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Como los Luchsinger Mackay se apropiaron de territorio mapuche

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6 de Abril de 2016/SANTIAGO Se realizo una concentración en repudio a los montajes y criminalización del pueblo mapuche en Santiago. Esto principalmente debido al violento operativo del 30 de marzo, donde una machi y 10 comuneros fueron detenidos y formalizados en el marco del Caso Luchsinger Mckay. FOTO: FELIPE GUARDA/AGENCIAUNO

Tardé un poco en escribir esto, pero no quiero que se pase por alto algo tan importante. No estaba realmente convencido de escribirlo hasta que escuché los comentarios luego de que los 11 comuneros Mapuche inculpados por el caso Luchsinger-Mackay fueran absueltos de todos los cargos, quizás es culpa del círculo de personas en que me muevo, pero los «mapuches culiaos», «terroristas conchesumadres», etc. terminaron por señalarme que lo correcto era que lo escribiera, como paréntesis, siempre me ha llamado la atención que frases como «mapuches culiaos» se tomen tan a la ligera y sin darle importancia, pero si digo «judíos conchetumares» todo el mundo pierde la cabeza, de hecho, luego de leerlo quizás a usted le dio algo raro por el estómago y ya me está imaginando con el bigote de Hitler.

Vamos a lo que nos convoca, tengo para escribir un libro sobre el caso Luchsinger-Mackay pero trataré de ser lo más preciso posible, de todas maneras, esto da pa largo, partiré por saltarme los casi 500 años del conflicto Mapuche, que comenzó en el lamentable año 1536, cuando 90 españoles tuvieron el primer enfrentamiento con nuestro pueblo originario, cerca del río Itata en la batalla de «Reinogüelén». Después de cientos de años de guerra, masacre, conquistas, «pacificaciones», robo de tierras, esclavitud, engaños, violencia, «urbanización», de impartir la ignorancia que llamamos educación occidental, insultos y ridiculizaciones, el pueblo Mapuche está en un punto crítico, convertido en un enemigo para el estado, quien libra una verdadera guerra contra ellos usando fuerzas especiales de carabineros, sin dejar vivir en paz a niños y ancianos, torturando y violando sus derechos humanos, estamos en camino a convertirnos en el Estado (terrorista) de Israel, que masacra al pueblo palestino.

Pero esta no es la historia del pueblo Mapuche (aunque debería escribirla), esta es la historia de los dueños de fundo, la familia Luchsinger-Mackay.

Irónicamente el primero fue Adán, pero no era hijo de dios (¿Adán era hijo de dios o cómo era el mito?), ni tampoco un Mercader. Adán Luchsinger Martí nació en 1868 como un ciudadano suizo y al igual que cientos de otros colonos italianos, franceses, suizos, alemanes, etc. Adán fue «enganchado» en Europa por la «Agencia de Colonización», con una especie de pack turístico que incluía la concesión de 60 hectáreas en Quechereguas por parte del fisco chileno, mas una yunta de bueyes, una vaca parida, semillas y madera, entre otros bienes (Puta qué ofertón). Fue aquí donde nacieron sus hijos Conrado, Enrique, Carlos y Melchor. En 1906, la familia Luchsinger se trasladó a Vilcún, a 20 kilómetros al oriente de Temuco. Ese año, Adán compró 60 hectáreas al colono alemán Emilio Quepe y, según consta en el Conservador de Bienes Raíces de Temuco (CBRT), a partir de 1909 el patriarca del clan no paró de adquirir terrenos, hasta totalizar más de mil hectáreas. Vamos a explicar un poco cómo consiguieron semejante cantidad de terrenos, pero nos detendremos brevemente en un punto muy importante: tras la “pacificación”, el fisco consideró que los terrenos de los mapuches sin trabajar eran sitios baldíos y los requisó. Si las comunidades acreditaban la posesión de su tierra por el tiempo que la ley exigía, se podían quedar en la “reducción” o “reserva”. En eso consistía el título de merced, en un terreno reducido y reservado para indígenas. En cambio, a las familias de colonos europeos el Estado chileno les entregaba hijuelas de 70 cuadras, más otras 30 por cada hijo varón mayor de 10 años. También recibían los pasajes gratis hasta Chile, tablas, clavos, una yunta de bueyes, una vaca con cría, arado, carreta, máquina destroncadora, pensión mensual durante un año y asistencia médica por dos ¿Sorprendidos? ¿No? Yo tampoco. De aquí surge un gran problema histórico en la disputa de territorios, los colonos comenzaron a demarcar sus terrenos con cercos en línea recta, pero las posesiones mapuche siempre se han deslindado a través de accidentes naturales, como ríos, quebradas y alturas máximas. Estas líneas rectas dibujadas en un plano poco o nada tienen que ver con la ocupación real y efectiva de un terreno. Aquí surgen entonces, las denuncias acerca de deslindes corridos “a la mala”.

Luego de marcar los terrenos como quisieron, se documentó y los Luchsinger fueron dueños de todo, pero como ya se estarán imaginando, no fue suficiente. Llegamos entonces a don (conchesumadre) Conrado Luchsinger, parte de la primera generación de Luchsingers nacidos en Chile. Conrado instaló una pulpería en sus terrenos, aprovechándose de que el proceso de poscolonización fue tan violento, que hubo gente que quedó totalmente empobrecida, quedó sin tierras, sin animales, les quitaron todos sus sembrados y ya no podían sembrar nada (¡Un genio de los negocios! exclamaría un alumno de comercial en la UAI). Este es un antiguo relato Mapuche sobre el negocio: «los peñis antiguos iban a buscar harina para sobrevivir, trigo, sobre todo en las épocas de noviembre y diciembre, de grandes hambrunas. Mucha gente murió de hambre, y ahí Conrado Luchsinger abría libretas y la gente iba hipotecando sus corderos, sus animalitos y sus tierras. Y cuando llegaba la época de cobrar salía con carabineros, corría los cercos y así fue ampliando sus tierras, cobrando toda la plata de las deudas de la gente que compraba para sobrevivir. Al tiempo, él llegaba y decía: ‘Tanto me debe usted, y como no tiene con qué pagarme, me paga en tierra’. Eso lo hacía en todas las comunidades”. (Qué gran tipo).

El hijo de Conrado, Jorge Luchsinger tuvo que sufrir grandes catástrofes para los latifundistas de nuestro país, la primera fue la reforma agraria de Eduardo Frei Montalva, que lo obligó (aunque los Luchsinger aseguran que fue de manera voluntaria) a devolver algunas tierras a los Mapuche, pedazos de 4 o 6 hectáreas para ser más precisos (cueck). Luego, en el gobierno de Salvador Allende, después de cuatro juicios, Jorge Luchsinger debió restituir 56 hectáreas a diversas comunidades Mapuche (Mapuche no tiene plural por si se preguntan por qué no escribo «mapuches»). Claramente después del golpe de estado, muchos latifundistas aprovecharon de “pasar la cuenta” a los activistas de sus fundos, hay detenidos desaparecidos de esos pueblos, pero las familias de las víctimas no hicieron gestiones judiciales o de otro tipo. Según el Informe Rettig, las causas de esta pasividad pueden haber sido «el temor, el desconocimiento de cómo proceder, y una fundamental desconfianza en las instituciones del Estado» (era que no). Tengo una larga lista de acciones conchesumadres de la familia pero como siempre me estoy alargando demasiado y aún ni hablo del juicio.

El asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay fue terrible, nadie puede estar de acuerdo con lo sucedido, pero aquí les tiro algunos datos que, obviamente, no contaron en la TV:

El año 2008 en el fundo Santa Margarita (propiedad de los Luchsinger), muere por un disparo en la espalda Matías Catrileo, los disparos fueron efectuados por la familia Luchsinger y carabineros, ya que desde el año 2003 carabineros resguarda día y noche los fundos en la Araucanía.

Raimundo Villegas, Guillermo Vilches y Claudio Leiro miembros de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE), el equipo de excelencia de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) para casos importantes, a punta de torturas y amenazas a familiares, obligan a José Manuel Peralino Huinca a declarar inculpando a los comuneros Mapuche que fueron parte de este juicio, en esta declaración se basaba el juicio completo.

Una declaración tomada de un carabinero el mismo día que sucedieron los hechos, que se contraponía con la de José Peralino, se perdió «casualmente», cuando se formateó «por error» el computador donde se guardaba el archivo.

Los acusados en este caso eran los principales enemigos de los latifundistas (y el estado que los respalda), algunos datos sobre ellos:

La Machi Francisca Linconao logró la primera aplicación del Convenio 169 en Chile, el cual establece en su artículo 13 la obligación del estado de respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos indígenas reviste su relación con las tierras o territorios, ganó una demanda contra el Estado y un recurso de protección para evitar la tala ilegal de árboles sagrados (perjudicando a las empresas privadas que querían hacer uso de estos recursos). Desde ese momento nunca más la dejaron tranquila. Como dato curioso, su hermana Juana Linconao fue nana en varias casas de los Luchsinger, crió a muchos de sus hijos.

Sergio Catrilaf Marilef es el presidente de la comunidad Juan Catrilaf II, ha recuperado más de 800 hectáreas en los últimos años, siempre al amparo de la institucionalidad y del proceso de compra de tierras que lleva la Conadi. En 2008 la propia Conadi le pidió a Sergio y a la comunidad que prestara su personalidad jurídica para la compra de un territorio que entonces correspondía a Jorge Luchsinger, sobre el cual la comunidad del fallecido Matías Catrileo reclamaba su derecho. La comunidad Juan Catrilaf II accedió y el propio Sergio, fijó ese momento como el inicio de la persecución en su contra. Un año después, en 2009, fue acusado de incendio de carácter terrorista por el caso Tur-Bus. Pasó, igual que en el caso Luchsinger Mackay, más de un año prisión para después terminar absuelto.

Luis Tralcal Quidel dirigente del Lof Yeupeko Katrileo, también sufrió prisión preventiva con el caso Tur-Bus, al igual que Sergio Catrilaf. En los últimos seis años se le ha acusado de asesinar carabineros, incendiar fundos y diversos delitos. En todos, ha sido absuelto. Ha pasado casi tres años acumulados en prisión preventiva, sin ser culpable de ninguno de los delitos.

Una de las líneas investigativas de la fiscalía habla de un sujeto que le comentó a sus amigos que la noche del ataque había estado tomando con su cuñado, el machi Celestino Córdova (otro de los imputados), cuando éste le pidió que le hiciera un flete cerca de las 10 de la noche a un lugar que él desconocía (supuestamente a la casa de los Luchsinger). Después de entrevistarse con la persona que reconoció esto, dijo arrepentirse y que lo había dicho para, cito textual: “dárselas de bacán”.

En resumidas cuentas, la principal prueba que tenían contra los comuneros, y por la cual la Fiscalía pedía cadena perpetua, era el testimonio de José Peralino, quien el primer día de la formalización denunció presiones de la PDI para inculparlos.

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Al enterarse de que Donald Mackay daría una entrevista al Diario Austral de Temuco, el día 19 de julio del 2013, siete integrantes de la otra familia, los Luchsinger, fueron a golpearlo a él y al equipo periodístico. Según consignó el medio, luego de golpearlos con puños y pies, los retuvieron por cerca de una hora. Como pueden apreciar en las fotografías, estos pacíficos latifundistas grabaron y fotografiaron a Mackay mientras lo golpeaban en el suelo. ¿Qué linda familia no?

Este texto se basa en el excelente trabajo del historiador Martín Correa, titulado: «La familia Luchsinger, el fundo Santa Margarita y las comunidades mapuches»

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