Por Rucio R.
Apenas se supo la noticia de la muerte del expresidente en un accidente aérea, los memes surgieron de manera espontánea, pero también es necesario dejar un poco de lado el humor y lo panfletario para ver quién fue Sebastián Piñera y cuál fue su rol y aporte al país en estos momentos donde todos alaban su figura y lo retratan de gran demócrata, un gran estadista según otros y tal vez por un respetuoso pudor ante la muerte, solo lo señalan como un ex presidente de Chile que gobernó por dos periodos.
Sebastián Piñera uno de los hombres más ricos del país que sin embargo nunca fabricó nada, nunca contrató a trabajadores para que fabricaran algo. Toda su fortuna la hizo mediante negocios de especulación, pero, además, mediante múltiples estrategias fraudulentas.
Francisco Armanet, un ex ejecutivo de “Sanhattan” señala cuando el periodista Sergio Jara le pregunta por el uso de información privilegiada, para su libro Piñera y los leones de Sanhattan.
“El uso de información privilegiada, es un robo y es uno de los delitos más graves en el mercado de valores”.
La fortuna de Piñera, se generó en gran parte con este tipo de negocios, un ejemplo muy claro de esto es la multa por más de 300 millones de pesos que le cursó la Súper intendencia de Valores y Seguros y que él pagó sin apelar, en la compra de acciones de LAN, la línea aérea que con el tiempo se transformó en LATAM.
Otra joya del expresidente, cuando fue senador de la república, junto a su partido Renovación Nacional impulsaron una indicación al artículo 31 de la reforma tributaria impulsada por Patricio Aylwin, este articulo permitía usar las deudas de las empresas zombi por 5 años, con esta indicación esas deudas podían utilizarse de por vida.
¿Qué significaba esto?
Estos especuladores habían encontrado una manera de pagar menos impuestos a través de la compra de empresas que habían quebrado bajo la dictadura y que se mantenían con activos que tenían cero valor, pero contaban con deudas millonarias, estas deudas podían servir para rebajar los impuestos que debían pagar, o sea Sebastián Piñera impulso leyes en el Senado que lo beneficiaron directamente a él en sus negocios, Lo propio hicieron con los dineros de los trabajadores en las fondos de las AFP.
Todos los meses la clase trabajadora debe obligatoriamente aportar el 10% de su sueldo al sistema de AFP, muchos fondos acumulados eran y aún son usados por los corredores de bolsa para comprar y vender acciones y cobran su comisión por cada compra y también por cada venta, independiente que esas inversiones tengan rentabilidad o pérdidas, el negocio está en la compra y venta, las pérdidas ya sabemos quién las asume, los trabajadores.
Así es como Piñera hizo su fortuna, negociando incluso siendo presidente y con un litigio en la corte de la Haya entre Chile y Perú, en esa oportunidad compró acciones que, con el fallo de la corte, le reportó ingentes ganancias.
Eso es en la parte comercial del “hombre de negocios” que perfectamente podríamos llamar como “el especulador de negocios oscuros al filo de la legalidad y otros francamente fraudulentos”.
Su segundo periodo presidencial, merece una mención especial ya que forma parte de unos de los episodios más oscuros de los últimos veinte años de Chile.
La militarización de la Araucanía estigmatizando la lucha del pueblo Mapuche como actos de delincuentes y terroristas, incluyó operaciones criminales y montajes por parte de carabineros, que terminaron con el asesinato de Camilo Catrillanca el 14 de noviembre del año 2018, episodio donde se montó todo un operativo para encubrir el crimen.
La guinda de la torta la constituye el actuar de las fuerzas especiales de carabineros durante el estallido social, con la feroz represión que causó la muerte de más de 30 personas y más de 300 jóvenes con trauma ocular producto de balines de goma y perdigones disparados a la cara.
Todo esto ocurrido bajo el gobierno de Sebastián Piñera Echenique.
Que los políticos, el congreso y autoridades de gobierno digan palabras de buena crianza y políticamente correctas, no significa que la clase trabajadora deba hacer lo mismo.
La derecha y los sectores de ultra derecha tienen sus razones para hablar bien de él. La clase trabajadora y los sectores de poblaciones no tenemos ni una sola razón para lamentar su muerte, tal vez podríamos lamentar que haya dejado este mundo sin pagar sus robos y su responsabilidad criminal como presidente de Chile durante el estallido social.