EL PORTEÑO
de Canarias Semanal
Noche insólita la de este domingo. El Partido Popular, la «facción clásica» de la derecha española, ha infligido a su opositora la «facción moderna» del Sistema político, un durísimo golpe en las elecciones municipales y autonómicas, que se celebraron este 28 de mayo, arrebatándole nada menos que seis de las diez Comunidades que antes estaban bajo su dominio institucional. Entre ellas Extremadura, donde Guillermo Fernández Vara, pese a ganar las elecciones con 28 diputados (pierde seis diputados), no podrá gobernar frente a la coalición del PP 28 (gana 8 escaños, partía de 20) y Vox, que entra con 5.
Al mismo tiempo, el Partido Popular ha reforzado sus principales feudos, como Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso ha obtenido una arrolladora mayoría absoluta, con 71 diputados. 7 más que en las elecciones de 2019, y 7 más que todas las restantes fuerzas políticas en su conjunto. Más Madrid, con 27 (+3), el PSOE con 27 (+3) y VOX, que pierde 3 diputados autonómicas y alcanza un total de 10. Idéntico éxito ha cosechado José Luis Martínez-Almeida en las elecciones a la alcaldía de la capital del Estado, con 29 concejales y más de 722.367 votos al 99% del escrutinio. El PP venció en los 21 distritos de la capital, incluso en Puente de Vallecas. Ciudadanos desaparece del Ayuntamiento de la capital tras ocho años.
Sea como fuere, lo que ya está escrito hasta en las paredes es que el Poder local y autonómico español se ha desplazado en peso hacia la facción más derechista del peculiar Sistema político que rige el país, y los psocialistas se encuentran, a estas horas de la noche, en la misma situación que un atleta olímpico que se ha destrozado el tobillo en la misma línea de salida. Un gracioso describía gráficamente la situación del PSOE comparándolo con la lúgubre imagen del Titanic, hundiéndose silenciosamente en las frías aguas del Atlántico sin que la orquesta del navío dejara de tocar.
La debacle sufrida este domingo por el «ala más moderada»del Régimen político instaurado en 1978 ha sido tan monumental y catastrófica, que ni siquiera las profecías más lúgubres pudieron llegaron a imaginar, por un momento, que podía presentarse una situación como la presente.
El PP, como si se tratara de un insaciable depredador, no solo ha engullido en su integridad los votos de aquel efímero Partido llamado «Ciudadanos», sino que, además, ha terminado arrasando también en las grandes ciudades, que se presumían estarían adscritas a las corrientes supuestamente mas «progres» y modernas. El ascenso del Partido Popular se ve acompañado por un crecimiento igualmente significativo de sus socios naturales de VOX. El partido de Santiago Abascal entra con fuerza en numerosos ayuntamientos y parlamentos regionales, donde puede convertirse en la llave necesaria para gobernar, en coaliciones comandadas por el PP.
Incluso Sevilla, aquella inexpugnable fortaleza de los psocialistas, ha caído ante la embestida pepera.
Pero, como suele expresarse en el argot canario, «agárrense los machos» porque las curvas vienen dobladas: Aragón, Baleares, Cantabria, La Rioja, Extremadura y la joya de la corona, la Comunidad Valenciana, repentinamente aparecieron teñidas del azul falangista del PP y de Vox.
Castilla-La Mancha fue uno de las pocas plazas del PSOE que lograron resistir, a duras penas. El socialista Emiliano García-Page pudo mantener la presidencia, con una victoria ajustada en la que alcanzó los 17 escaños necesarios para conseguir la mayoría absoluta. Dos menos que en 2019.
En Canarias, sin embargo, pese a los 23 diputadosalcanzados por el PSOE, la geometría de los pactos postelectorales puede dar lugar un nuevo pacto de Gobierno de Coalición Canaria (19) y el Partido Popular (15), asistidos por el diputado alcanzado por la Agrupación Herreña Independiente (AHI).
Desde el punto de vista de los juegos malabares de las instituciones, la noche ha sido realmente conmocionante. Por enésima vez en la aciaga historia de este país, un gallego se acerca nuevamente a la capital del Estado, y desde el mismísimo balcón del edificio de la «Cueva de Alibaba», que hasta hace tan solo tan un año se ofertaba al mejor postor, ha prometido poner orden en el sistema.
Pero dejémonos de elucubraciones y vayamos a los números contantes y sonantes, que son los que realmente cantan en situaciones como estas. Los resultados municipales a nivel de todo el Estado, son los que siguen:
– El PP -la «facción dura» del sistema monárquico -, pasó del 22,62% – con 5.154.728 votos en el año 2019-, al 31,51%, con 7.039.739 de este 2023. O sea, experimentó un crecimiento de casi 2 millones de votantes (1. 885.011)
– El PSOE, – la «versión aggiornada» de la Monarquía parlamentaria-, pasó del 29,38 %, o sea 6.695.533 de votantes en el 2019, al 28.11%, es decir, 6.279.881 de votos, con una pérdida de casi medio millón de votantes (415. 652)
– VOX, el partido a la extrema derecha, pasa del 3,56%, 812.804 votantes, en el 2019, al 7,18% 1.605.714, experimentando un crecimiento de 792.910 en número de votos.
Unidas Podemos-IU obtuvo 133.234 votantes. Es decir, el 0.59 % de los votos.
UNIDAS PODEMOS AL BORDE DE LA DESAPARICIÓN
Pero si el desastre electoral del PSOE puede calificarse de histórico, el sufrido por Unidas Podemos sitúa a esta formación política al borde mismo de la desaparición.
Irene Montero, votando con la candidata a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto. Unidas Podemos-IU quedó sin representación tanto en la cámara regional como en el ayuntamiento de la capital
La coalición liderada por el partido morado, de la que también forma parte IU, pierde cinco de sus seis gobiernos autonómicos y baja su representación en todas las comunidades a excepción de Navarra. Desaparece de los Parlamentos de la Comunitat Valenciana, de la Comunidad de Madrid y de Canarias.
Noemí Santana, ex consejera de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias. Otra de las perdedoras del 28M De contar con 47 diputados autonómicos, pasa a apenas 15 parlamentarios. Una derrota sin paliativos que podría acelerar el proceso de descomposión al que ya estaba sometida bajo la presión de nuevas marcas ubicadas en su mismo espectro ideológico, como el Sumar de Yolanda Díaz.
Podemos se ha extinguido en Madrid, donde han pasado de 10 a 0 diputados, desaparece en el ayuntamiento de la capital y también en Valencia y el parlamento de Canarias, donde ha pasado de 4 diputados y formar parte del Gobierno regional a tener 0 diputados.
Y es que en el Archipiélago la coalición Unidas Sí Podemos cosechó unos escuálidos 14.865, en las autonómicas, el 4,14 del total de los sufragios emitidos, poniendo de manifiesto el agotamiento total de esta alternativa política de la nueva socialdemocracia postmoderna.
En las municipales, los morados solo obtuvieron diez concejales en toda Canarias y quedan también fuera de prácticamente todas las instituciones donde tenían representación, como el Cabildo de Gran Canaria, al que se presentaban con una lista encabezada por los candidatos Antonio Pérez Marrero y Ana Gloria Sánchez Ruano, o el Cabildo de Tenerife.
PEDRO SÁNCHEZ ANUNCIA EL ADELANTO DE LAS ELECCIONES GENERALES AL PRÓXIMO 23 DE JULIO
Ante la debacle electoral del pasado domingo, el presidente del Gobierno Central, Pedro Sánchez, comparecía en la mañana de este lunes para anunciar, de forma escueta, su decisión de disolver la Cortes y adelantar las elecciones generales al 23 de julio. Decisión que algunos analistas consideran un intento de minimizar los daños de la nueva ola azul del PP, tratando de evitar que el desgaste del PSOE,convenientemente utilizado por sus adversarios en alza, continuará creciendo hasta el mes de noviembre.
“Asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta. Muchos presidentes con gestiones impecables han dejado de serlo. Todo esto aconseja una clarificación de los españoles sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase. Lo mejor es que los españoles tomen la palabra para definir el rumbo político del país”, afirmó Sánchez durante una breve comparecencia.
De esta manera, la resaca de las elecciones autonómicas y locales se prolongará, sin descanso, con un nuevo periodo de campaña electoral en el que los diferentes partidos del Régimen del 78 se jugarán, en menos de dos meses, el posible reemplazo en el resto de instituciones del Estado. En una situación de evidente debilidad del PSOE y, especialmente, de su actual socio de Gobierno Unidas Podemos que, situado al borde de la extinción y como una suerte de cádaver político andante, se encuentra ahora en la peor de las situaciones posibles para tratar de buscar algún tipo de encaje en el nuevo proyecto electoralista Sumar, de Yolanda Díaz.