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Huertos comunitarios en Chile: solidaridad y autogestión en plena pandemia de COVID-19

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SPUTNIK

Por Carolina Trejo 

Debido a la crisis sanitaria del nuevo coronavirus y las medidas de confinamiento, las grandes cadenas de alimentación se han convertido en la principal fuente de abastecimiento de las familias en las ciudades de Chile. No obstante, existen alternativas que promueven la sustentabilidad comunitaria, la autogestión y el autoconsumo alimentario. 

Como al inicio del aislamiento social preventivo en Chile, con cada prórroga de cuarentena se congregan largas filas de personas en las entradas de los supermercados. La adquisición de alimentos en los centros urbanos parece estar estrechamente vinculada con las estanterías metálicas de estas grandes superficies, a pesar de que muchos pequeños locales de barrio han señalado que sus ventas se han visto incrementadas en este tiempo de pandemia.

Olla común Lo Hermida, Santiago

© FOTO : GENTILEZA ASAMBLEA TERRITORIAL LO HERMIDA

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Sin embargo, existen otras formas de practicar y entender la alimentación, ligadas al autoconsumo y al cultivo de pequeñas huertas urbanas. Iniciativas que permiten, por un lado, congregar a los vecinos de un territorio para que hagan uso de sus espacios públicos y cultiven productos orgánicos, y por otro para que se conozcan, recreen, aprendan y desarrollen cooperación mutua por medio del trabajo comunitario.

Esto es lo que hace el huerto comunitario La Berenjena, que nació a mediados de 2012 con la intención de recuperar un terreno por años en desuso y convertirlo en algo útil y beneficioso para la comunidad.

Con ayuda de un comité de vecinos de Villa Providencia de Macul, ubicada en la populosa comuna de La Florida en la zona sur de Santiago, La Berenjena logró conseguir un terreno eriazo (predio sin construcciones), que hoy trabajan principalmente pobladores de la Villa y de los alrededores.

Primeros trabajos de vecinos en terreno eriazo para cultivar

© FOTO : GENTILEZA HUERTO COMUNITARIO LA BERENJENA

Primeros trabajos de vecinos en terreno eriazo para cultivar

«Con el tiempo y mucho trabajo comunitario de vecinas y vecinos, amigas y amigos de otros territorios, se convierte en un huerto comunitario y tras ya casi ocho años, se proyecta como un vergel capaz de entregar soberanía alimentaria a quienes participan de él como también a quienes se pueda apoyar con todo lo que el huerto puede generar», cuenta a Sputnik Alonso Herrero, miembro de La Berenjena.

Herrero agrega que en el huerto comunitario no solo se entrega alimento y medicina, sino «también cultura, sabiduría ancestral, control comunitario, autonomía política y autogestión de la vida».

Tras la llegada de la pandemia 

Trabajo en barro

© FOTO : GENTILEZA HUERTO COMUNITARIO LA BERENJENA

Trabajo en barro

Los integrantes de La Berenjena relatan que antes de la crisis sanitaria en el huerto se realizaban periódicamente mingas de trabajo temático. Minga proviene de la voz quechua minka, que es una forma de trabajo colectivo y voluntario tradicional.

Previo a la pandemia se realizaban mingas del barro, de siembra, del agua; momentos de trabajo, pero también de encuentro entre los vecinos, «en las cuales se trabajan las camas de cultivo y se resuelven los problemas del momento, como desmalezar, reordenar espacios, etc., y finalmente se prepara la jornada siguiente, con un momento de compartir alimento, mate y conversación», detallan los miembros de La Berenjena en diálogo con Sputnik.

Hoy en tiempos de crisis «sociosanitaria», como ellos la llaman, las mingas se han suspendido, al igual que otras actividades masivas, pero sí se riega y trabaja el huerto periódicamente. No obstante, se sigue en el trabajo comunitario, pero de otra forma.

«Nos enfocamos en ayudar en la sanitización del barrio y el apoyo a los y las más vulneradas, compartiendo y acopiando alimento, ropa y utensilios de limpieza. En la búsqueda de levantar redes de apoyo y cooperativas», señalan.  

Horizontalidad, autonomía y apoyo mutuo

Vista de huerto de árboles frutales y acelgas

© FOTO : GENTILEZA HUERTO COMUNITARIO LA BERENJENA

Vista de huerto de árboles frutales y acelgas

Los integrantes del huerto comunitario La Berenjena han participado de distintas movilizaciones y reivindicaciones, «mantuvimos el año pasado una constante lucha contra el TPP11 [Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico], y durante la revuelta participamos activamente de las asambleas territoriales y el huerto se convirtió en un punto de reunión importante».

Protestas en Chile

© AP PHOTO / LUIS HIDALGO

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Según cuentan, desde que nació La Berenjena en 2012 han formado parte de distintas manifestaciones sociales. Muchos de sus integrantes participaron del movimiento estudiantil del 2011 donde refirman sus formas políticas de trabajo actuales, «cómo es el trabajo asambleario de forma horizontal, la autonomía frente a los partidos políticos, los voceros (delegados) mandatados por las asambleas».

Por ello, cuando se produce la revuelta social, el huerto ya estaba organizado y vinculado a otras organizaciones, por lo tanto, vino a potenciar un proceso de descontento y de autoorganización que ya se venía desarrollando. 

«La revuelta nos permitió crecer y extendernos con otros territorios en sus saberes y experiencias, lazos inquebrantables que se han afianzado al calor de la barricada, siendo hoy en la pandemia este el germen de esta organización comunitaria que se proyecta como un proceso de construcción popular verdadero y genuino», detalla Herrera.

Hoy forman parte de Asamblea Territorial WAF, que los conecta con una zona de la ciudad más amplia, puesto que el huerto es su organización de base que los vincula al territorio donde están ubicados.

Desde la Asamblea Territorial proyectan un trabajo a nivel comunal y metropolitano, que se funda bajo los principios instalados, como señalaron, en el 2011, de horizontalidad, autonomía y apoyo mutuo. Y que les ha permitido levantar redes de apoyo y comunicación, trabajo de acopio de alimento y ropa, crear cooperativas y otros huertos comunitarios en «espacios subutilizados que permiten generar abundancia y soberanía alimentaria».

Vista actual del huerto

© FOTO : GENTILEZA HUERTO COMUNITARIO LA BERENJENA

Vista actual del huerto

Hoy se está trabajando para levantar nuevamente esta red de huertos. Esto es fundamental para planificar y accionar las siembras pensando en la crisis alimentaria. La idea es que los huertos sean una alternativa saludable y nutritiva.

Una persona sin techo en Chile

© REUTERS / IVAN ALVARADO

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«Es fundamental que más allá de carbohidratos y proteínas, nuestro pueblo tenga acceso a las vitaminas y nutrientes tan necesarios para fortalecer su sistema inmunológico para hacer frente a la pandemia, y las luchas y desafíos que vendrán a futuro», añaden los integrantes de La Berenjena.

Por todo este trabajo y sus proyecciones es que a los miembros de La Berenjena forman parte de la campaña El Pueblo Ayuda al Pueblo, cruzada que surge según su opinión «en contra de las campañas de ‘ayuda’ institucionales en las que se distribuyen migajas a cambio fotografías y campañas mediáticas. El Pueblo Ayuda al Pueblo es solidaridad y sobrevivencia».

«El abandono es del Estado, no es de los vecinos ni de la comunidad, y al contrario, con el COVID-19 comenzaron a trabajar las mismas asambleas que antes estaban en la calle. Están trabajando para ir en ayuda de la comunidad», señala a Sputnik Emil Fernández, vecina de la Villa Macul, beneficiaria de La Berenjena.

Cartel colocado en tiempos de pandemia

© FOTO : GENTILEZA HUERTO COMUNITARIO LA BERENJENA

Cartel colocado en tiempos de pandemia

Esta labor territorial no solo permite al huerto comunitario La Berenjena ir en ayuda de sus vecinos, sino también «encontrarse en el trabajo y cuidado de la tierra». Una experiencia empoderada y enriquecedora, a la que invitan a sumarse, porque para ellos ha significado un camino de descubrimiento, donde han aprendido de la naturaleza, sus ciclos y sus ritmos. Donde han entretejido relaciones humanas y organizativas.

«Aprendimos que la historia ancestral se guarda en las semillas y nos unimos a las luchas populares que nos precedieron. Sembramos trabajo, cultivamos la organización y cosechamos comunidad consciente».

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