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A 134 años de la Epopeya Mapuche. Füta Malón: Levantamiento General contra el Estado Invasor Chileno.

1947
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La historia de nuestro Pueblo está plagada de hechos gloriosos en defensa de su territorio y de su libertad. Quizás uno de los capítulos más conmovedores diga relación con el Futa Malon (Levantamiento General) del año 1881 y la última gran batalla de nuestras fuerzas militares Mapuche contra el Ejército Chileno desarrollada en el Fuerte de Temuco entre los días 5 y 6 de noviembre de ese mismo año.

Se dice que los pueblos son grandes y sus culturas perduran en el tiempo, en la medida que son capaces de tomar el cielo por asalto, de realizar hazañas y epopeyas increíbles. Desde aquel día 5 de noviembre de 1881, los mapuches comandados por los lonko Esteban Romero (Truf-Truf), Melivilu (Maquehue), Epul (Tromen), Lienan (Temuko), Marileo Kolipi (Purén), Epuleo (Victoria), Millapán y Necul Painemal (Chol-Chol), Ñanco (Tirúa), Painecur (Tolten), Neculman (Lonquimay) y Namuncura (puelche), entre otros jefes militares, derramaron su sangre en los campos de batalla del Wallmapu intentado precisamente realizar un epopeya casi imposible: detener el avance de las fuerzas militares chilenas y evitar así la perdida de la independencia de nuestro pueblo.

Nuestros hermanos sabían quizás que no podrían ganar y que la mayoría de ellos moriría en este levantamiento. Sin embargo, se organizaron y lucharon, dejando en claro que la entrega de la independencia mapuche debía pagarse con la vida, ya que el sacrificio anterior de tantos toquis y guerreros frente a los españoles no podía haber sido en vano. Hoy, al cumplirse 134 años de estos sucesos, los jóvenes Mapuche tenemos el deber de reivindicar a nuestros caídos, más aun cuando la lucha de nuestro pueblo vuelve a renacer con inusitada fuerza en distintos puntos del territorio…

POR QUE A 134 AÑOS NADA NI NADIE ESTA OLVIDADO. . .

LOS PREPARATIVOS DEL FUTA MALON

“Pocas semanas después de fundado Temuco, comenzaron las primeras hostilidades. Aún no se unían los diferentes grupos mapuches a fin de preparar un plan de ataque común. Por tanto, se trataba de hostilizar al invasor. Se atacaban las caballadas cuando salían a pastar, se cortaban las líneas del telégrafo y se atacaban las caravanas de carretas que aprovisionaban a los fuertes militares recién instalados…”.

José Bengoa, “Historia del Pueblo Mapuche”, 1985.

“Los jefes de las respectivas divisiones militares deben tener presente que el único objetivo es hacer desaparecer esas tribus i que, por consiguiente, se las debe hostilizar en todo sentido, es decir, tomándoseles sus animales, destruyéndoseles sus casas i aprisionándoseles sus familias i no dándoles cuartel a los indios que resisten…”.

Instrucciones para la Campaña del Ñielol de Gregorio Urrutia, Comandante en Jefe del Ejército de Ocupación, publicadas en El Araucano de mayo 31 de 1881.

“A causa de esta gran aversión contra los huincas, se complotaron en todas partes los mapuche para levantarse contra ellos. El primer impulso lo dieron los caciques pehuenches en un mensaje al cacique Neculman de Boroa con el contenido de que preparara la guerra en Chile, así como ellos se alistaban en Argentina. Además enviaron un cordón con nudos (prron-füü) que indicaba cuando estallaría el malón general…”.

Pascual Coña, “Memorias de un Cacique Mapuche”, 1930.

“Estando actualmente el ejército argentino avanzando sus fronteras para dominar a las tribus de las pampas, procurará tomar conocimiento de aquellas ocupaciones, para facilitar la comunicación entre las plazas militares de una i otra República… y obtener el mayor éxito en las operaciones confiadas a ambos ejércitos…”.

Carta de Cornelio Saavedra, Inspector General del Ejército de Chile, al Comandante en Jefe del Ejército de Ocupación de Arauco, Gregorio Urrutia. 29 de julio de 1881.

“A fines de julio se empezó a susurrar entre los indios un levantamiento general, iniciado por el cacique Neculman de Boroa, quién, según datos fidedignos, mandó correos a los principales caciques invitándoles a la guerra. Según se ha podido saber de buen origen, Neculman había sido también invitado por las tribus de la ultra-cordillera, las cuales le ofrecían auxilio…”.

Gregorio Urrutia, Comandante en Jefe del Ejército de Ocupación de Arauco, 12 de septiembre de 1881.

ATAQUE AL FUERTE DE LUMAKO

“De madrugada se apostaron frente al poblado de Lumako varios cientos de guerreros mapuches. En caballos finamente ajaezados, las lanzas enormes con sus puntas de acero brillantes, las posiciones hieráticas y tensas de quienes saben que han de entrar en batalla. La tradición oral dice que los dirigió Luis Marileo Colipi, llamado simplemente Colipi, nieto de Lorenzo, fundador de la dinastía. Estaban reunidos los mocetones y caciques de Purén, Los Sauces, Lumaco, Traiguén, Nehuelban y sus alrededores…”.

José Bengoa, «Historia del Pueblo Mapuche», 1985.

“El 5 de noviembre, como a las 8 AM, los indios en número de 400, se presentaron delante de esta plaza para atacarla. El capitán Juan Barra con 45 hombres del escuadrón cívico de Lumaco, protegido por 20 infantes del batallón movilizado Ñuble, rechazó el ataque, pero los indios después de haberse retirado intentaron otro…En estos encuentros dejaron los indios 23 muertos, habiéndose muerto también varios soldados y heridos otros…”.

Gregorio Urrutia, Memoria del Comandante en Jefe del Ejército del Sur. Angol, diciembre de 1881.

“En Lumaco ha sido donde los indios han hecho más fechorías, aún no se sabe el número de muertos, pero las noticias que traen los que han venido de allá no pasará de 300 ni bajará de 200. Tres veces han venido los indios a Lumaco, llegando su atrevimiento hasta acercarse a pie hasta los fosos y paredes del cuartel…”.

El Mercurio de Valparaíso, 21 de noviembre de 1881.

“Los arribanos de Quillen y Lautaro se pusieron de acuerdo con los abajinos de Lumaco. Y en la noche llegaron, miles y miles de soldados mapuches. A la guerra estaban invitados Reiman, Huilcaman mi descendiente, Melillán y también Marileo, todos estaban invitados…”.

Relato de don José Luis Huilcaman, Consignado en «Historia del Pueblo Mapuche», José Bengoa, 1985.

“Los indios asaltaron los puntos inmediatos a Lumako. Temuco amagado por un gran número de indios. Hasta este momento se ignora el resultado de los combates. Los indios en número de cuatro o cinco mil se hallan a cuatro leguas de aquí. Hoy salió una división a perseguirlos. Los muertos por los indios en las inmediaciones de Lumaco pasan de cien. Imperial Bajo ha sido destruido completamente…”.

Telegrama del Comando del Ejército del Sur al Ministro de Guerra, Traiguén, 9 de noviembre de 1881.

ATAQUE AL FUERTE DE TOLTEN

“Durante nuestra estada en Toltén recibió Painemilla un mensaje de Calfupán. “Teneis que ayudarnos, vamos a asaltar el pueblo de Toltén”, me pedían los caciques Colihuinca, Painecur, Huichal y Carmona, los jefes del levantamiento. Yo me negué, les dije: “si queréis recibir derrota, andaos solos”. Más tarde nos contó un mensajero: “Cuando la insurrección llegó a Boca Budi, fue muerto el chileno José López por el cacique Painecur. En una canoa bajaba este con otros, entonces los alzados avanzaron desde las dos riberas contra ellos, invadieron las canoas y los ultimaron…”.

Pascual Coña, “Memorias de un Cacique Mapuche”, 1930.

ATAQUE AL FUERTE DE IMPERIAL

“Señor Intendente de Valdivia y Lebu y Comandancia Jeneral de Armas de Algol. Ayer como a las 4 PM pasó el parte Carmona a don Jacinto Ríos que la indiada atacaría hoy en la noche. Esto es, señor Intendente, una cosa seria y es preciso que se tomen medidas mui enérgicas. Necesito tropas, armas, municiones para castigar a los indios. En Imperial se habían reunido 200 hombres, pero sin armas y tuvieron que abandonar el cuartel…”.

Telegrama de Pascual López a Gregorio Urrutia. 5 de noviembre de 1881.

“Hoy a las 8 de la mañana los padres de la misión de Imperial llegaron arrancando de los indios y me dicen lo que sigue: Ayer a las 5 PM los indios en Mañio en número de 2.000 dispersaron a las tropas. En el río Cautín han muerto a 9 individuos. Muchos temores en Imperial. Sirva US. Mandar éste mensaje por vapor a Lebu. Dios guarde a US, muchos años…”.

Telegrama de Pascual López a Gregorio Urrutia. 6 de noviembre de 1881.

“Una terrible invasión de indios destruyó por completo Imperial, no escapándose más que la música y el cuartel. Más de 400 personas se encuentran aisladas en este pueblo, sin contar unas 80 que aun están ocultas en el monte. Se calcula en más de 200 el número de víctimas, contándose entre ellas el subdelegado de Imperial, Pascual López… El porvenir de Imperial ha desaparecido y si no se toman medidas oportunas puede contarse con que una de las regiones mas hermosas ha desaparecido para la civilización…”.

Telegrama de un colono a Gregorio Urrutia. Toltén, 12 de noviembre de 1881.

ATAQUE AL FUERTE DE TIRUA

“Señor Intendente: Los motivos que originan las alarmas son las invasiones que después de destruir la población de Imperial, han atacado al sur del departamento de Cañete y que se encuentran ya en Tirúa… Si usted me pudiera mandar hombres y armas, sería un auxilio mui oportuno…”.

Telegrama de Manuel Carrera Pinto, Gobernador de Lebu, al Intendente de Arauco. 7 de noviembre de 1881.

“Prepare UD., y tenga lista para marchar a Lebu el el primer vapor que toque ese puerto (Talcahuano) toda la tropa de la que pueda disponer y que se encuentre en buen estado de organización y disciplina. Esta tropa debe ir bien armada y amunicionada a ponerse a las órdenes del general de armas de Arauco…”.

Telegrama de del Intendente de Arauco a las guarniciones de Talcahuano, Coelemu y Lautaro (Concepción). 7 de noviembre de 1881.

“El primer encuentro tuvo lugar a una legua y media de Tirúa, en el borde del río del mismo nombre, en un lugar conocido como Loncotipai. A una primera descarga de fusilería cayeron 30 mapuches muertos y el doble de ellos quedo herido. La tropa estaba comandada por el capitán de milicias don José Luis Aguayo. Al día siguiente se produjo otro enfrentamiento en el fundo Relún, al oriente de Tirúa, donde murieron 42 mapuches…”.

Telegrama del Comandante General de Armas de la Araucanía. 12 de noviembre de 1881.

“Ayer trajeron a esta ciudad algunos prisioneros tomados en un combate que hubo en Loncotipai a inmediaciones del río Tirúa, entre una parte de la tropa que salió de Cañete y una avanzada de indios. Resultaron algunos indios muertos y algunos heridos y prisioneros. Entre estos viene un hijo del cacique Cayupi. Fue herido en tres partes, en el brazo derecho, en el pecho y en la cara. Entre los muertos figura otro de los hijos del mismo Cayupi, llamado Traipi Cayupi…”.

Telegrama de Manuel Carrera Pinto, Gobernador de Lebu, al Intendente de Arauco. 14 de noviembre de 1881.

ATAQUE AL FUERTE DE ÑIELOL (GALVARINO)

“La tropa que salió en perseguimiento de los indios que salieron a Curaco y Collipulli está de vuelta. Asegura el capitán de dicha compañía, don Honorindo Martinez, que no ha sido muy grande el número de indios que invadieron los campos de Collipulli y Curaco… El número de indios poco más o menos sería de 300, quedando unos 40 de ellos muertos y muchos caballos…”.

Diario El Malleco de Angol, 06 de noviembre de 1881.

“El en fuerte Ñielol se hallaba asilado el cacique Coñoepan, quien al tener la noticia del levantamiento general, se refugió allí con 60 mocetones contribuyendo a la defensa. Coñoepan, que es uno de los caciques más respetados de entre los abajinos, no ha consentido jamás en hacer armas en contra nuestra i por este motivo se le había ocultado el movimiento, a pesar de que su hermano Millapán era uno de los jefes de la insurrección…”.

Memoria de Guerra de don Gregorio Urrutia, 1882.

“Los trenes con tropas de Santiago continuaban llegando a Algol y de allí eran despachados a la frontera. 200 hombres del 8º de Línea y del Batallón Chillán se trasladaron el día 9 a reforzar el Fuerte Ñielol. Dirigía este contingente el coronel Pedro Cartes. Más de 400 soldados, de diversas ramas militares, cuidaban el fuerte…”.

José Bengoa, “Historia del Pueblo Mapuche”. 1985.

“En la noche del 9 llegaron los indios…los mapuches iban disfrazados de comerciantes, metían bulla con coligues y entonces hacían como que imitaban balidos de vaca y de oveja. Pero los guardias estaban previstos, sabían que eran los mapuches que iban a llegar, los habían vendido. Ahí murieron millares de mapuches y vinieron a morir muchos descendientes de Lumaco…”.

El Mercurio de Valparaíso, 15 de noviembre de 1881.

ATAQUE AL FUERTE DE TEMUKO

“Los Mapuche que asediaban Temuco estaban organizados en tres fuerzas. De Tromen venía un contingente dirigido por Huentelao, Epul, Catrileo, Melillán… La segunda columna, la de los mapuches de Maquehue, Quepe y Toltén, estaba dirigida por Melivilu, Painevilu, Manquilef, Epuñam y Millañir, estos debían ingresar por el sur de Temuco. La tercera columna estaba formada por las agrupaciones de Truf-Truf, Cajón y participaban los del Llaima. Su jefe principal era Esteban Romero de Truf-Truf y Manuel Cotar de Llaima, todo ellos se ubicaron al pie del cerro Conunhuenu…”.

José Bengoa, “Historia del Pueblo Mapuche”. 1985.

“A las 8 de la mañana del día 10 atacaron el fuerte Temuco en un número que se estima en más de 1.400 indios. Cayeron allí en combate 27 y sorprendidos algunas horas más tarde a corta distancia del pueblo dejaron muertos a tres caciques y 55 mocetones más, con lo que huyeron escarmentados. Tuvieron los indios en esos ataques más de 150 muertos…”.

Memoria que el Ministro de Guerra, Carlos Castellón, presentó al Congreso Nacional en 1882.

“Cuenta la tradición que el día 10 de noviembre de 1881, en las primeras horas de aquella mañana, debajo de esta misma huilli-patagua ya centenaria del cerro Ñielol, se reunieron los principales caciques mapuches de la región a objeto de estudiar, coordinar y acordar un ataque definitivo contra Temuco… Aquí pues, a la sombra de un canelo y frente a una toqui-cura manchada de sangre, se acordaban los destinos de la guerra y de la paz…”.

Hugo Gunckel, Diario Austral de Temuco, 26 de diciembre de 1946.

“Mi abuelo Manuel Collio fue principalmente guerrero. Más que ninguna cosa le interesaba la guerra. Asistía con gusto a los malones de la Araucanía y de las Pampas. Cuando varios caciques dieron el asalto a Temuco, él tomó parte principal. Mandaba toda la gente que lo acompañaba. Vinieron el cacique Catrilaf, de Allipen, Curin de Dalcahue, Rañilaf de Quechereguas, Huenupan de Llaima y Pichulman de Río Negro… Acamparon un poco al norte de Temuco, allí los sorprendieron los soldados… Los caciques daban en los combates ejemplo de valor a sus mocetones. Por eso aquí murieron Collio, Cotar y todos los que lo seguían…”.

Testimonio de un descendiente del cacique Manuel Collio. Consignado en “Memorias de la Campaña a Villarrica”. F.A. Subercaseaux. 1883.

“Esteban Romero fue a buscar a varios por allá por Cunco. Esos guerreros terminaron allí en el río Cautín, con caballo y todo. Los mataron los chilenos con las armas que tenían. Estos de acá iban solo con lanzas. Primero tenía un tiro no más el fusil, ya después tiraban varias veces y mataban mucho. Los que se salvaron pasaron el río agarrados de la cola del caballo, así se salvaron…”.

Testimonio de don Alejandro Curiqueo de Truf-Truf (1981). Consignado en “Historia del Pueblo Mapuche”, José Bengoa, 1985.

“Mi padre don Juan Quidel, ya mui viejo, se subió conmigo al cerro Conunhuenu, al sureste de Temuco, a presenciar el ataque. La partida de Truf-Truf estaba acampada cerca del vado, tal ves esperaban reunirse con los demás: varios mocetones carneaban cuatro vacas que habían aparecido por ahí, de repente llegan los soldados y los cargan… Manuel Cotar, cacique de Llaima, su capital Colimán y muchos mocetones cayeron en la pelea…Desde el fuerte disparaban algunos cañonazos para el otro lado del río, en dirección a Padre Las Casas. Así fue ese ataque tan memorable para los habitantes de Truf-Truf…”.

Testimonio de don Juan Quidel de Truf-Truf. Consignado en “Historia del Pueblo Mapuche”, José Bengoa, 1985.

LA RETIRADA TRAS LA DERROTA

“Pillanlelbun, a las 8.40 PM. Señor Ministro de Guerra, no hai novedad, indios casi todos entregados. Toltén e Imperial tranquilos. Boroa y Truf-Truf han depuesto sus armas, indios amigos de Purén y Lumaco que me acompañan se vuelven hoi. Mañana salgo en expedición para castigar a Marimán y otros de las inmediaciones de Imperial que no se han entregado… Hoi se da principio a la construcción del Fuerte Chol-Chol, donde dejaré una guarnición de 225 hombres. No tengo noticias de Villarrica ni de Pitrufquen. Ejército sin novedad…”.

Parte de Gregorio Urrutia, Revista del Sur, 15 de noviembre de 1881. “En este momento recibo el siguiente parte: el enemigo esta pasando el Cautín con sus haciendas y familia. Todos los caciques alzados están haciendo lo mismo. Ha salido en su persecución una división de 500 hombres, compuesta de 200 infantes, 75 jinetes y el resto de muchos indios amigos. Millapán, que fue el jefe que atacó Ñielol, esta preso…”.

Parte de Gregorio Urrutia, Revista del Sur, 16 de noviembre de 1881.

“Terminado el levantamiento Urrutia reunió un fuerte ejército con el cual se internó en la costa. Se dirigió a Chol-Chol y fundó un fuerte en la misma casa de Millapán, quién estaba a punto de ser fusilado cuando su hermano Coñoepan intercedió salvándole la vida. De allí el ejército se dirigió a Imperial fundando pueblos y fuertes (Nueva Imperial y Carahue) y tomando presos a todos los caciques principales que habían participado del malon. Los descendientes cuentan que Neculmán estuvo varios años escondido en medio de unos pantanos y allí un pariente le llevaba comida…”.

José Bengoa, “Historia del Pueblo Mapuche”. 1985.

“El Ministro de Guerra, Sr. Castellón, informó al Congreso que tras los ataques se le quitaron a los mapuches gran cantidad de animales, los que rematados produjeron 60 mil pesos que ingresaron a las arcas fiscales. Esto significaba más de 10.000 cabezas de ganado. Como se sabe, sólo una mínima proporción era rematado, el resto lo consumía la tropa o era entregado a los oficiales como botín de guerra…”.

Memoria de Guerra de don Gregorio Urrutia, 1882.

“La fundación de Villarrica marcó el final de la vida independiente mapuche. Los pueblos se llenaron de colonos, se repartieron tierras y arrinconó a los indígenas en reservaciones, avanzó el ferrocarril uniendo y cambiando para siempre el territorio. Habían terminado así cuatro siglos de resistencia mapuche, sin duda una pagina extraordinaria en la historia de los pueblos…”.

José Bengoa, “Historia del Pueblo Mapuche”. 1985.

 

Fuente: Kolectivo Mapuche Lientur

Sitio web: http://www.nodo50.org/kolectivolientur

Email: kolectivolientur@hotmail.com

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