La renuncia de Mañalich al Ministerio de Salud es la comprobación de que la política criminal que implementó el gobierno de Piñera y los empresarios para enfrentar la crisis sanitaria por el covid-19 terminó siendo un completo fracaso; la supuesta “mejor salud del planeta” develó rápidamente sus deficiencias y desigualdades estructurales. Las políticas neoliberales de las últimas décadas, con sus recortes de recursos y lógicas de mercado dañaron profundamente nuestro sistema público de salud; promoviendo, en cambio, millonarios negocios en el sector privado. El acceso a una salud de calidad, finalmente, se ha transformado en un privilegio para quien pueda pagar y no en un derecho humano básico garantizado para la población. De esta situación, son responsables este gobierno y los anteriores de la Concertación – Nueva Mayoría.
En medio de la pandemia, la cesantía, el hambre y el frío que están sufriendo miles de trabajadores y sus familias, llevan a que se esté juntando mucha bronca en la población. Esto inevitablemente conducirá a nuevas movilizaciones y explosiones sociales.
Previendo este escenario, la casta política chilena ha puesto en marcha un nuevo Acuerdo Nacional, que claramente es un acuerdo para proteger sus intereses, al gobierno y los grandes empresarios; mientras que el pueblo trabajador paga las consecuencias de la tormenta que ha caído sobre sus espaldas con la pandemia de coronavirus y la crisis económica. La elite nuevamente intenta chantajearnos con la idea de que necesitamos trabajar unidos por el bien de la patria en estos tiempos difíciles, pero mientras nos tratan de vender este discurso, por otro lado siguen aprobando leyes que perjudican a las grandes mayorías populares, favoreciendo al gran empresariado y la represión. En lugar de destinar importantes recursos para cubrir las necesidades sociales, siguen gastando millones para adquirir modernos equipos de represión policial, carros lanza aguas, armamento, bombas lacrimógenas, nuevos sistemas informáticos y drones de alta tecnología.
La oposición parlamentaria en Chile es un chiste, en lo real y concreto no existe, los partidos institucionales son incapaces de organizar nada, menos todavía una protesta; ni siquiera son capaces de llamar al pueblo a manifestarse contra todas estas injusticias. La pandemia no puede ser una excusa, hay muchas maneras de ejercer la desobediencia civil respetando la separación física y las medidas de autoprotección.
Este Acuerdo de Unidad Nacional solo busca respaldar al gobierno de Piñera y los empresarios, con esta maniobra buscan ir mucho más allá, quieren arrojar un salvavidas para este sistema en crisis; que sin el apoyo de la Ex Concertación-Nueva Mayoría se hundiría junto con el gobierno de Piñera. Este acuerdo busca mantener el modelo capitalista neoliberal y los pilares de la Constitución dictatorial y con esto buscan garantizar sus privilegios desmedidos, la desigualdad brutal, la enorme pobreza y el hacinamiento que esta pandemia ha evidenciado crudamente.
Todo se ha agravado por el mal manejo de la pandemia de Covid-19 y de la crisis económica
El hambre y el frío es una triste realidad que se ha venido a instalar en la mayoría de las poblaciones y sectores populares de nuestro país, al igual que en los años 80 bajo la brutal dictadura de las fuerzas armadas y la derecha chilena.
La cesantía está afectando a amplios sectores de nuestro país, la mal llamada Ley de Protección del Empleo, que permite a los empresarios enviar a los trabajadores a sus hogares sin indemnización, y cobrando sus ingresos de su propio ahorro en el Fondo de Cesantía, cuando pueden; es una tragedia para cientos de miles de hogares. Esa ley que ha costado cientos de miles de puestos de trabajo fue votada por casi todos los diputados, con solo 7 excepciones, que votaron en contra de los 150 parlamentarios que la aprobaron.
Este es el Acuerdo de Unidad Nacional que desean consolidar en esta segunda etapa
Otras leyes de este paquete de Unidad de la derecha y la Ex Concertación-Nueva Mayoría, es la nueva Ley de Inteligencia, que incorpora la noción de enemigo interno al rol que deben jugar las fuerzas armadas.
Piñera debe renunciar ahora
La elite dominante trata de evitar que la segunda fase del levantamiento social haga realidad la demanda que se vaya Piñera y su gobierno inepto y criminal.
Quieren impedir una genuina Asamblea Constituyente construida desde las poblaciones y las organizaciones sociales, para que decidamos nuestro futuro. Maniobran como pueden para que se olvide la exigencia popular de una Nueva Constitución que permita acabar con las AFP, y establezca un sistema de Seguridad Social solidario y de reparto, que garantice buenas pensiones con financiamiento tripartito de Trabajadores, Empresarios y del Estado, junto con un sistema de Salud y Educación Pública gratuito y universal.
La necesaria unidad de los trabajadores y los sectores populares
Necesitamos rescatar toda nuestra tradición histórica, partiendo por la experiencia de la Unidad Popular, que nos debe recordar que una amplia unidad de clase es necesaria para llevar adelante un programa de políticas públicas socialistas y de soberanía nacional.
Los Socialistas Revolucionarios estamos por una amplia unidad de la clase trabajadora, estamos por un programa y un gobierno de los trabajadores para poner fin a este corrupto sistema capitalista que reporta enormes ganancias solo a un puñado de multimillonarios. Promovemos como alternativa, la gestión social y control democrático de la economía y sus recursos para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población. En eso consiste la sociedad socialista y democrática que necesitamos construir.
Socialismo Revolucionario
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