por Celso Calfullan
Independientemente del resultado del plebiscito de salida del 4 de septiembre, gane el Apruebo o el Rechazo la derecha más retrograda y la clase dominante ya logro imponer sus ideas sobre la nueva Constitución, el conjunto de la casta política está planteando que la nueva constitución debe ser “reformada”, desde la derecha pinochetista UDI, RN hasta los PS-PPD plantean el mismo discurso “reformista”.
En el plebiscito del SI y el NO en 1988, gano ampliamente el NO, pero luego la política que se implemento fue la política de la dictadura de la derecha que defendían los que llamaron a votar por él SI para dar continuidad a las políticas de la dictadura. Pero los que les dieron continuidad a las políticas de la dictadura fueron los partidos de la Concertación que en teoría se oponían a esas políticas.
La Concertación en acuerdo con la derecha pinochetista durante 30 años fueron los que defendieron esas políticas neoliberales y en muchos casos las “perfeccionaron” y “profundizaron” y siempre se opusieron a realizar los cambios que los sectores populares les pedían a la casta política defensora de la herencia de la dictadura.
Sin la rebelión popular de octubre de 2019 nada de lo que estamos viendo hoy, estaría pasando ellos seguirían muy contentos en sus poltronas y diciendo que los que quieren una Asamblea Constituyente “están fumando opio”, ellos en realidad estaban muy conformes con la situación que tenían y eso es lo que quieren seguir manteniendo en el próximo futuro.
Hoy nuevamente tenemos un cuadro muy similar (nunca va a ser igual) al que tuvimos a fines de los 80 y principios de los 90, lo más probable es que gane el Apruebo pero nuevamente la casta política está preparando el camino para seguir gobernando con las políticas del Rechazo, o sea, con las políticas de la derecha las mismas con las que nos vienen gobernando desde 1990.
Partidos como el PS, PPD, DC y Radicales formalmente están con el Apruebo, pero siguen haciendo hasta lo imposible porque el triunfo del Apruebo no sea muy amplio sobre el Rechazo, para usar esto como argumento para luego “reformar” en otras palabras hacer retroceder la nueva constitución, que ya de por si es bastante limitada, dado que no toca la esencia del sistema capitalista y ni siquiera el neoliberalismo más extremo que tenemos en Chile.
La casta política en su conjunto se está moviendo de acuerdo a los intereses de la elite, de la clase dominante que son los que han impuesto su agenda en base a la enorme dominación que tienen sobre los medios de comunicación masivos y el control que tienen sobre las empresas que realizan las encuestas en este país.
Una campaña feroz de mentiras de todo tipo como esa de que con la nueva constitución le van a quitar la casa a la gente y estas pasaran a manos del Estado o que la plurinacionalidad significa dividir a Chile en más de once países, algo que es completamente falso.
Por esto tenemos que ver el plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre no como un punto de llegada, sino como el punto de partida para retomar las luchas por todas las demandas que quedaron inconclusas con esta propuesta de Nueva Constitución, como por ejemplo la necesidad de recuperar todas las riquezas básica, como el cobre, litio y el mar para todos los habitantes de este país, bajo el control de los trabajadores, junto a la renacionalización de los servicios básicos como agua, luz, gas y transporte, entre muchos otros temas que no fueron tocados.
Está claro que los trabajadores, jóvenes, mujeres y pueblos originarios no podemos dejarnos estafar nuevamente por la clase dominante y su casta política, la lucha en las calles debe continuar pero esta vez debemos luchar para establecer un gobierno de la clase trabajadora.
Celso Calfullan.
