulares e incluso sus anteojos de sol porque «no los vas a necesitar», según le dijo el asaltante. Afortunadamente tanto Gustavo Burgos como Cristina Mistretta resultaron ilesos de la acción delictual.
Más que un robo propio de delincuentes comunes, lo ocurrido tiene ribetes que resultan muy sospechosos y que nos retrotraen a actividades para sembrar el terror de la CNI durante la dictadura civico militar que encabezó Augusto Pinochet.
Según nos relató el propio Gustavo Burgos, Carabineros no actuó prontamente, por el contrario una patrulla pasó sin detenerse y más tarde en la comisaria a la que se acercaron los tuvieron sin posibilidad de comunicarse al exterior durante cuatro horas, con la excusa que en el lugar no tenían como comunicarse, lo cual evidentemente es una excusa no creíble.
Creemos que la extraña encerrona en plena Avenida Vespucio junto a la carretera Valparaiso – Santiago puede entenderse como un intento de amedrentar a Gustavo Burgos y su labor al frente de la Revista El Porteño y el programa semanal de debate político Mate al Rey, y más allá al conjunto de la prensa alternativa al servicio de las causas populares y de los trabajadores. Todo lo cual hay que entenderlo como un intento de amordazar la comunicación con contenido crítico, y se encuadra en la misma ofensiva reaccionaria en la que también encontramos la aprobación de la ley Nain Retamal denominada Ley de Gatillo Fácil.