por Guillermo Correa Camiroaga
Han pasado 13 días desde aquel 18 de octubre cuando los estudiantes agrupados en la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios), con su acción directa de evadir el pago de la locomoción colectiva debido a una nueva alza de las tarifas, abrieron las compuertas de un río rebelde que día a día fue incrementado su torrente libertario transformándose en un caudal lleno de energía popular desbordante, que la brutalidad represiva no ha podido detener.