por Franklin Andrade
Los candidatos de ultraderecha como Evelyn Matthei, José Antonio Kast, Johannes Kaiser y Franco Parisi representan una peligrosa regresión autoritaria disfrazada de soluciones eficaces. Bajo discursos populistas y conservadores, su proyecto político apunta a desmantelar los principios básicos de la democracia liberal, reduciendo los derechos sociales conquistados con décadas de lucha y fortaleciendo mecanismos represivos contra quienes disienten o resisten.
Su narrativa se sostiene en el miedo, la mentira y la ignorancia, explotando el malestar social para consolidar una visión excluyente y autoritaria del poder. Si esta retórica se normaliza —criminalizando la protesta, estigmatizando a las minorías y exaltando el orden como sinónimo de injusticia—, el país corre el riesgo de retroceder a tiempos donde el autoritarismo y la violencia política eran política de Estado.
La historia enseña que cuando el fascismo se impone, la resistencia es más dura y el costo más alto. Por eso, el momento de despertar es ahora, antes de que la noche caiga sobre las libertades que aún quedan.