Behrouz Farahany
Hebdo L´Anticapitaliste, 16-11-2017. https://npa2009.org/
Viento Sur, 18-11-2017. http://www.vientosur.info/
Recientemente han sido encarcelado numerosos sindicalistas; entre ellos Reza Shahabi y Davood Razavi.
Reza Shahabi, del sindicato VAHED (autobuses de la región de Teherán), obtuvo la libertad condicional por razones médicas como consecuencia de las campañas internacionales de apoyo, pero su pena acaba de ser aumentada en cinco años. Mahmood Saléhi por su parte fue detenido a la salida del hospital tras una sesión de diálisis… Davood Razavi, del sindicato VAHED (despedido hace años por actividades sindicales), y Ali Néjati, del sindicato del azúcar Haft-Tapeh, han sido llamados a ingresar en prisión.
Ultraliberalismo y corrupción
Ni siquiera durante la presidencia de Ahmadinejad se había visto una represión tan sistemática contra la militancia obrera. Esto podría parecer paradójico, ya que los medios habían hablado mucho de una derrota del adversario ultraconservador de Rohani en las elecciones presidenciales de 2013. Pero todas las facciones que se suceden en el poder están compuestas de neoliberales, admiradores de los milagros económicos del tipo de Pinochet en Chile o del poder chino. Todas respetan estrictamente los dogmas del FMI y del Banco Mundial e intentan por todos los medios obtener su admisión en el seno de la Organización Mundial de Comercio.
Las consecuencias sociales de estas políticas son catastróficas, con una revisión a la baja de la legislación laboral y una nueva ley sobre el aprendizaje que entrega a los y las jóvenes en bandeja de plata por dos o tres años a la patronal: salario inferior en un 70 % al de los y las asalariadas fijas, ausencia de seguridad social salvo para algunos accidentes de trabajo, etc.
Al mismo tiempo aparece a la luz del día la amplitud de la corrupción existente en los círculos que participan en el poder: desvío de sumas astronómicas, acaparamiento de patrimonio y de tierras pertenecientes al Estado, salarios multimillonarios para los responsables gubernamentales, etc.
Huida represiva hacia adelante
Por otra parte, las actuales sanciones estadounidenses han bloqueado la recuperación económica prometida por el presidente Rohani: el paro aumenta, la producción industrial está en un estado crítico y la inflación real sube vertiginosamente. Hoy la clase obrera está en una situación material catastrófica: según las cifras oficiales, más del 40 % de la población vive bajo el umbral de pobreza.
Frente a esto, los y las trabajadoras iraníes no se quedan de brazos cruzados. Tienen lugar numerosas huelgas -a pesar de su prohibición formal por la ley islámica en vigor- así como ocupaciones de fábricas. Las concentraciones y manifestaciones jamás han sido tan numerosas, en particular ante la Asamblea islámica y los gobiernos civiles. Las capas medias urbanas, que habían apoyado activamente a Rohani, se van proletarizando según pasan los días. El régimen jamás ha estado tan deslegitimado y su base social nunca ha sido tan estrecha.
La situación catastrófica de la economía y la actual ola de represión están igualmente ligadas al papel de gran potencia regional que quiere jugar Irán. Aporta un considerable apoyo económico al régimen sanguinario de Bachar al-Assad. En el plano militar, interviene directamente en Siria así como a través del Hezbolá libanés. El régimen, por otra parte, ha formado brigadas chiítas en Irak, y está implicado en el conflicto en Yemen.
El gobierno Rohani no busca ningún compromiso social y quiere acabar con la protesta obrera. Su huida represiva hacia adelante hace necesaria una campaña de solidaridad en el mundo entero.
