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Chile clasista: La selección escolar, una práctica institucional que reproduce la desigualdad estructural

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Admisión justa, la nueva era de la Segregación Escolar. Dos simples razones para rechazarlo.

por Eduardo González N./DiarioUchile.

Se inicia la discusión parlamentaria sobre el proyecto de ley “Admisión Justa” presentado por el Ejecutivo, cuyo propósito central –no el único, por cierto- es establecer la selección académica de alumnos.

Muchas cuestiones podrían decirse al respecto, como de hecho está ocurriendo al revitalizarse el debate educacional que, como algunos ingenuos creían, se había clausurado con la serie de reformas del gobierno anterior.

Hoy, nuevamente, es tiempo de definiciones. El asunto es simple: se está a favor o en contra de que nuestro sistema escolar se estructure bajo el principio de la selección de estudiantes según su desempeño académico.

Somos de los que rechazamos este criterio, básicamente por dos razones.

Primero: la educación y la escuela son la expresión de una idea de sociedad y ser humano. Por consiguiente, a través del proyecto de ‘admisión justa’, en última instancia discurre un debate sobre el Chile que queremos y, más precisamente, sobre los principios sobre los cuales este se erige y reproduce.

El proyecto del presidente Piñera, devela su visión ideológica respecto de la educación, tal como lo hizo cuando se refirió a ella como una “industria”.

Los componentes centrales de su propuesta, en este caso particular, apuntan a estructurar una sociedad configurada en base a la segregación y la exclusión. Esto, por cierto, es brutal y  la  autoridad política se esmera en decirlo de la manera menos torpe.

Por ello se habla de “selección académica según el mérito”, que no es otra cosa que separar y concentrar a estudiantes aventajados en un tipo de escuelas y a los desventajados en otra.  ¿Qué es esto sino segregación?

Dewey el clásico filósofo de la educación estadounidense, ya a inicios del siglo pasado, demostró la profunda relación existente entre una sociedad democrática y la escuela.

El asunto es simple: si la sociedad en sí misma es diversa, la escuela debe reflejar aquello y enseñar a los estudiantes a convivir en esta heterogeneidad.

Por estos días el Presidente Piñera, a propósito de Venezuela, ha hecho gala de lo que él  llama su profunda convicción democrática. Entonces nos preguntamos, ¿por qué nuestras aulas no pueden ser expresión democrática de la diversidad que existe en Chile?

La diversidad en educación está ligada inexorablemente a  una “educación inclusiva” que incorpora a estudiantes pobres y ricos con o sin talento. Debemos construir un país y una escuela sustentados en los principios de la inclusión y no de la segregación; en la diversidad y no en la exclusión, conceptos que al parecer, no forman parte de las “convicciones democráticas” del gobierno.

Segundo. La ideología es una concepción de mundo que orienta las conductas prácticas de los seres humanos. Todos y todas, conscientemente o no, poseemos ideología.

Una cosa muy distinta es la “ideologización”, entendida como la distorsión de la realidad concreta, que da cuenta de un esfuerzo por omitir lo que dice la evidencia científica y hacer calzar la realidad en un esquema doctrinario previo y rígido, operando como dogma de fe.

El proyecto de ley “admisión justa” representa la extrema ideologización del gobierno, por cuanto omite y niega la realidad concreta del sistema escolar estudiada por la investigación científica.

¿Qué dice esta última? En una excelente columna[1] publicada hace pocos días, la Directora del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva de la UCV, Verónica López, demostró cómo el gobierno manipuló el informe OCDE del 2015 para fundamentar el proyecto que hoy comentamos. Manipulación que operó bajo la vía de la omisión de información que el mismo informe OCDE presenta.

En lo esencial, este último indica que la “selección académica” contribuye escasamente a mejorar los rendimientos en la Prueba Pisa, advirtiendo además, que la selección académica es una forma de estratificación que atenta contra la inclusión académica.

La consecuencia de esta política es de una enorme gravedad para el país: aumenta la brecha del desempeño académico entre las escuelas a costa de los estudiantes aventajados y “amplifica en cinco veces las desventajas individuales de origen de cada uno de estos alumnos”, según el Director de la OCDE, citado por López.

La citada docente, en una reciente investigación empírica, demostró que, para el caso chileno, son dos las variables que más predicen el desempeño de los estudiantes: el nivel socioeconómico y la selección. “Los resultados de nuestro estudio muestran que por cada punto de aumento en la medida del nivel socioeconómico de los padres aumenta en más de 30 puntos el rendimiento en la prueba PISA de matemáticas, y que en aquellos establecimientos educacionales en los que la selección académica es siempre utilizada también aumenta en más de 30 puntos el rendimiento”.

Y agrega: “Vemos, entonces, cómo no da lo mismo tener o no tener estudiantes con buen rendimiento académico previo para obtener buenos resultados SIMCE. La diferencia es enorme y nada tiene que ver con el “valor agregado” de la escuela pues solo implica seleccionar a los estudiantes según las características de origen de sus familias”, sentencia.

Al mismo tiempo, la investigación identificó que la variable que sí aporta “valor agregado” y, por tanto, mejora el rendimiento, es el “ambiente escolar”, tensionando incluso el determinismo social derivado del nivel socioeconómico.  Pero de esto nada dice “admisión justa”.

Nuestro sistema escolar mejorará, entre otras cosas, cuando, las políticas educativas se orienten por lo que dicen las investigación científica y no por la “ideologización extremista” del dogma de mercado, del cual el proyecto de “admisión justa” es un capítulo más.

Notas:

[1] https://opinion.cooperativa.cl//opinion/educacion/la-seleccion-academica-atenta-contra-la-inclusion/2019-02-26/064311.html

Fuente: https://radio.uchile.cl/2019/03/09/admision-justa-la-nueva-era-de-la-segregacion-escolar-dos-simples-razones-para-rechazarlo/

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La selección académica atenta contra la inclusión.

por Verónica López Leiva /Radio Cooperativa.

Como parte de la fundamentación del proyecto de Ley “Admisión Justa” impulsado por el Ejecutivo con el fin de perfeccionar el sistema escolar considerando criterios de mérito y justicia, se citan datos del informe 2015 de la OCDE que indican que países como Holanda, Alemania, Singapur, Canadá, Suiza, Bélgica y Japón tienen altos niveles de selección académica.

Sin embargo, este argumento, también mencionada por los señores Arturo Fontaine y Sergio Urzúa en medios de circulación nacional, omite información de ese mismo informe que resulta clave para el análisis.

La OCDE sostiene que la selección académica contribuye, modestamente, a mejores rendimientos en la prueba PISA, a la vez que reconoce que la selección académica es una forma de estratificación que atenta contra la inclusión académica.“Mientras más estratificado esté un sistema escolar más probable es que los estudiantes desaventajados sean puestos en los ambientes de aprendizaje menos académicos o menos demandantes”, plantea la organización internacional.

Escuelas buenas donde a todos los estudiantes les va bien y escuelas malas donde a todos los estudiantes les va mal; esto es lo que la OCDE entiende por sistemas educativos de exclusión académica y es lo que aún tenemos en nuestro sistema escolar.

Por el contrario, dice la OCDE, en un escenario de inclusión académica perfecta todas las escuelas tendrían el mismo desempeño académico y sólo habría diferencias al interior de ellas, donde los estudiantes tendrían distintos niveles de desempeño académico.

Lo que sugiere, entonces, el informe OCDE 2015 es que la selección académica, como una de varias formas de estratificación de los sistemas educativos, atenta contra la inclusión académica ya que aumenta la brecha del desempeño académico entre escuelas a costa de los estudiantes desaventajados.

“El precio de la segregación social en Chile ha sido una extrema concentración de alumnos desaventajados en escuelas desaventajadas, lo que amplifica en cinco veces las desventajas individuales de origen de cada uno de estos alumnos”, afirmó el Director de Educación de la OCDE y Coordinador de la prueba PISA en entrevista con un diario de circulación nacional en 2014.

Dicha afirmación está vigente. En efecto, nuestros propios análisis de la prueba PISA en Chile (FONIDE N° 11130) dan cuenta que tanto el nivel socioeconómico del estudiante como la selección académica son las variables que más predicen el rendimiento académico de los estudiantes chilenos.

Así, por ejemplo, los resultados de nuestro estudio muestran que por cada punto de aumento en la medida del nivel socioeconómico de los padres aumenta en más de 30 puntos el rendimiento en la prueba PISA de matemáticas, y que en aquellos establecimientos educacionales en los que la selección académica es siempre utilizada también aumenta en más de 30 puntos el rendimiento. Nótese que esta es la misma variable a la que hace alusión la justificación del proyecto Admisión Justa.

Al analizar los datos de la prueba SIMCE 2015 constatamos que el 58% de la variación (varianza) en la prueba matemáticas entre escuelas es explicado por el nivel socioeconómico alto y sexo varón. En otras palabras, hasta antes de la Ley de Inclusión, si un sostenedor trabajaba únicamente con estudiantes de nivel socioeconómico más alto y de sexo varón había un 58% de probabilidad de obtener mejores resultados en la prueba SIMCE.

Si a eso se agregaba el contar con estudiantes que habían tenido un buen rendimiento previo en la prueba SIMCE 2013, la probabilidad de que la escuela lograra un buen puntaje SIMCE 2015 subía a un 88%.

Vemos, entonces, como no da lo mismo tener o no tener estudiantes con buen rendimiento académico previo para obtener buenos resultados SIMCE.

La diferencia es enorme y nada tiene que ver con el “valor agregado” de la escuela pues solo implica seleccionar a los estudiantes según las características de origen de sus familias.

En nuestra investigación FONIDE mostramos que parte de este “valor agregado” era explicado por el ambiente escolar, lo que era particularmente importante en establecimientos municipales donde incluso lograba “torcer la mano” a la recta estadística del determinismo social dado por el nivel socioeconómico.

Así, la investigación educativa y la propia OCDE apoyan aquel “sentido común” que plantea como injusto el proyecto de Ley Admisión Justa por intentar hacer competir a los estudiantes pobres para ingresar por vía del mérito académico a la única educación de calidad a la que podrán optar todos los estudiantes nacidos en “cuna de oro”, independiente de su mérito personal.

Si bien este ingreso puede servir de “ascensor social”, como señala el señor Fontaine en entrevista con El Mercurio de Valparaíso, lo hace a expensas de los estudiantes que no son seleccionados y que tendrán menos posibilidades de estudiar con pares más aventajados que ellos en lo académico. Y resta a todos los estudiantes de aprender desde y con la diversidad.

Si bien la Ley de Inclusión Escolar ha buscado avanzar hacia un sistema más justo e inclusivo no garantiza la posibilidad de que todos los estudiantes tengan trayectorias escolares continuas. Lamentablemente, ese es un privilegio reservado, en la mayoría de los casos, para las escuelas privadas; el resto de los estudiantes debe necesariamente transitar de una escuela a otra.

La educación inclusiva debe justamente incluir también a los estudiantes pobres con talento académico pero no segregándolos en escuelas especiales para los meritorios, como los liceos emblemáticos o de excelencia, ni a expensas del resto de los estudiantes. Existen otras formas de atender a sus necesidades educativas y en este ámbito los programas de enriquecimiento intra- y extracurricular son experiencias significativas para compartir.

Si la Ley Aula Segura propuso la exclusión por la vía de sacar las “manzanas podridas”, hoy el proyecto de Ley Admisión Justa promueve la exclusión por la vía de selección académica de las “mejores manzanas” para que vayan a un cajón distinto y exclusivo, que lo convierte en una opción excluyente para el resto.

No necesitamos más expulsión y exclusión para favorecer a algunos sino que más y mejor educación para todos.

Fuente: https://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/la-seleccion-academica-atenta-contra-la-inclusion/2019-02-26/064311.html

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