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Revés en el movimiento popular

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Semanario Surandino Edición N° 74 Iquique – Chile

Se necesita superar el crítico momento acudiendo a los recursos del pueblo

La situación política está determinada por el retroceso del movimiento popular, pero no muestra que la Derecha haya retomado la iniciativa, porque no tiene un proyecto de solución a la crisis, aunque no significa que no pueda construirlo, por tanto los errores pueden costar caro, ya que será implacable.

Si bien los errores cometidos, tanto en lo relacionado con la frustrada candidatura presidencial como las mentiras de un convencional, son factores altamente negativos, lo más preocupante debe ser la desmovilización popular así como
la retoma de la estrategia economicista que existía antes del 2019, la que en su momento permitió acumular fuerzas,
pero que hoy está desfasada por el carácter eminentemente político de la coyuntura.

La Derecha tiene como gran problema no lograr encontrar un camino de salida viable a la crisis y es poco probable que pueda acceder al gobierno en las elecciones de fin de año. Su máxima aspiración es pasar a segunda vuelta con una fuerza articulada bajo la hegemonía del capital financiero, pero un sector no menor ya está preparándose para resguardar sus fortunas en el extranjero.

Advierten que el país está cambiando y optan por resistir de cualquier manera. En este contexto, la gran
ventaja que la Derecha está alcanzando no se debe a méritos propios sino a los errores y la incapacidad política
en el campo popular, cuestión que debería solucionarse

La Derecha está logrando generar algo de iniciativa sin tener méritos propios, sino que aprovechando las torpes equivocaciones que se cometen en el movimiento popular.


Al margen de la forma en que sucedieron los bochornosos casos, el daño está hecho y significa un retroceso en la
protesta popular, en momentos que lo principal es avanzar sobre el modelo. No obstante, todavía no se puede advertir
la existencia de un cambio drástico con relación a la situación creada desde octubre del 2019, pero es evidente
que ha disminuido el protagonismo popular y no existe un proceso de construcción de fuerza político social que luche
por instalar un proyecto alternativo de sociedad y todo lo alcanzado durante los últimos meses no basta para entrar a
una disputa por el poder, el tema de fondo y que definirá el conflicto político en la sociedad chilena.

El proceso que originó en término parciales la Lista del Pueblo resultó un fracaso y repercute en todo el movimiento por el cambio, ya que no hubo otra expresión de construcción de propuesta que hubiese alcanzado el nivel de dicho conglomerado, algo sumamente meritorio, pero que no llegó a puerto y hoy significa un revés que perjudica la causa popular en su conjunto, aunque no constituye una derrota estratégica.

Los errores no se pueden ocultar, por el contrario deben asumirse para resolver los problemas. Sin embargo, no se debe perder el objetivo central, construir al calor de la masiva lucha social una fuerza política que impulse los cambios.

La debilidad se encuentra en la falta de proyecto de sociedad poscapitalista a construir.

La gran cuestión es esclarecer si aún existe potencial para recomponer el proceso de construcción de fuerza política
estratégica tras un cambio del modelo en la perspectiva de una sociedad postcapitalista. En tal aspecto, todo indica
que si la hay y que el retroceso no alcanzará a diluir lo acumulado hasta el momento, pero se necesita elevar el nivel de elaboración político estratégica y, especialmente, analizar con justeza los tiempos políticos y la correlación de fuerzas existente. En marzo del próximo año retomará el gobierno el reformismo con viejo o nuevo rostro y sus
propuestas programáticas solo apuntan a administrar la crisis, nunca a solucionarla, debido a que mantiene un
análisis erróneo de su profundidad, así como de la real fuerza disponible para lograr una solución.

A mediados de año culminará la labor de la Convención y todo indica que sus resultados significarán una mayor democratización del país, el establecimiento de derechos sociales y la reversión de la hegemonía absoluta del capital financiero si bien no será su derrota total. Ambos acontecimiento solo serán testimonio si en tal coyuntura no existe una fuerza político social por los cambios, ya que se impondrá un escenario de relativa debilidad de la clase dominante, pero en ningún momento se pondrá en cuestionamiento el poder político y económico que posee, inversamente desde el futuro gobierno reformista se tenderá a negociar con ella, lo que permitirá su recomposición.

Por ello, el año o meses que quedan son cruciales para elaborar las bases programáticas de una propuesta de cambio de sociedad o de lo contrario, el neoliberalismo se repondrá. No obstante, este proceso no puede efectuarse en el vacío debe desarrollarse al calor de la lucha popular, lo que será fundamental, por ello, es una tarea de cíclopes y requerirá de alto nivel de madurez, conocimiento y creatividad, pero no existe otro camino.

La Derecha y sus medios aumentarán el impacto de los errores en el marco de una campaña comunicacional
sistemática, pero, sin dejar de criticar los “numeritos”, es necesario concentrarse en la tarea principal. Reiterando, se
debe recomenzar la lucha y construir la fuerza político social estratégica sobre la base de un programa y una
estrategia de poder que derrote a la clase dominante.




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