Inicio Nacional Cuarto retiro de las AFP e inflación: un juicio elitista y deshonesto

Cuarto retiro de las AFP e inflación: un juicio elitista y deshonesto

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Carlos Palacios Peralta 

El Desconcierto 30.08.2021

Sin perjuicio de esto, si se debe hacer una crítica a la política de los retiros, es que está ocupando un espacio sumamente valioso en la agenda pública, espacio que debería emplearse para instalar de una vez por todas la discusión seria y sustantiva sobre la reforma al sistema de pensiones. Y es que no debemos olvidar que el debate sobre la seguridad social y la estructura económica del país es un desafío clave para el renovado proceso político chileno.

La discusión sobre el cuarto retiro de los fondos de pensiones ha traído consigo la preocupación sobre la inflación. Si bien puede existir una relación de causalidad entre ambos elementos, esta es poco significativa y, por tanto, utilizar este argumento de la inflación como razón suficiente para oponerse al retiro de los fondos de pensiones no es sólo una postura elitista, sino que también sesgada y deshonesta. Roberto Zahler, economista destacado y relativamente desapegado de los grandes intereses empresariales, ha señalado que el efecto inflacionario en Chile es, en buena parte, importado. Por lo tanto, es razonable pensar que, al menos, falta evidencia para juzgar la asociación entre la inyección de liquidez (vía transferencias del Estado o retiros de fondos de pensiones) y el alza de precios dentro del país.
No obstante, es relevante incorporar a la discusión factores de orden estructural que afectan a los precios en Chile, como la concentración del mercado en una reducida y aislada élite económica, por ejemplo. Un reciente estudio de los académicos Jorge Atria y Cristóbal Rovira entrega más evidencia sobre el alto nivel de integración horizontal de las élites chilenas. Respecto del cómo este tipo de configuración de las élites afecta a la estructura y al desempeño del mercado también existe suficiente documentación, así como bullados casos de colusión que han golpeado a la opinión pública en las últimas décadas. Por lo tanto, es pertinente plantear que la asignación de bienes fundamentales para la sociedad está determinada por esta dinámica del mercado y de la sociedad nacional. Sin embargo, por alguna extraña razón, este fenómeno no se considera a la hora de evaluar la contingencia nacional.
En el marco de la crisis provocada por la pandemia, el país ha evidenciado alzas sensibles para la población general. Tal es el caso de los cada vez más escasos materiales de construcción. La causa instalada en la opinión pública es la de los retiros de fondos previsionales. Sin embargo, parece no ser relevante que la comercialización de materiales está concentrada en dos grandes grupos económicos (Cencosud y Falabella) y la producción de madera en un pequeño grupo de familias (Matte y Angelini). Otro ejemplo, que no responde a la pandemia, pero sí a lógicas de concentración y financiarización, es el costo de la vivienda. La conjunción entre el poder de la banca, las grandes inmobiliarias y la vorágine de segmentos de la población con más poder de endeudamiento por acaparar viviendas con objetivos de rentabilidad, ha contribuido fuertemente al aumento de los precios para acceder a este bien (o, en rigor, derecho social).
En consecuencia, ¿vale la pena preguntarse cómo afectan estas variables en la determinación de los precios de bienes esenciales en Chile? Sí, la vale. Por el contrario, en las conversaciones sociales, en los círculos de los grupos tecnocráticos tradicionales, en las mesas de la élite empresarial y en ciertos sectores con amplio capital cultural, la razón de la inflación parece ser únicamente el modesto gasto de los sectores que padecen las consecuencias de un mercado concentrado y los intereses de unas élites profundamente endogámicas. Nuevamente, afirmar que el alza de precios se explica en su totalidad por el aumento del gasto por la inyección de liquidez es un argumento elitista, sesgado y deshonesto.
Sin perjuicio de esto, si se debe hacer una crítica a la política de los retiros, es que está ocupando un espacio sumamente valioso en la agenda pública, espacio que debería emplearse para instalar de una vez por todas la discusión seria y sustantiva sobre la reforma al sistema de pensiones. Y es que no debemos olvidar que el debate sobre la seguridad social y la estructura económica del país es un desafío clave para el renovado proceso político chileno.
Carlos Palacios Peralta
Administrador público, magíster en Ciencia Política. Académico de la Universidad de Chile.

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