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UNA VÍA ALTERNATIVA AL TPP11. LA COMPLEJIDAD DE LA ECONOMÍA Y PERSPECTIVAS PARA CHILE

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por Héctor Vega

Los 11 países que han firmado el Acuerdo Transpacífico a saber, Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelandia, Perú, Singapur, Vietnam tienen una población equivalente a la de la Unión Europa, más de 512 millones de habitantes. Solo siete, de los 11 firmantes, lo han ratificado, Australia, Canadá México, Japón, Nueva Zelandia, Singapur, Vietnam.

Cinco de estas economías, Canadá, Malasia, México, Japón y Vietnam ya tenían un Tratado de Libre Comercio con Chile. Solo tres del conjunto de economías mencionadas, exhiben una oferta exportable igual a la chilena a saber, Australia, Canadá Nueva Zelandia.

En el TPP11 se ofrecen más de 3000 productos con rebajas arancelarias al nivel cero. Se eliminan aranceles de importación para más de 1400 productos industriales, más de 1000 productos agropecuarios y más de 450 productos del mar. En el caso de Chile muchos de sus productos de exportación, en virtud de Tratados de Libre Comercio ya tienen aranceles bajos los que quedarían en cero para el caso que el país entrara al TPP11. Con esto el área tradicional de la agricultura que ha negociado listas importantes de sensibilidades agrícolas quedaría en posición competitiva con aquellas economías que ya ratificaron el tratado.

De los 30 capítulos del Tratado, 2 se refieren a la solución de controversias ante tribunales arbitrales ad hoc. El capítulo 28 se refiere a querellas entre estados y el capítulo 9 a eventuales controversias entre inversionistas y Estado. El tribunal ad hoc conserva su competencia final respecto al laudo arbitral. Estos tribunales ad hoc no tienen relación alguna con la magistratura nacional. Esta pérdida de soberanía podría acarrear el caso de inversionistas que nunca han negociado un tratado de libre comercio con Chile pero que ligados en sus intereses corporativos con inversiones extranjeras en el país terminan por efectuar demandas derivadas en los tribunales arbitrales mencionados.

Regionalismo abierto en Latinoamérica y el proyecto de la OMC

La apertura de la región a la economía global, en condiciones de heterogeneidad estructural, plantea el problema de los sectores tradicionales de la economía. Esto se da especialmente en la agricultura, sector que se ha venido negociando de manera muy activa en las últimas tres décadas.

Las importaciones crecientes de manufacturas de los países miembros de la OCDE y, la participación de los países en desarrollo en esas importaciones revelan los parámetros de competitividad internacional de América Latina y el Caribe. Un tipo de “acuerdos de alcance parcial” lleva a una necesaria conciliación, entre la liberalización, producto de las señales del libre mercado internacional, y la interdependencia de los acuerdos específicos de integración en el continente. Esto es lo que se ha dado en llamar el regionalismo abierto que juega una función importante en cuanto mecanismo de integración al comercio mundial.

La relación entre regionalismo abierto e integración se da como una relación bidireccional. Podría afirmarse que la integración –proceso de largo plazo– es incompatible con la reafirmación de los regionalismos, pues en su esencia, el regionalismo busca privilegiar a los miembros que lo integran por sobre el resto. Si por el contrario, el regionalismo abierto  –proceso actual, producto de los numerosos acuerdos bilaterales y creación de acuerdos regionales de liberalización comercial en los últimos años– se concibe, como acuerdos sucesivos, que en desarrollos graduales, llegará a la integración del todo, entonces habrá que buscar la fórmula que permita compatibilizar la liberalización regional con la liberalización multilateral.

Este último, es el proyecto de la OMC, o proceso de liberalización del comercio mundial. Pero, aún en ese caso, la dificultad mayor de ese proyecto, asumiendo que se haya solucionado la tensión comercio regional/ comercio mundial, es la compatibilidad entre las políticas explícitas de integración y las políticas destinadas a elevar la competitividad internacional del país o región en cuestión.

Competitividad en Asia y América Latina

América Latina no se ha adaptado al cambio y de hecho, al continuar especializándose en recursos naturales, perdió participación en el mercado. Lo que en cierta manera coincide con el interés de las transnacionales, europeas y norteamericanas, que se concentra en la búsqueda de centros accesibles de menores costos y de mayor inserción en la economía internacional a partir de realidades regionales.

La competitividad de los países asiáticos se aleja del modelo Latinoamericano, aparece como el resultado de actualizaciones tecnológicas, agregando cada vez más mayor número de insumos nacionales. En el caso de los países latinoamericanos, priman procesos externos, u operaciones de montaje o ensamblaje ligados al desarrollo de grandes empresas o TNs, que buscan su adaptación al desafío asiático en sus mercados internos.

El modelo aperturista chileno

La adhesión al Tratado TransPacífico sigue el mismo patrón de análisis del modelo aperturista chileno en donde por décadas el manejo de las tasas de cambio ha sido la herramienta privilegiada de desarrollo del sector exportador, ya sea por la depreciación del tipo de cambio seguido de una reevaluación importante, o manteniéndola, favoreciendo las exportaciones y compensando los efectos negativos que la baja de aranceles pudiera tener en la producción nacional de bienes competitivos con las importaciones.

Las consecuencias de este modelo simple practicado en la época de la dictadura y sin mayores transformaciones a partir de la década de los ‘90, se proyecta en una economía concentrada en reducidos centros de poder, basada en recursos naturales, administrada por grupos económicos, con efectos permanentes en la asignación de recursos productivos. Para nichos locales como el sector de la construcción, el costo de los insumos locales se redujo, amplificándose el efecto con la reducción de aranceles. En aquellos bienes con altas elasticidades precio-oferta de exportación, un descenso en el precio lleva no solo a una disminución de la demanda de factores (y de sus remuneraciones) ocupados en la producción de dichos bienes sino que también a su reasignación hacia industrias de consumo nacional en lugar de otras industrias de exportación y/o eventualmente de sustitución de importaciones.

El modelo del Tratado

La intención de las empresas transnacionales del espacio Transpacífico opera según la lógica de fuentes diversificadas de abastecimiento para cubrir un mercado de ámbito mundial. Las economías industrializadas están dispuestas a otorgar arancel cero dentro de la cuota comprometida en la OMC. No se trata de cuotas bilaterales, sino que se accede a ellas compitiendo en estos productos, con las demás naciones proveedoras del país industrializado en cuestión.

En el tipo de modelos TPP11 la diversidad de las economías miembros y la amplitud del marco de negociaciones obliga a ratificar las sensibilidades concesionadas a los países industrializados y fundamentalmente las inversiones en un terreno más amplio que los antiguos tratados de libre comercio.

Modelo de R. J. Wonnacott y P. Wonnacott. Hub and Spoke System H&S (eje y radios): modelo seguido por el TPP11

El modelo H&S estudia la creación y desviación de comercio en un contexto de liberalización regional y multilateral del comercio mundial. En primera aproximación se esperan beneficios significativos de los miembros del Tratado con la economía dominante, Japón. Es el modelo H&S de áreas de libre comercio alrededor de un país central sin que dicha relación se traduzca necesariamente en mayor comercio entre los radios del sistema. En la creación de comercio, las rebajas a arancel cero son un comienzo no un punto de llegada en la ruta de sensibilidades acordadas. Sin embargo, la complejidad del modelo H&S es tal que aún la opción del pago de aranceles no preferenciales por las empresas involucradas parecería favorable. Frente a dicha dificultad, según R. Wonnacott, sería recomendable negociar un TLC hemisférico, evitándose distorsiones comerciales producto del modelo H&S y el costo de adaptación a otros esquemas de liberalización. La dificultad central es la relación economía dominante-economías emergentes. Pero, ¿es posible garantizar dentro de la heterogeneidad estructural de los miembros del Tratado creación de comercio en un sentido bidireccional que asegure diversificación y despegue de actividades industriales de un nivel mayormente complejo? ¿Es posible una Segunda Fase Exportadora que perfeccione la inserción económica compleja de Chile? ¿Qué asegura que el comercio Japón-otros miembros del Tratado, no neutralice el comercio radio-radio y lleve un acuerdo entre socios más que a un acuerdo intercontinental que refleje un estadio de complejidad superior? Existen evidencias, como el caso de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) en que el desplazamiento de inversiones ha confinado la experiencia a maquiladoras sin que puedan capitalizar sus ventajas comparativas. En Brasil y Centroamérica existe la percepción que la apertura a las inversiones en el mercado de Estados Unidos no es parte de la apertura comercial.

En el ámbito macroeconómico el costo de los mayores intercambios debe seguir una regla fiscal destinada a asegurar la estabilidad y ajuste de la economía interna para con ello cumplir con los estándares de modernización fijadas por el tipo y magnitud de la inversión, privatizaciones y convertibilidad monetaria en el necesario proceso de adaptación y cambio del Tratado. Pero ninguna de esas medidas implica las inversiones públicas y un área pública de inversiones. Corolario de esto es la reducción de soberanía jurisdiccional limitando el ámbito de la magistratura local.

Sin la existencia de una infraestructura Ciencia y Desarrollo, que condicione las relaciones entre el polo tecnológico dominante (Japón en este caso) y de innovación con las economías tributarias de materias primas, los resultados pueden profundizar dicha condición. Infraestructura necesaria pues se supone que el objetivo no es la generación de mayor valor agregado, sino decrear procesos de reindustrialización en oposición a los procesos de reprimarización. Es decir se busca un avance y mayor complejidad en los procesos productivos de la economía exportadora de materias primas.

En el caso de Chile, a partir de la realidad extractivismo-centro industrializado deberían surgir los procesos de reconversión minera, pesquera o agrícola, de infraestructura energética y otros que llevan la economía a una mayor complejidad. Para acceder a ello se requiere la intervención de un tercer actor para así quebrar el sino de las materias primas: el Estado.

No parece posible enfrentar dicho desafío sin cerrar la brecha que significa para Chile haber desmantelado en décadas la infraestructura material necesaria y la expertise y planificación de los procesos.

El Estado deberá construir nuevas capacidades donde la cultura de adaptación, cambio y reacción (resciliency) permita internalizar procesos en función de la competitividad en el ámbito global. Convertir/realizar el potencial de la economía en la dirección de una mayor complejidad rompe la fatalidad del progreso según los designios de las transnacionales. Sin ese nuevo marco la integración es asunto de las TNs, no de los pueblos de América Latina y el Caribe, y ni siquiera de los gobiernos. La eliminación obligatoria de impuestos a la exportación dificulta en el caso de Chile la ruta hacia una mayor complejidad de éstas. La contratación pública así como cualquier intento de fortalecer el área de los Bienes Públicos y nuevas regulaciones de concesiones son iniciativas restringidas en el marco del Tratado. Además el Tratado dicta normas para la desregulación de la inversión extranjera, prohíbe los llamados requerimientos de desempeño que obligan a dichas inversiones a asegurar un nivel en las exportaciones o en la transferencia de tecnología. En síntesis, dada las restricciones a realizar la senda de la complejidad en la economía, el TPP11 reviene a una suerte de bilateralización donde las disposiciones del Tratado se reducen a un mero marco de referencia.

Complejidad de la economía y perspectivas

El índice de complejidad económica (ECI acrónimo en inglés) ha sido elaborado por el Ranking de Crecimiento por países del Laboratorio del crecimiento de la Universidad de Harvard. El Laboratorio argumenta que el desarrollo económico requiere la acumulación de conocimiento productivo el que se encarga de medir y elaborar un ranking de países mediante el ECI.

Los países mejoran este índice incrementando el número y complejidad de los productos que exportan exitosamente. Los índices ECI determinan el ranking de complejidad de cada país; se valora el cambio del índice desde 1995 y se compara el ranking de un país en relación con los otros países.

Muy alejado Chile en posiciones de este ranking (apenas 0,18% contra Japón 2,43% la economía dominante) no veo cómo podría salir de la posición de exportador de materias primas sin elaborar, o los tradicionales arándanos, kiwis, salmones, concentrados de cobre, salmuera de litio, hierro…etcétera, aún cuando el TPP11 les asegure arancel cero para sus emprendimientos. A largo plazo eventuales mayores ventas de materias primas o productos naturales no constituyen el camino hacia una mayor complejidad de la economía.

Índice de Complejidad Económica de los países
signatarios del TPP11 (2018)

RankingPaísÍndiceProgresión de puestos
1Japón2,43=
5Singapur1,85=
19México1,29=
26Malasia1,03+ 3
39Canadá0,65+  2
52Viet-nam0,14+ 11
72Chile0,18=
87Australia-0,53+  3
s/dBruneis/ds/d
s/dNueva Zelandias/ds/d
104Perú-081

Fuente: Elaborado con datos del Economic Complexity Index. Country Complexity Rankings. Universidad de Harvard 2018

Obtener mayores beneficios para la población en Bienes Públicos (salud, educación, vivienda, pensiones dignas, abastecimiento de agua potable…)  no se logra sin un salto tecnológico importante.

Se trata mediante la ciencia y la tecnología de crear otros productos que no necesariamente significan valor agregado pero sí un salto cualitativo en productos de alto valor tecnológico y científico.

Las nuevas tecnologías reemplazan conocimientos y en parte sustancial ahorran trabajo. Los robots inteligentes aprenden acciones humanas e incluso son capaces de aprender unos de otros. Su origen se encuentra en la combinación de sensores avanzados, el reconocimiento de la voz, la inteligencia artificial, el manejo de datos, modelos de algoritmos de reconocimiento. Actualmente en las universidades de Chile se realizan investigaciones y avances que están a un paso de lograr no solo el reconocimiento de otros centros de investigación en el mundo, sino que además la certificación para integrarlos en el uso y beneficio de la humanidad. Esos niveles deberán con el apoyo efectivo del Estado, actualmente ausente, lograr la irradiación en el ámbito internacional.

Una carencia importante para el desarrollo de la oferta de exportación es la prueba de la tecnología en condiciones reales. Según nuestra información BHP Billiton, Codelco y Antofagasta Minerals han ofrecido en un pasado reciente parte de sus faenas mineras para este fin, pero solo alrededor de 70 proveedores han accedido a este beneficio (Cf. Sofía Neumann 2019 p. 14) 1

Gasto en Investigación Desarrollo, 2018 (% del PIB)

Japón3,26
Singapur1,94*
México0,31
Malasia1,44**
Canadá1,57
Viet-nam0,53*
Chile0,36*
Australia1,87*
Brunei0,28
Nueva Zelandia2,37*
Perú0,13

Estadísticas. Grupo Banco Mundial 2021. *2017. **2017

No creo que sea posible un intercambio a alto nivel tecnológico entre economías de muy diversa complejidad como las señaladas en el cuadro anterior. En este cuadro los jugadores dominantes captan los recursos y excedentes de los jugadores periféricos para mantener el núcleo en una relativa afluencia. Los países centrales absorben a los periféricos como cuando las empresas centrales compran empresas pequeñas que controlan prometedoras tecnologías o lucrativos mercados.

El concepto de competitividad y emprendimiento de los 5 miembros asiáticos así como de los 3 latinoamericanos y 3 oceánicos es muy diferente (ver Cuadro precedente). Sin centrar el intercambio en el terreno de los aportes tecnológicos, innovaciones la relación se centrará irremediablemente en los recursos naturales, minería, pesca, madera, sin profundizar en teletrabajo, operaciones remotas de faenas, nuevas tecnologías de extracción y procesamiento, el uso de energías limpias, electro movilidad, transformación de la matriz energética, automatización, la adopción de robots y equipos autónomos, la utilización de inteligencia artificial para una mejor toma de decisiones.

Los intercambios comerciales no suponen necesariamente transferencias tecnológicas o científicas. Por eso, dejando de lado la opción del TPP11 propongo alternativas a partir de la minería que es el horizonte más cercano que tenemos.

Una alternativa a los intercambios del TPP11

Como algo suplementario a las alternativas de futuro pensemos en gravar aquellos productos exportados en calidad de materia prima. Por ejemplo, impuesto alto para la exportación de salmuera de litio; menos alto para el carbonato de litio,  y aún menos alto para el hidróxido de litio o litio metálico. Tratamiento privilegiado para las baterías de litio. Queda penalizada tirar la paletada de litio a la bodega del barco. De la misma manera para los efectos de la exportación de concentrado de cobre. Chile-vendedor debe pagar al importador los gastos que este debe realizar para reducir el concentrado a fino que es la mercancía que interesa al comprador. La diferencia entre el refinado y el concentrado es lo que pierde Chile por no refinar en su territorio.

Chile como país exportador de cobre no ha sabido realizar el gran salto desde el concentrado a la refinación y especialización en procesos hidrometalúrgicos, relativos a las zonas de sulfuros secundarios y primarios, como procedimiento de lixiviación menos contaminante. En lo que sigo resumo los estudios del  ingeniero Hernán Villouta (1998) sobre la hidrometalurgia.2 Un estudio de los factores favorables a la hidrometalurgia señala que el proceso determina la completa disolución del cobre presente; el fierro y el azufre son removidos con un mínimo costo; la no contaminación de la atmósfera; la posibilidad de trabajar con minerales de bajas leyes y/o complejos; la facilidad para separar elementos similares; la recuperación de los metales nobles, oro y plata. El estudio agrega que el azufre del proceso puede ser convertido en productos comerciales, tales como sulfato de amonio para fertilizantes, azufre elemental para producir distintos productos químicos como ácido fosfórico, alkylación del petróleo, y otros utilizados en la industria de la pulpa y el papel. El estudio concluye “los costos por la aplicación de este proceso son mucho más competitivos que los obtenidos en plantas de tratamiento de concentrado convencionales” (Ibidem). El mismo estudio señala que los costos de operación son similares a los del proceso pirometalúrgico, con la ventaja que el proceso es ambientalmente más amistoso que la fundición (Ibidem).

Según el Grupo Internacional de Estudios del cobre (GIEC), cifras de octubre de 2009 indican que el uso final de cobre puro en diferentes actividades económicas indican, que casi la mitad de los 23,7 Mt-cu usados anualmente en el mundo (48%), está concentrada en solo cuatro productos de cobre puro sin aleaciones: cable de construcción, cables eléctricos de alto voltaje, cable para magnetos y tubos de cobre. Si agregamos casi dos millones de toneladas de cobre usado en barras con aleaciones de otros metales (RBS) se alcanza casi 57% del uso final del cobre a nivel mundial. El restante 43% se distribuye entre cables de bajo voltaje, placas, chapas y tiras (PSS), castings, cables para vehículos, electrónica y telecomunicaciones, tubos con aleaciones y otros usos menores.3 Un informe a 2019 señala que las propiedades del cobre y sus aleaciones resultan importantes por su buena conductividad de la electricidad y el calor combinado con la resistencia. Se señala además la ductilidad y la resistencia a la corrosión (Alta Ley, Op.cit. p. 189).

Un desafío necesario

Sin una política de Estado no será posible superar la etapa de primer productor mundial de cobre en mina; enfrentar la etapa de costos crecientes en proyectos brownfield y, asumir el costo de mayor deuda externa en el proceso de capitalización de Codelco. En ese programa la intervención del Estado en la industria de servicios a la minería es esencial a través de acuerdos con el sector privado. Sólo un 5,9% de las empresas proveedoras de servicios son exportadoras, su importancia representa 0,74% del total de las exportaciones y el 1,3% de las exportaciones del sector minero durante el año 2018.

En el futuro el desafío en mineral ubicado a mayor profundidad y con baja ley es aumentar la productividad y disminuir costos. Es el caso de la nueva fase de El Teniente con operaciones remotas, máquinas robóticas, camiones autónomos así como tecnología de punta para el control de emisiones.

Expansión de los servicios de proveedores

Actualmente hay alrededor de 100 compañías en Chile que están exportando sus servicios mineros y tecnologías a otros mercados. En 2016 el ministerio de Minería tenía como meta multiplicar por ocho el volumen de los envíos al 2035. En el pasado Conicyt (2016) lanzó un Concurso de Investigación Tecnológica Temático en Minería por un total de $2.500 millones. Entre 2010 y 2015 la entidad con otros fondos de fomento al desarrollo científico e inserción de capital humano canalizó $ 14.100 millones para 157 proyectos. En 2018 478 empresas proveedoras de bienes y servicios para la minería exportaron en conjunto más de US$ 554 millones, lo que representó un crecimiento de 10% con respecto a 2017. Ya en esa época se preveía una meta de US$ 4000 millones de exportación de servicios ligados a la minería. Estamos aún lejos de alcanzar esa meta. Falta aún para que la industria chilena se convierta en proveedores de clase mundial. Las exportaciones se dirigieron a 80 mercados que corresponden en un 97,5% a economías con las que Chile posee acuerdos comerciales. El 87% de los envíos se dirige a América Latina y dentro de este bloque, existen 26 destinos, siendo Perú el principal mercado, concentrando por sí solo el 55% (US$ 254 millones) de los montos. En segundo lugar se ubica Brasil con un 18% de los envíos (US$ 81 millones); sigue Argentina con un 8% (US$ 39 millones) y México con un 7% (US$ 30 millones).

Conclusión: ¿A qué nos podemos esperar?

La revolución tecnológica impulsó irreversiblemente la desvalorización del capital instalado. La actividad productiva del presente perdió su utilidad social. Los servicios tomaron el relevo de la manufactura. Nuevos bienes y servicios, de mayor utilidad y rendimiento, tomaron el lugar de aquellos que devinieron obsoletos. Con el desarrollo de la tecnología, las comunicaciones y el capital financiero sobrevino la flexibilidad laboral à outrance y desigualdades extremas en el ingreso.

Por eso la redistribución es tarea del Estado pero esta debe rendir frutos medibles en una economía compleja con empleos a la altura de la economía global, por ello a la invitación política a cumplir objetivos en términos de productos exportables. Pues si el modelo se desarrolla en el sentido correcto deberá responder qué seguridad social para este nuevo modelo.

NOTAS

1  Sofía Neumann “En marzo estará lista segunda hoja de ruta para avanzar hacia una industria minera 4.0” Diario Financiero, 27/11/2019. En esa publicación se cita la política de la Fundación Chile que ve “la necesidad de generar una visión conjunta de la industria para abordar aspectos de minería 4.0 en temas tecnológicos, esto implica dar señales claras a los proveedores de cuáles tecnologías de la industria 4.0 serán demandadas, los requerimientos de los sistemas en términos de interoperabilidad y manejo de datos y donde están las mayores oportunidades”.

Hernán Villouta. Procesos hidrometalúrgicos de recuperación de cobre desde concentrados de calcopirita. Octubre 1998 (inédito). El proceso hidrometalúrgico propuesto para recuperar cobre a partir de concentrados de calcopirita elimina la contaminación con dióxido de azufre (SO2) o la necesidad de producir ácido sulfúrico in situ.

Cf. Carlos Risopatrón. Head of Environment and Economics. GIEC. El rol del cobre de fuentes secundarias. Producción y uso mundial de cobre de mina y de chatarra. Semana de la Bolsa de Metales de Londres. Diario Financiero. 09/10/2009.

Mayo 03, 2021

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