Estimadas amigas, Estimados amigos, Compatriotas,
Hemos leído y escuchado con mucha preocupación las posiciones del candidato José Antonio Kast en su campaña presidencial, en su programa de gobierno, en sus entrevistas y discursos recientes. Sus posiciones y las del reciente creado Partido Republicano de Chile, nos llevan a definitivamente a compararlo con las ideas y planteamientos del presidente Donald Trump del Partido Republicano de Estados Unidos y el presidente Jair Bolsonaro de Brasil, de los cuales la opinión pública nacional a e internacional no guarda buenos recuerdos.
Nos preocupa de manera extrema su posición acerca de los derechos de las mujeres de Chile, en especial la eliminación del Ministerio de la Mujer (página 14 de su programa), el proyecto de subsidiar sólo a familias casadas (página 33 de su programa); el proyecto de obligar a toda niña violada a ser madre (página 14 de su programa); el proyecto de revertir la ley de aborto en 3 causales (página 14) y el proyecto de impedir la educación integral de género (página 22 de su programa); el proyecto de restringir la adopción solo a parejas heterosexuales y casadas (página 17 de su programa) y el proyecto de privilegiar el modelo de familia tradicional, excluyendo otras múltiples formas de familia (página 15 de su programa).
En una entrevista reciente, Johannes Kaiser, un diputado electo por el partido Republicano de José Antonio Kast expresó esta posición extrema en contra de los derechos de la mujer chilena de manera insolente y grosera. Dijo entre otras ofensivas palabras “Las mujeres dejan de ir al parque porque tienen miedo de inmigrantes que las pueden violar, pero siguen votando por los mismos partidos que están trayendo a esa gente, y tú realmente te preguntas si el derecho a voto (femenino) fue una buena idea”.
Muchas de nosotras y nosotros fuimos forzadas y forzados al exilio, luego del trágico Golpe de Estado en nuestro país en 1973. Algunos de nosotras y nosotros también fuimos víctimas de las persecuciones en diversos países del llamado “Plan Cóndor” impulsado y puesto en marcha durante la dictadura en Chile. Por esta razón nos alarma el proyecto del candidato Kast de perseguir a activistas opositores por toda América Latina (página 27 de su programa), que no es otra cosa que revivir este odioso, brutal e ilegal plan.
También nos preocupan de sobremanera sus ideas acerca del reforzamiento del militarismo en Chile, cuya participación en dicho Golpe de Estado ha sido cuestionado y procesado legalmente hasta el día de hoy. Nos preocupa el proyecto de aumentar el gasto en Fuerzas Armadas sin incorporar fiscalización, ni expresar denuncias de los altísimos niveles de corrupción en dichas instituciones (página 8 de su programa); el proyecto de subir la pensión sólo a jubilados de las Fuerzas Armadas (página 51 de su programa) y el proyecto de avalar la militarización y violencia de Estado en la Araucanía (página 7 de su programa).
Muchas de nosotras y nosotros abrazamos la religión católica como la gran mayoría de chilenas y chilenos. La posición de la Iglesia Católica chilena durante la dictadura, en especial a través de la Vicaria de la Solidaridad, fue valiente y ejemplar y salvó muchas vidas. Sin embargo, nos preocupa la posición del candidato José Antonio Kast de involucrar a las iglesias en la gestión del Estado. Es importante señalar que ya en la Constitución de 1925 se estableció claramente la separación de la Iglesia del Estado, como en la mayoría de los países en el mundo. Sin embargo, nos preocupa el proyecto de favorecer la injerencia de las iglesias cristianas en asuntos del Estado, diluyendo sus límites y fronteras, propias de todo Estado moderno (página 15 de su programa) y el proyecto de obligar a toda escuela pública a impartir clases de religión (página 25 de su programa).
Nos alarma también la posición del candidato Kast sobre los derechos de las trabajadoras y trabajadores; el proyecto de perpetuar y reforzar el cuestionado sistema de AFP (página 29 de su programa); el proyecto de derogar la reforma laboral que protege a los sindicatos (página 55 de su programa); el proyecto de desconsiderar el impuesto a los súper-ricos, fomentando desigualdad (página 44 de su programa); el proyecto de mantener la privatización del agua en lugar de considerarla un bien público (página 52 de su programa) y el proyecto de precarizar el empleo, extremando la facilidad de empleadores para despedir a empleadas y empleados sin cautelar sus derechos laborales (página 56 de su programa).
Como chilenas y chilenos, nos preocupa enormemente la idea del candidato Kast acerca de querer privatizar Codelco, la única corporación chilena del cobre. La empresa estatal es una de las principales fuentes de ingresos para el país, con cuyos aportes se han construido viviendas, escuelas, hospitales, carreteras y otras obras de infraestructura. Para el año 2021 se espera que Codelco entregue al fisco excedentes superiores a USD 7.000 millones. En manos privadas el aporte de Codelco al Estado se reduciría enormemente con lo cual las imprescindibles inversiones que necesita el país se verían seriamente afectadas.
Finalmente, es preocupante el proyecto del candidato Kast de quitar financiamiento público al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago. (página 29 de su programa). Este museo es de importancia fundamental para la educación en derechos humanos en Chile, un país golpeado por el más brutal Golpe de Estado en su historia. Son precisamente los derechos humanos los que están en juego en estas elecciones.
Llamamos a todos los chilenos sin distinción de creencias religiosas o posiciones políticas a oponerse a la candidatura de José Antonio Kast, votando por el candidato Gabriel Boric cuyo plan de gobierno apunta a la necesidad de impulsar la descentralización del país, profundizar la paridad de género, reconocer a la diversidad sexual, el cuidado del medio ambiente y la dignidad en materia laboral. Su plan incluye pensiones justas, salud para todos los chilenos, educación de calidad gratuita, protección del medio ambiente, seguridad y protección ciudadana y respeto a los pueblos originarios.
Gabriel Boric representa la voz genuina de las nuevas generaciones que desean cambios ineludibles y justos en Chile. Sus voces han resonado en Chile desde la rebelión de los estudiantes en octubre de 2019 y las multitudinarias demostraciones populares que siguieron incluyendo las grandes protestas en todo Chile por las mujeres chilenas en el Día de la Mujer el pasado mes de marzo de 2020. Esto como la expresión más clara y oportuna por la justicia social y la urgente necesidad de cambios en Chile.
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CIUDADANAS Y CIUDADANOS CHILENOS EN EL EXTERIOR.