Hoy reivindicamos la historia de doce jóvenes, compañeros y compañeras, torturados y ejecutados por la dictadura cívico militar de Pinochet.
El 15 y 16 junio de 1987 la CNI (organismo represivo de Pinochet) llevó adelante la Operación Albania, también conocida en nuestro pueblo como la matanza de Corpus Christi, en donde se asesinó a doce combatientes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. La dictadura, la derecha y los medios justifican la matanza ante la opinión pública con una fábrica de mentiras y noticias falsas.
El año 2005 el Poder Judicial determinó que todos habían sido asesinados cobardemente.
José Valenzuela Levi, Patricio Acosta Castro, Elízabeth Escobar Mondaca, Ricardo Silva Soto, Julio Guerra Olivares, Juan Henríquez Araya, Patricia Quiróz Nilo, Recaredo Valenzuela Pohoresky, Wilson Henríquez Gallegos, Manuel Valencia Calderon, Esther Cabrera Hinojosa y Ricardo Rivera Silva.
Están en nuestra memoria, son parte de nuestra historia!
Operación Albania: La venganza tras el atentado a Pinochet
Prensa OPAL
“Los cobardes ahora lloran misericordia en sus cárceles de lujo y los medios promocionan la impunidad en un Chile desmemoriado”
Resumen Latinoamericano / OPAL : Los mataron entre otoño e invierno, en la calle y en la oscuridad de una casa vacía. Cuando algunos pensaban que la perversidad de los asesinatos de Lonquén, los eternos desaparecimientos y el degollamiento de opositores no podrían ser igualados en horror, la dictadura organizó la Operación Albania, que realizó la masacre de Corpus Christi, el 15 y 16 de junio de 1987, donde fueron asesinados doce combatientes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
Allí se conjugaron todos los elementos que hicieron de la dictadura el epítome de la crueldad: el terror, la violencia, la tortura, la mentira, la traición. La operación de exterminio se desarrolló en cuatro puntos de la capital de Chile, en la calle Alhué de las Condes, en Varas Mena de San Joaquín, en la Villa Olímpica y en Pedro Donoso de Recoleta.
En el caso de la calle Pedro Donoso no hubo enfrentamiento, como lo informaron los medios de comunicación controlados por la dictadura, sino que un burdo montaje para encubrir un crimen atroz.
Ello siempre se supo, ratificado ahora por las declaraciones de los propios agentes participantes en la masacre de Corpus Christi. El capitán de Carabineros, Iván Quiroz, recuerda nítidamente el montaje, porque estaba presente cuando “se ordenó que se fuera a buscar armas distintas a las de servicio de la CNI para montar un enfrentamiento, y así presentarlo”. Y la orden la dio Álvaro Corbalán, quien también ordenó que se ejecutara a los siete integrantes del FPMR que habían llevado a la casa de la calle Pedro Donoso. Así murieron, indefensos, Esther Cabrera, Elizabeth Escobar, Patricia Quiroz, Manuel Valencia, Ricardo Silva, Ricardo Rivera y José Valenzuela.
Los miembros del FPMR que fueron detenidos, torturados y posteriormente trasladados a una casa en la calle Pedro Donoso, de la comuna de Recoleta, en Santiago, fueron asesinados por los oficiales de ejército Hernán Miquel, Aníbal Rodríguez, Iván Cifuentes, Rodrigo Pérez, Eric Silva y los detectives de Investigaciones Gonzalo Maas y Hugo Guzmán. En el asesinato de Julio Silva, en la Villa Olímpica de la capital participó, entre otros, el capitán de ejército Luis Arturo Sanhueza. El capitán Sanhueza, que utilizaba la chapa de Ramiro Droguett, era miembro de la Brigada Verde de la CNI, encargada de la represión contra el FPMR y el Partido Comunista, y también participó en el secuestro y ulterior asesinato de cinco jóvenes en septiembre de 1987, en venganza por el secuestro del coronel Carlos Carreño.
Tampoco hubo enfrentamiento en la calle Alhué, en la comuna de Las Condes, donde fue asesinado por la espalda Ignacio Valenzuela. O en la esquina del Pasaje Moscú, en la comuna de San Miguel, donde fue acribillado Patricio Acosta y en la Villa Olímpica, donde mataron a Julio Guerra. Fueron centenares los agentes de las brigadas de la CNI, de Investigaciones y de la Unidad Antiterrorista, integrada por comandos de élite que respondía directamente a Pinochet, que participaron en los operativos los días 15 y 16 de junio de 1987.
Fueron todas cobardes ejecuciones, excepto en el caso de la calle Varas Mena, en San Miguel, donde la CNI atacó la casa donde se realizaba una escuela del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Allí, cubriendo el escape de muchos de los rodriguistas, murieron combatiendo Juan Henríquez Araya y Wilson Henríquez Gallegos. Eran todos jóvenes, todos revolucionarios, todos combatientes antidictatoriales. (1)
El 28 de enero de 2005 el ministro en visita Hugo Dolmestch condenó en primera instancia a cadena perpetua al ex director de la CNI Hugo Salas Wenzel, por los asesinatos cometidos en el marco de la llamada Operación Albania. Asimismo, sentenció a quince años de prisión al ex jefe operativo de ese disuelto organismo Álvaro Corbalán, y a diez años al ex oficial de Carabineros Iván Quiroz, quien fue pieza clave de esta operación. Este último permaneció prófugo de la justicia desde el momento de conocerse el fallo de última instancia, en septiembre de 2007, siendo apresado por la policía el día 23 de enero de 2008 en Concepción, e ingresado al día siguiente en la Cárcel de Punta Peuco.
En el fallo dictado por el ministro en visita se señaló que Salas Wenzel fue condenado a la pena de presidio perpetuo como co-autor de los delitos de homicidio simple de los doce rodriguistas muertos en junio de 1987. (2)
1.- Punto Final
Fuente: Prensa OPAL 15 junio, 2018