Escribe: Milciades Ruiz, Perú
En materia de salud, nuestra alternativa de gobierno debería diferenciarse de otras, por su razonamiento ajeno a los intereses económicos de los grupos de poder. Para el sistema vigente, la salud es un negocio y, tener una sociedad saludable “va contra de estas inversiones”. Nuestro plan sería, ante todo, evitar la proliferación de enfermedades para proteger la salud y economía de la población.
Pero la salud es un resultado. Empieza desde el estado prenatal. Al igual que las plantas que germinan robustas en un suelo fértil y sano, los seres humanos adquieren desde su gestación, la capacidad de resistencia frente a enfermedades. Un niño débil será presa fácil frente al ataque de virus diversos. No podrá recuperarse porque su organismo carece de defensas natas.
Una madre gestante anémica, no tendrá la fertilidad requerida para obtener hijos saludables. La nutrición es lo que impulsa el desarrollo de nuestros órganos internos. La desnutrición gestante los atrofia y, deforma. Muchos nacen ya, minusválidos. Nuestra propuesta sería, poner a las madres gestantes en las mejores condiciones nutricionales para asegurar inmunidad, a las nuevas generaciones de peruanos.
Se sabe que, los primeros mil días de una persona, (desde la concepción hasta 2 años), son los más importantes para el desarrollo del cerebro. La lactancia materna proporciona beneficios incomparables para ello y, brinda a los bebés protección inmunológica. Sin embargo, se sigue ciegamente a la televisión y, buscamos lo más fácil. Utilizamos leches industrializadas fraudulentas para sustituir a la leche materna.
Pero, lo fácil, cuesta caro. La obesidad será lo primero que atacará al bebé, bloqueando sus defensas naturales, y nos hará gastar más en males derivados, sin sanar lo que ya perdió. Según el índice global publicado estos días por la fundación Access to Nutrition Initiative (ATNI), las mayores empresas de alimentación y bebidas del mundo venden, los productos menos saludables en los países pobres; no así en los ricos.
El informe señala que 18 empresas, entre las que se encuentra la Nestlé, acaparan el 76% del mercado mundial de leche sucedánea a la leche materna. Usan leche de soya en forma líquida o en polvo, que se promociona inadecuadamente por televisión, como si fuese mejor que la leche materna, estafando a los padres compradores.
El asunto es que, los niños al nacer, encontrarán un mundo adverso con buitres comerciales que lo acechan por todos lados, incluso con la complicidad de sus padres que recurren a los productos industrializados por comodidad (con el beneplácito de inversionistas alimentarios). Y si la lonchera escolar no fuera suficiente, le esperan los programas estatales con alimentos adulterados y falsificados.
Se ha reportado la intoxicación de 23 escolares, cuyas edades oscilaban entre los 13 y 16 años de edad, por consumir desayunos en conserva industrial. En este negocio, están comprometidos, funcionarios del programa Qali Warma y la fábrica Frigoinca. Para olvidar el caso se ha cambiado el nombre al programa, llamándole ahora, Wasi Mikuna y asunto arreglado.
Es así como, funciona el sistema de gobierno que nos rige. También en hospitales y otras dependencias estatales de salud, los médicos recetan “coincidentemente” los medicamentos que empresas transnacionales “recomiendan”. No interesa sanar al paciente, sino, salir momentáneamente del problema, aplicando medicinas industriales que a la larga son destructivas de las defensas naturales. El cáncer sorprende en cualquier momento.
Pero negocios son negocios y muchos mueren no, a causa de la enfermedad sino, de la medicina aplicada. Lo sucedido con las muertes ocasionadas por el suero fisiológico de MEDIFARMA en estos días, no es casual. Es común en todos los centros de atención donde las transnacionales tienen predominancia, en las políticas estatales. El culto a la “inversión privada” está por encima de nuestra salud. Los costos de los sobornos se cargan al precio de los medicamentos que nos recetan. Pagamos para que nos arruinen la vida.
En el Perú, el mercado de alimentos lo lidera Alicorp, seguido de Nestlé y, Gloria. En salud, el ranking de laboratorios farmacéuticos, lo lidera Medifarma, con ingresos superiores a los S/4,700 millones.
“La salud entra por la boca” dice el refrán popular. Pude comprobar esta verdad, al observar a miembros de una revista que llegaron flacos de la serranía, pero adquirieron la costumbre o hábito de consumir bebidas gaseosas, teniéndolas siempre sobre el escritorio. Al cabo de un año, ya estaban obesos. Pero nadie está libre de caer en la trampa del marketing o mercadotecnia alimentario, mediante un software informático que simula el pensamiento humano.
Nadie se da cuenta que somos estudiados por las empresas vendedoras. Actuamos por reflejo condicionado, según inteligencia artificial(IA). Las empresas alimentarias añaden elementos químicos a los productos envasados que crean adición alimentaria. Pero son muchas las técnicas de fraude alimentario. No tenemos policía contra la estafa alimentaria, ni ministerio de alimentación que, proteja a la sociedad del fraude alimentario. Eso, “sería ir contra el sistema, perjudicando la inversión privada”.
Curiosamente, el ministro de salud de EE UU, Robert Kennedy ha denunciado que las empresas alimentarias utilizan ingredientes de laboratorio para crear adicción a sus productos, al igual que las tabacaleras. Que, agregan suavizantes para que los consumidores «no mastiquen tanto y tengan la sensación de insatisfacción». Los casos de obesidad y cáncer, son las más altas allá.
Ya antes, la conocida marca de snacks “Frito-Lay”, retiró del mercado estadounidense, sus bolsas de papas fritas clásicas debido a un riesgo mortal para los consumidores. Dijeron que era por añadir leche industrial, que afecta a las personas con alergia severa a los lácteos, pero la verdad podría ser otra. Sin embargo, en nuestro país, se sigue consumiendo eso, como si estuviésemos exceptuados del riesgo.
Pero así funciona nuestro sistema de gobierno, en todos los aspectos y lo que figura en los siguientes cuadros oficiales, es lo que aspiramos a cambiar.
Pero no olvidemos que, la lucha es contra el sistema. No contra los gobernantes circunstanciales que son solo pasajeros. Salvo mejor parecer.
31 marzo/2025