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EN UCRANIA LAS DERECHAS NAZIFASCISTAS BUSCAN LA GUERRA CON APOYO DE ESTADOS UNIDOS Y LA OTAN

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SIEMPRE. Quito, 3 de Diciembre del 2020

EL PROGRESO EN CRIMEA Y SEBASTOPOL AVANZA  

EN UCRANIA LAS DERECHAS NAZIFASCISTAS BUSCAN LA GUERRA CON APOYO DE ESTADOS UNIDOS Y LA OTAN

Las fuerzas de las derechas neofascistas de Ucrania, buscan un conflicto bélico con Rusia, con la soñada esperanza de que, iniciadas las acciones guerreristas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte -OTAN- junto a sus socios europeos y bajo el liderazgo militar de Estados Unidos acudan en su ayuda, para “obligar” a Rusia, la “devolución” de la Península de Crimea y se firme un tratado de paz en la región de Donbás que incluye los óblast de Donetsk y Lugansk que desean ser una república independiente de Ucrania.

Si estallara el conflicto bélico y el caso fuese conocido en la Organización de Naciones Unidas, ONU, ¿cuál sería la posición de los países de América Latina? ¿Tal vez los gobiernos de las derechas, incondicionales socios y en realidad subordinados al imperio, votarían en favor de la guerra y apoyarían a la Casa Blanca y sus halcones? ¿Habrá gobiernos sensatos que condenen la guerra? ¿Habrá algún país que se abstenga, luego de estudiar, desapasionadamente, el estado de las relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia? El Ecuador, por ejemplo, se ha declarado una República de paz; por tanto, es inimaginable que vote a favor de la guerra, en el supuesto que se llegara a esa instancia.
Los neonazis-fascistas de Ucrania quieren europeizar a su patria. Iniciaron las protestas del Maidan para derrocar a Víktor Yanukóvich, el entonces presidente de Ucrania, y contaron con cinco mil millones de dólares para ese objetivo, de conformidad con lo que informaba el ex agente de la CIA, Scott Ricardo, quien dijo que Estados Unidos “invirtió” 5 mil millones de dólares que fueron entregados a los opositores en Ucrania. La Subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, de ese entonces, confirmó la injerencia financiera de Estados Unidos a organizaciones clave en Ucrania, incluyendo el partido neonazi Svoboda.
Entre otras confesiones, destacó que los opositores fueron generosamente apoyados por Washington: «Hemos invertido más de 5 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania a alcanzar estos y otros objetivos…” Esto es colocar a la OTAN en las goteras de Rusia y provocar un conflicto bélico de inimaginables consecuencias, ¿pero a los fascistas que les importa la vida humana, con tal de saciar sus irracionales apetitos?

Las derechas radicales proeuropeas, desprecian las relaciones que Ucrania y Rusia mantenían en buenos términos de amistad y mutua colaboración. Siempre ansiaron un rompimiento con Rusia para convertir a Ucrania en miembro pleno de la Unión Europea. Para alcanzar ese objetivo, las derechas ucranianas y otros sectores de la población se unieron en la Plaza de Maidan en el centro de Kiev para repudiar al gobierno presidido por Víktor Yanukóvich, el entonces presidente de Ucrania, quien había viajado a Moscú el 17 de diciembre de 2013 “para aceptar la oferta de su homólogo ruso, Vladímir Putin, de exportar gas natural a Ucrania a precio reducido. Rusia también extendería una línea de crédito de 15.000 millones de dólares para evitar la bancarrota del Gobierno de Kiev.
Las negociaciones que se efectuaban entre los gobiernos de Kiev y Moscú encendieron las protestas generadas por los grupos radicales independentistas y proeuropeos y otros sectores de la población. Los manifestantes fueron cada vez más audaces y violentos, pues para eso disponían de millones de dólares estadounidenses y de la ayuda estratégica y propagandística de los agentes de la CIA. Los menos radicales de Maidan justificaban su presencia al decir que anhelaba un futuro, si no europeo, al menos más independiente de Rusia.
El periodista Javier Espadas sostenía que las protestas proeuropeas contra Yanukóvich que estallaron entonces en la céntrica plaza del Maidán de Kiev acabarían derribando el Gobierno. En la región del Donbás, en el este del país, los sucesos del Maidán darían lugar a una guerra civil que sigue abierta seis años después.
Durante la “Revolución” del Maidán, los ucranianos ocuparon permanentemente el centro de la capital, Kiev. A medida que la confrontación aumentaba, las protestas proeuropeas se transformaron en un movimiento mucho mayor que incluía grupos nacionalistas y ciudadanos de las derechas radicales. La violencia llegaría a su punto álgido en febrero de 2014, forzando a Yanukóvich a renunciar a su cargo, el día 21 de ese mes. Al día siguiente, el Parlamento aprobó terminar su mandato.
Inmediatamente después se formó un Gobierno de transición y se convocaron elecciones presidenciales para el 25 de mayo, que ganaría el oligarca Petro Poroshenko, conocido por su apoyo a los manifestantes del Maidán. Sin embargo, la caída del Gobierno no fue recibida de la misma manera en toda Ucrania. En las regiones de Donetsk, Lugansk, Crimea y en la ciudad de Sebastopol, en el sureste del país, donde la mayoría de la población es rusoparlante, Yanukóvich había recibido más del 70% de los votos en las presidenciales de 2010, alcanzando el 90% en algunas zonas. Allí pronto se organizaron grupos contrarios al Maidán para mostrar su oposición a los sucesos de Kiev. La postura prorrusa de Crimea se explica porque la península había pertenecido a Rusia hasta hace pocas décadas, pero las razones de los habitantes del Donbás —que incluye los óblast de Donetsk y Lugansk— eran algo más complejas.
Donetsk y Lugansk son regiones muy industrializadas ricas en recursos como el carbón, que les permitían aportar un 20% del PIB del país en 2013 suponiendo solo un 5% del territorio. Durante la Unión Soviética, los mineros eran muy respetados. La situación cambió con la independencia de Ucrania en 1991. Las crisis económicas, la caída de las subvenciones al sector minero y las políticas lingüísticas de discriminación en favor del ucraniano alienaron a la población de la región. El Donbás apoyaba masivamente a Yanukóvich y su postura prorrusa, por lo que rechazó la revuelta que le derrocó.
Días después del derrocamiento de Yakunóvich, el 27 de febrero de 2014, el pueblo se tomó el parlamento de Crimea, en la ciudad de Simferópol. Poco a poco, esos hombres fueron capturando las bases militares de Crimea, encontrando poca resistencia a su paso. Tras un referéndum en el que Crimea dio un apoyo casi unánime a la unión con Rusia, Putin firmó el 18 de marzo su anexión a la Federación Rusa: una anexión que Estados Unidos, la mayoría de la Unión Europea y los neonazis de Ucrania la rechazaron.
Por otro lado, los grupos anti-Maidán del Donbás se organizaron para ocupar los edificios gubernamentales y declarar la independencia de las regiones de Donetsk y Lugansk en mayo de 2014.
El pueblo de Crimea decidió con el 97% de los votos su adhesión a Rusia y el gobierno del presidente Putin aprobó el Tratado de Adhesión, porque, además, Crimea regresa a su patria originaria ya que, en 1954, Nikita Kruschov la entregó a Ucrania en el marco de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Ese hecho libre y soberano del pueblo de Crimea, ha despertado las furias de Estados Unidos y de sus socios de la Unión Europea que acusan a Rusia de haber irrespetado el Derecho Internacional. Han impuesto sanciones, pero como Rusia no es un pueblo débil al que pueden atemorizar impunemente, ahora sufren las represalias decididas por el Kremlin que, inclusive, puede suspender el suministro de gas y petróleo a Occidente. Ahora Estados Unidos y Europa, por boca de los dirigentes golpistas de Ucrania hablan de guerra, amenazan con el uso de las armas y ponen en peligro la supervivencia misma de la humanidad entera, sin que les importe el Derecho Internacional.
Las potencias occidentales, bajo la dirección de Washington jamás respetan el Derecho Internacional. Reino Unidos, Gran Bretaña o Inglaterra, de manera ilegal e ilegítima retiene en su poder a las Islas Malvinas que son argentinas. Con guerra de por medio apoyada por Estados Unidos y la OTAN, el Reino Unido ocupa colonialmente esas islas ubicadas en territorio latinoamericano, y ya la OTAN que es el brazo armado del imperio y sus socios europeos, ha instalado una base militar con misiles nucleares incluidos. ¿Retener colonialmente las Malvinas y convertirla en fortaleza militar del imperio y la OTAN es respetar el Derecho Internacional? ¿Quién les ha impuesto sanciones?

Pero esas potencias del terror, parece que no se enteraron de sus macabras historias guerreristas y colonialistas para explotar a los pueblos y sus recursos, y peor aún, iban a conocer la historia de Crimea que fue territorio soviético y ahora ruso. Sólo mentes febriles pueden ignorar la historia o manipularla, según sea la conveniencia de sus intereses geopolíticos y económicos.

Quizá por eso pretenden ignorar “el referéndum sobre el estatus político de Crimea de 2014, año en que se celebró en la República Autónoma de Crimea el día 16 de marzo de 2014 -originalmente fue fijado para el 25 de mayo de 2014 y posteriormente para el 30 de marzo, pero se adelantó- y consultó sobre el ingreso del territorio en la Federación de Rusia o el retorno a la Constitución de Crimea de 1992. Fue aprobado por el Parlamento de Crimea por 61 de los 64 miembros de dicho parlamento presentes (de un total de 100 miembros) el 27 de febrero de 2014, en plena crisis en la región.

Finalmente, los miembros del Consejo Supremo de la República Autónoma votaron el 6 de marzo dejar de ser formalmente parte de Ucrania y unirse a Rusia. El gobierno de Ucrania argumentó que cualquier referéndum celebrado por las autoridades de Crimea sería «inconstitucional». Estados Unidos y la Unión Europea también se mostraron en contra de la consulta. Anteriormente habían ocurrido referéndums en los años 1991 y 1994.
La ciudad de Sebastópol, que posee un estatus distinto al de la península de Crimea, también tuvo su propio referéndum. Sin embargo, el 6 de marzo, Sebastópol se declaró unilateralmente un sujeto federal de la Federación Rusa.
El 11 de marzo Crimea y la ciudad de Sebastopol declararon su independencia de Ucrania, formando la República de Crimea, con 78 votos a favor de un total de 100 miembros en el Parlamento de Crimea. La acción fue considerada legítima por Rusia, pero no por Estados Unidos y el gobierno en Kiev.
Con una participación de más del 80 %, la opción de adherirse a Rusia ganó con más del 97 %. Sin embargo, los países occidentales afirmaron desconocer los resultados del plebiscito por considerarlo «ilegal» e imponen sanciones a Rusia y hasta amenazan con guerras.
Estados Unidos con sus socios europeos y la OTAN violaron y violan todas las normas del Derecho Internacional al invadir países, destruir ciudades y aldeas y herir o asesinar a millones de personas en cada una de sus guerras desatadoras contra pueblos débiles e indefensos, ¿quién ha osado imponerles sanciones por sus tantos crímenes? Nadie y el mundo asiste impotente a tanta crueldad deshumanizada. Hoy, con tanto cinismo y descarada doble moral se rasgan las vestiduras e imponen sanciones y amenazan a Rusia por la anexión de Crimea, decidida en referéndum por el 97 % de los habitantes.
Se debe recordar que Estados Unidos con sus aliados de la Unión Europea y con la OTAN que es su brazo armado, decidieron invadir Yugoeslavia que al final la dividieron y destruyeron. ¿No se acuerdan de Kosovo? ¿Quién les impuso sanciones? Estados Unidos y sus socios europeos con la OTAN invadieron Afganistán para dar rienda suelta a la “justicia infinita”, y como un capítulo de la guerra global contra el terrorismo. Destruyeron ciudades, pueblos y aldeas, mataron a millares de afganos y encarcelaron a otro tanto de ellos. ¿Quién les sancionó?
Luego invadieron Irak en busca de armas de destrucción masiva que jamás las encontraron, asesinaron a Sadam Hussein y hasta la fecha han causado más de un millón y medio de muertos. ¿Han respetado el Derecho Internacional? ¿Ha habido alguien que les sanciones? Más tarde, Estados Unidos, sus socios europeos y la OTAN invadieron Libia, se apropiaron de los recursos naturales luego de asesinar con sus mercenarios a Gadafi, ¿lo hicieron dentro del marco del Derecho Internacional? ¿Quién sanciona sus crímenes de guerra, el genocidio, las torturas, los tratos crueles y denigrantes, el secuestro de personas para asesinarlos o arrojarlos en cárceles clandestinas?
Estados Unidos y sus socios europeos destruyeron sistemáticamente a Siria por mano propia y por medio de mercenarios terroristas a los que dicen combatir. Quieren acabar con el régimen de Bashar el Assad y para ello no les importa la matanza de más de cien mil hombres, mujeres y niños, y provocar, además, el desplazamiento forzado de más de seis millones de sirios. ¿Alguien les ha impuesto sanciones? ¿Acaso esa agresión respeta alguna norma del Derecho Internacional?
Legítimamente Rusia anexó Crimea y Sebastopol porque sus pueblos dijeron “queremos ser parte de Rusia”. Entonces los imperialistas-intervencionistas, pusieron el “grito en el cielo” y con absoluta impunidad sancionaron a Rusia. Ahora decidieron apoyar a los neofascistas hitlerianos a los que usan para desestabilizar Ucrania y lanzarla a un peligroso enfrentamiento bélico. A Estados Unidos y sus socios de la OTAN y UE no les preocupa que se pierdan vidas humanas, que destruyan los pueblos, pero quieren dar rienda suelta a sus ambiciones hegemónicas y al ejercicio de un poder nauseabundo.
En ese sentido, se producen procesos encaminados a propiciar golpes de Estado, derrocar gobiernos legítimos e instalar gobiernos títeres proyanquis, arman a los “opositores”, desencadenan actos terroristas, encumbran al poder a fascistas y neonazifascitas y siembran muerte y destrucción entre la población civil inocente o fuerzas armadas constitucionales, nada importa, puesto que lo único trascendente es acabar con los gobiernos desafectos al imperio que resultaren molestos para los fines y objetivos de Estados Unidos y sus socios europeos. Luego, con cinismo reiterado, hablan del respeto al Derecho Internacional, la democracia y los derechos humanos; es decir que todos los países del mundo que no se alinean con los intereses imperiales, están obligados a respetar el Derecho Internacional menos ellos. Todos son violadores o potencialmente violadores del Derecho Internacional y los derechos humanos, menos ellos que cumplen “fines humanitarios”. Con descaro absoluto gritan -con el uso y abuso del poder mediático- que defienden los derechos humanos y las libertades que ellos se encargan de liquidarlos y aplastarlos. Así lo hicieron en la “Primavera árabe”, en Libia y así lo hacen en Siria, en Venezuela, en Ucrania en donde se hacen los sordos con el fin de proteger a los fascistas, antisemitas y toda laya de delincuentes y asesinos.
En el caso de Ucrania, los funcionarios del imperio y sus socios europeos, ni siquiera intentan ocultar el apoyo financiero, político, la asesoría en provocaciones y estrategias para dar golpes de Estado. Apoyan a los llamados opositores y con absoluta desvergüenza respaldan a los grupos nazi fascistas que siembran el terror hasta estas fechas. Las reiteradas visitas de altos funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos y de Europa para apoyar a los sectores más violentos de Ucrania no tienen precedentes, y luego piden a Rusia que respete el Derechos Internacional.
Esos sectores poyados por el imperio y sus socios europeos desoyeron la voz de Rusia que advertía de su derecho a proteger a sus compatriotas en Ucrania. Rebanadas de Realidad se refería a RIA-Novosti, que informaba que Moscú se reserva el derecho de proporcionar protección a los rusos en el país vecino. “Rusia es consciente de su responsabilidad por las vidas de sus compatriotas y conciudadanos en Ucrania y se reserva el derecho de ponerlos bajo su protección”, aseveró un comunicado del Kremlin y añadía que “Los manifestantes pacíficos que salieron a la calle para expresar su opinión sobre la posición destructiva de las personas que se autoproclaman Gobierno ucraniano, fueron atacados por grupos de extrema derecha con armas no letales y bates de béisbol que un día antes comenzaron a llegar a la ciudad desde otras regiones del país”, denuncia el documento.
Según la cancillería rusa, Moscú ha instado en reiteradas ocasiones a que las nuevas autoridades de Kiev “desarmen a los rebeldes y garanticen la seguridad de la población y el derecho legítimo de las personas a manifestarse”. “Lamentablemente, los sucesos en Ucrania muestran que las autoridades de Kiev no controlan la situación en el país”, resumía Novosti. En Crimea y en la región de Donbás que incluye Donetsk y Lugansk a más de Crimea y Sebastopol, Rusia defiende y defenderá a sus conciudadanos.

EL PROGRESO EN CRIMEA Y SEBASTOPOL AVANZA

El analista Pepe Escobar en Red Voltaire afirmaba: La región de Crimea abandona Ucrania para incorporarse a la Federación de Rusia. La prensa comercial y las capitales «occidentales» gritan invasión y abuso militar por parte de Moscú, sin embargo, estos «occidentales» fomentaron y aceptaron últimamente la partición de Yugoslavia, la exclusión de Kosovo del territorio de Serbia, el referéndum de las islas Malvinas, la partición del sur de Sudán. Moscú con el respaldo de las poblaciones locales de Crimea ha respondido de manera inteligente, sin ningún disparo o ataque militar, a las provocaciones occidentales que apoyan abiertamente a las facciones neonazis y otras obscuras fuerzas de derechas nacionalistas que han tomado el poder en Ucrania por la fuerza, con el apoyo de la OTAN.
Muy a pesar de las amenazas guerreristas, de las provocaciones sistemáticas de las derechas neonazis, el desarrollo y progreso de Crimea y sus pueblos son innegables y que se aceleraron con la moderna construcción del puente que une a Crimea con el territorio continental de Rusia.
Es un puente ultramoderno automotriz y ferroviario. El tramo ferroviario posibilitará impulsar el desarrollo de la infraestructura en la península, pero los primeros cambios ya se notan desde que los trenes de carga están en movimiento. El mayor cambio está en los procesos de desarrollo en todos los órdenes de la vida actual que impulsa la industrialización, el incremento de la producción en todos los niveles y en el aumento del turismo internacional. Todo contribuye al mayor progreso y bienestar de la población.
Sin duda, “Crimea está aún más conectada al resto de Rusia, el régimen de sanciones va a tener un efecto significativamente menor. Moscú será capaz de suministrar numerosos productos necesarios, lo que inevitablemente acelerará la realización de diferentes proyectos en esta región. Esto hará posible eludir los efectos negativos del bloqueo internacional.
Se prevé que mejore la situación con la competitividad de los productos de Crimea, que bajen los precios de los productos que provienen de la parte continental de Rusia y que se faciliten las exportaciones de Crimea al resto del territorio ruso.
La construcción del puente de Crimea se ha convertido en uno de los hitos en la historia contemporánea de Rusia. Moscú ha conseguido un triunfo estratégico al sacar a la península del bloqueo del transporte. La conexión ferroviaria entre Crimea y el resto de Rusia es un asunto clave desde hace mucho tiempo.
El periodista internacional Alexey Malgavko en Sputnik expresa que “esta ha sido una obra muy importante, especialmente si tenemos en cuenta que Crimea se había quedado prácticamente aislada de Ucrania debido al bloqueo impuesto por ese país. La inauguración del nuevo tramo ferroviario es una buena señal y seguramente cambiará a mejor la vida de muchos habitantes de la península.
El 23 de diciembre se dio por concluida la construcción de la ‘obra del siglo’: el puente de Crimea. El presidente ruso, Vladímir Putin, inauguró la segunda fase, el tramo ferroviario. Ahora los trenes podrán moverse entre la parte continental de Rusia y la península de Crimea. ¿Cómo cambiará esto la vida en la península?
El tramo ferroviario del puente de Crimea es en realidad un puente separado del tramo automovilístico. Las obras duraron 47 meses y le han costado a Rusia casi 3.650 millones de dólares —228.000 millones de rublos, por ambos tramos—. La entrada en servicio de la innovadora y ambiciosa construcción está destinada a dar un nuevo toque a la estrategia del desarrollo de la península. Está previsto que el puente cambie de una vez por todas el sistema logístico de Crimea.
Sin duda, el nuevo puente servirá para mejorar la totalidad de la realidad socio-económica y cultural. No solo servirá para mejorar la competitividad de los productos de Crimea, pues ya es una realidad la baja de los precios de los productos que provienen de la parte continental de Rusia, al mismo tiempo que se han facilitado las exportaciones de Crimea al resto del territorio ruso. Asimismo, se ha convertido en una realidad que el establecimiento de la conexión ferroviaria con la península ya tenga un efecto positivo sobre la economía del país euroasiático.
Además, el nuevo puente aliviará la situación en la península que se encontraba en un estado de bloqueo. Ahora que Crimea está aún más conectada al resto de Rusia, el régimen de sanciones va a tener un efecto significativamente menor. Moscú será capaz de suministrar numerosos productos necesarios, lo que inevitablemente acelerará la realización de diferentes proyectos en esta región. Esto hará posible eludir los efectos del bloqueo que mantiene Ucrania.
LA PAZ SI ES POSIBLE
La violencia de los nacionalistas de extrema derecha de Ucrania, sus continuas provocaciones, las amenazas y ataques perpetradas contra su propio pueblo y, en especial, contra los pueblos de Donbás, de alguna manera, impiden que se avance en la construcción de una paz duradera y efectiva. Por eso se afirma que esas actitudes son los mayores escollos a los que se enfrenta el Gobierno de Ucrania para avanzar en el proceso de paz.
“Sin embargo, Zelenski ha mostrado mucha más capacidad de negociación que sus predecesores: desde su llegada al poder, se han producido varios intercambios de prisioneros entre Ucrania y Rusia e incluso con las autoridades rebeldes. La valentía de Zelenski al enfrentarse a los veteranos insumisos, temidos aún por buena parte de la clase política, lleva a pensar que quizás sea él quien acabe con el conflicto, aunque solo en el Donbás. Crimea es y será parte integrante de Rusia así el imperio y la Unión Europea se nieguen a reconocer la histórica decisión de los pueblos de Crimea y Sebastopol.
Los analistas sostienen que el cambio de postura de Kiev ha sido correspondido con una actitud similar en Moscú. Putin demuestra que espera un acercamiento para implementar la fórmula Steinmeier ya en 2020. Seis años después de su inicio, la guerra de Ucrania nunca había estado más cerca de terminar.
El Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, al referirse al problema bélico que se mantiene en el este de su país, expresaba que desea la paz y que pondrá todo su empeño en alcanzarla lo más pronto que sea posible, así encuentre que debe dar una dura batalla a los extremistas nacionalistas. Querría que este año 2020 sea para que se concreten los acuerdos de paz, inclusive por encima de las posturas bélicas de Estados Unidos y sus socios de la Unión Europea. Tanto es así que desarrolló un diálogo directo con el Presidente de Rusia Wladimir Putin, con el que intercambiaron criterios sobre las complicaciones que surgirían desde que se firme la paz.

Zelenzki espera que los diálogos con el presidente Putin, sin duda llevarán al fin de la guerra en el este de Ucrania. “Sin dialogo no habrá resultado. Yo lo entiendo así. Sin conversaciones, sin llamadas de teléfono cuando sea necesario no tendremos la posibilidad de que haya un resultado pacífico. Estoy convencido de ello.

Creo que la Unión Europea quiere que Ucrania sea socio y quiere a nuestro país en la UE. No todos los estados miembros y países lo quieren, es cierto. Me parece que no confían al 100% en Ucrania.

En segundo lugar, creo que Europa es cautelosa por Rusia, porque Rusia demuestra que no quiere que Ucrania sea pro-europea. Tienen sus propios negocios, sus propias relaciones, sus propios países. Pero lo que vemos ahora es cómo Europa impone sanciones, cómo nos apoya. Aunque signifique perder dinero por las sanciones contra Rusia.

Creo que lo que es importante para los ucranianos es la posición 100% clara de Europa sobre Ucrania. Les hice esta pregunta a muchos líderes europeos, deben responder a los ucranianos qué hay que hacer, paso a paso, para convertirse en miembro de la UE.

Y cuando los ucranianos obtengan esta respuesta, verán cuánto tiempo necesitamos para ello, si somos capaces de hacerlo y cuándo lo lograremos. Lo que hace falta es que se entienda claramente que lo necesitamos todo ahora. Tanto Ucrania como Europa lo necesitan ahora.

En cuanto a si Europa nos quiere o si queremos estar en Europa, creo que solo tenemos que convertirnos en el país que Europa realmente quiere. Y entonces nadie tendrá ninguna duda y Ucrania será quien decida, sostiene Zelenzki; pero se olvida que su patria debe ser totalmente libre e independiente, no como quiere que sea la Unión Europea o Estados Unidos. Ucrania debe ser auténtica, su pueblo debe forjar la Ucrania libre v sin presiones de Estados Unidos y la Unión Europea, Sólo será posible una Ucrania sin sometimientos, si ama la paz.


TRIBUNAL INDEPENDENCIA, SOBERANÍA Y PAZ CONTRA LA GUERRA
Correo electrónico: tribunalpazecuador@yaho.com

 

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