Mg. José A. Amesty Rivera
Los contrastes y las comparaciones son odiosas, pero no por ello, se deben dejar de mostrar las actuaciones de los gobiernos ante el pueblo, frente a los desastres naturales.
Recordemos que desde el día 29 de octubre 2024, la Agencia Estatal de Meteorología de España, AEMET, ya iniciaba reportes de lluvias intensas en la provincia de Valencia-España y sus alrededores. Ya para el día 30, se informaba que alrededor de 100 personas murieron en las inundaciones, producto de la gran caída de agua, incluidas 40 personas de la ciudad de Paiporta, más las desaparecidas. Sumándose a esto, los daños a las carreteras, puentes y vías férreas, y fotos de los medios, mostrando vehículos arrastrados, y gran cantidad de escombros que llenan las calles de las ciudades.
Hasta el momento se han contabilizado alrededor de 219 víctimas (al pasar de los días esta cifra puede aumentar mucho más), decenas de heridos y desaparecidos, más la cantidad de pérdidas en la infraestructura de las ciudades y localidades.
¿Cuál ha sido la respuesta por parte de las autoridades españolas? Se ha denunciado por los protagonistas del desastre, que la acción de los órganos competentes, para este tipo de catástrofe, no fue la más eficiente, competente y a tiempo.
Haremos un breve resumen de los hechos:
Pese a que la Agencia Estatal de Meteorología AEMET, había activado a primera hora de la mañana del martes 29, la alerta roja, el presidente valenciano, Carlos Mazón, dijo al mediodía de ese mismo martes, que el temporal se desplazaba, «por lo que se espera que hacía las 18:00 disminuya su intensidad» en la Comunidad Valenciana.
Mazón, no decretó ninguna medida extraordinaria y la población, acostumbrada a este tipo de tormentas en esta época del año, aunque no de la magnitud de la del martes, siguió haciendo vida normal.
Tampoco desde el gobierno central, se tomaron medidas y esa misma noche, la tormenta sorprendía a muchos, en los autos o casas bajas, en los que perdieron la vida ahogados.
Con cadáveres aún por recoger, cientos de desaparecidos sin localizar y miles de familias y negocios que lo han perdido todo, muchos españoles se preguntan cómo se ha llegado hasta aquí y por qué sus dirigentes no han estado a la altura.
El 1 de noviembre, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunciaba el envío de más militares a la zona y prometía que llegarían más aún “si fuera necesario”. Cuando le
preguntaron por qué el gobierno central, había tardado tanto en enviar al Ejército, Robles
culpó al Gobierno regional: «Eso me pregunto yo también. Los militares estaban todos
preparados para ir, pero la dirección de la emergencia corresponde a la Generalitat, no
corresponde al gobierno de España».
Este punto se entiende, aunque no se justifica el actuar de los militares, porque España es
un estado descentralizado en el que, sin ser federal, el país se divide en comunidades
autónomas con un alto nivel de competencias y autogobierno, como el gobierno local de
Valencia. Pero el reparto de competencias entre el gobierno central y las comunidades
autónomas, muchas veces en manos de partidos políticos enfrentados, son motivo habitual
de controversia política y jurídica, y es frecuente que acabe siendo el Tribunal Constitucional quien tenga que dirimirlas.
Por lo anterior, las autoridades locales y nacionales y los reyes de España, fueron recibidos días después, con lanzamiento de barro, objetos e insultos durante su visita a la zona cero de las inundaciones que dejaron varios muertos. Felipe VI y la reina Leticia y los políticos se encontraron en la localidad de Paiporta, con una reacción que refleja la indignación popular con la falta de previsión antes del desastre y la lentitud de la respuesta después.
«Nos habéis abandonado», le reprochó un joven al monarca, cuando este insistió en acercarse a escuchar a los vecinos, resumiendo un sentir extendido en Valencia, la provincia más afectada, y en el resto de España.
En fin, «Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo», le dijo una joven al rey, mientras el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, era evacuado de la zona al ser increpado en una jornada de máxima tensión.
A última hora, mientras la indignación crece por lo que se considera una inadecuada respuesta del Gobierno de España, ante el ciclón y las inundaciones que han dejado hasta el momento centenares de fallecidos, los temores aumentan en la región de Valencia, ante el riesgo de un brote de enfermedades infecciosas, señaló el diario «The Times».
Veamos, ahora, otro tipo de actuar de las autoridades cubanas, ante un desastre natural. Tal es el caso del huracán Rafael, que azotó a Cuba recientemente. Podemos resumir la gestión de gobierno de la siguiente manera:
Toma las medidas oportunas.
Se prepara para el peor escenario.
Se mantiene en la calle con el pueblo.
Todos los esfuerzos y capacidades en función del pueblo y las zonas afectadas.
Nadie se queda desamparado.
Da cátedra, a otros gobiernos desarrollados, de cómo proteger a su gente.
– De allí que, hasta el momento, no haya muerto ninguna persona, gracias a la evacuación temprana en regiones afectadas. Por el contrario, en Florida, ante un huracán menor, 200 muertos, y en España la cifra podría llegar a 250 muertos y miles de desaparecidos.
– Todo el gobierno cubano, las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, apoyan en la
calle.
– El Gobierno cubano, una vez más, demuestra mayoría de edad, y temple ante situaciones de emergencia.
– El gobierno del presidente Díaz Canel, fue oportuno y firme en la toma de medidas
necesarias.
– El gobierno de Cuba dentro del lodo y las aguas junto al pueblo, en las calles, en las
cuadras.
– Todos los recursos materiales y fuerzas del gobierno, en función de la recuperación.
– En fin, Cuba muestra al mundo lo que es capaz de hacer la organización de los hombres y mujeres, a pesar de no contar con todos los recursos.
Igualmente, se mantiene la atención a la población evacuada, y se trabaja en la creación de condiciones y el retorno gradual a la normalidad del país.
El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, destacó la preparación del territorio y su gente, para enfrentar el ciclón, lo cual permitió no tener que lamentar pérdidas de vidas humanas. Fueron protegidas más del 90 % de las personas que viven en lugares con peligro de derrumbe. Se hizo una buena evacuación y hubo un buen trabajo previo. Se organizó el trabajo de la recuperación, se trabajó con intensidad y se sumó al pueblo en todas las labores.
Finalmente, el presidente cubano señaló que, hay que involucrar a todos/as, y las instituciones del Estado tienen que dar el ejemplo en esos trabajos de recuperación en sus áreas aledañas.
En ese sentido, destacó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias FAR y el Ministerio del Interior MININT, que desde la madrugada se han sumado a la limpieza de calles y avenidas.
Igualmente, convocó a las organizaciones políticas y de masas a liderar esa movilización.
A su vez, dio las directrices de hacer venta controlada de los productos, velar porque no suban los precios, atender con prioridad a los más vulnerables, y tener mano dura con quienes infrinjan la ley en estos momentos tan complejos.
Luego de la reunión, el jefe de Estado recorrió algunos puntos de la capital donde trabajan brigadas de las FAR, el MININT y el Ministerio de la Agricultura de Cuba, MINAG, en la desobstrucción de las vías.
Igualmente, visitó la sede de la empresa de Aguas de La Habana, para conocer en detalles el abasto de agua a la capital. La infraestructura hidráulica no sufrió daños por el huracán, pero depende del restablecimiento de la electricidad para poder bombear el agua, en lo cual ya se está trabajando.
¡Todo esto es atender al pueblo, no abandonarlo y protegerlo!
Es imperativo que fluya la solidaridad hacia Cuba, ante estos desastres y ante el inclemente bloqueo imperial, por parte de los pueblos de América Latina y el mundo.
9 de noviembre de 2024