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La organización israelí de derechos humanos B’Tselem ha publicado un relevante informe que documenta cómo el sistema penitenciario israelí se ha convertido en “una red de centros de tortura”, donde el maltrato físico, psicológico y sexual a los presos palestinos está normalizado y es rutinario. El informe, titulado “Bienvenidos al infierno”, recoge testimonios de 55 palestinos que fueron detenidos por las autoridades israelíes después del 7 de octubre y luego liberados, casi todos sin una acusación formal en su contra. Recientemente, un grupo de expertos de la ONU condenó la tortura generalizada de palestinos en Israel y el Canal 12 de noticias de Israel transmitió imágenes impactantes de soldados israelíes abusando sexualmente de un preso en la base militar de Sde Teiman, donde se encuentran recluidos miles de gazaties. Sarit Michaeli, coordinadora de incidencia internacional de B’Tselem, dice que la violencia que se ejerce en las cárceles israelíes es “sistémica, constante y está avalada por el Estado”. Según Michaeli, esto refleja la crueldad y la sed de venganza que se registra cada vez con más fuerza entre la población israelí. “Quisieran tener vía libre para hacer cualquier cosa que se les ocurra con la población palestina”.
ASHRAF AL-MUHTASEB: Una mañana a las 6:00 allanaron nuestra celda, unos 15 guardias con un perro monstruoso. A veces le hacían atacar partes sensibles del cuerpo. Nos atacaron a todos, pateándonos y golpeándonos con palos. Yo estaba apoyado contra la pared detrás de otros presos de la celda. Empezaron a patearme en el cuello y el oído. Desafortunadamente, recibí un golpe muy duro en el oído. Perdí por completo mi audición en ese lado. Tengo cuatro fracturas en mis costillas traseras, tres en el pecho, y fracturas en mis manos y otras partes del cuerpo.
AMY GOODMAN: En otra entrevista realizada por el grupo israelí pro derechos humanos B’Tselem, Firas Hassan, de 50 años, un funcionario de la Autoridad Palestina en el Ministerio de la Juventud y Deportes, describe no solo ser golpeado por los guardias de la prisión mientras estuvo detenido, sino haber escuchado que su brutal ataque estaba siendo transmitido en vivo para Itamar Ben-Gvir, el ministro de Seguridad Nacional de Israel.
FIRAS HASSAN: El 9 de noviembre de 2023, guardias de la Unidad de Distrito y de las Fuerzas de Respuesta Inicial entraron en la celda 14 en la que estábamos, en el ala 28. Éramos 10 palestinos en la celda. Los guardias estaban enmascarados y nos golpearon durante 50 minutos. Se reían mientras nos golpeaban y transmitían todo en directo. Entiendo hebreo, y escuché que uno decía: “Estamos transmitiendo en directo para Ben-Gvir, directamente para él”. Nos golpearon de varias maneras, con sus manos y pies, y luego, después de atarnos las manos a la espalda y vendarnos los ojos, trajeron perros policía.
AMY GOODMAN: B’Tselem también habló con Sari Huriyyah, un abogado de bienes raíces de 53 años que tiene ciudadanía israelí. Huriyyah fue arrestado por una publicación que compartió en Facebook el 4 de noviembre de 2023. En este clip, Sari describe lo que le ocurrió a Abd a-Rahman Mar’i, un joven de 23 años que estaba en una celda de aislamiento contigua a la suya y que gritaba de dolor y que luego fue sacado en una bolsa para cadáveres.
SARI HURIYYAH: Él gritaba de dolor constantemente y suplicaba por atención médica. El guardia se acercaba de vez en cuando y le insultaba y le decía que se callara. Por la mañana, los guardias vinieron a hacer recuento y uno dijo: “Levántate, animal. Levántate, perro”. Lo cachearon, y todo el lugar quedó en silencio. Finalmente, el médico dijo: “No hay nada que hacer”. Uno de los guardias dijo: “Mis condolencias”. Y empezaron a reírse. Lo pusieron en una bolsa negra para cadáveres y lo sacaron como si fuera basura.
AMY GOODMAN: Nos acompaña ahora Sarit Michaeli, coordinadora de incidencia internacional en la organización israelí pro derechos humanos B’Tselem. El nuevo informe del grupo se titula “Bienvenidos al infierno: la red de campos de tortura del sistema penitenciario israelí”. Sarit, muchas gracias por acompañarnos. Acabamos de escuchar estos relatos horripilantes. ¿Puede exponer sus hallazgos al respecto?
SARIT MICHAELI: Creo que en un nivel muy fundamental, Amy, nuestros hallazgos analizan el uso sistémico, continuo, y avalado por el Estado y por el Gobierno, de torturas y abusos contra los palestinos en el sistema penitenciario israelí, prisioneros palestinos que Israel considera una amenaza para la seguridad. Ahora bien, esto es algo que hemos discutido en el pasado. La tortura y el abuso de los detenidos palestinos en su encarcelamiento y en los interrogatorios es algo que ocurre. Ha sido documentado. Pero el nivel, la magnitud, el alcance, la escala de este fenómeno desde el 7 de octubre es algo que simplemente no habíamos visto en el pasado. Y cuando miramos la forma en que estas personas son tratadas… Ustedes mostraron algunos de los testimonios. Hay muchos más testimonios disponibles en nuestro sitio web, los tenemos accesibles en Internet. Y en ellos ves, claramente, que estas no son las acciones de algún tipo de elemento fuera de control del sistema penitenciario israelí. Es un programa autorizado por el Gobierno y son políticas respaldadas y ordenadas por el Gobierno. Y esa es la conclusión central que tenemos de toda la información que recopilamos en los últimos meses.
AMY GOODMAN: ¿Puede hablar sobre Firas, quien describía no solo ser golpeado por los soldados israelíes, sino también el hecho de que esa paliza fue transmitida en directo para que la viera el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir?
SARIT MICHAELI: Quiero aclarar algo: Sabemos que la policía dice… lo siento, los guardias de la prisión estaban hablando de eso. Ciertamente, no tenemos, ya saben… Nosotros aclaramos en nuestras comunicaciones que no conocemos si lo ocurrido fue realmente transmitido en directo para que lo viera Itamar Ben-Gvir o si se trataba más bien del espíritu de las políticas de Itamar Ben-Gvir, porque muchas de las cosas que vemos en el terreno ahora en el sistema penitenciario israelí están directamente relacionadas con la influencia y la visión del ministro Ben-Gvir. Ciertamente, el ministro Ben-Gvir no es la única persona responsable de esto. El primer ministro Netanyahu, quien le dio a Ben-Gvir toda esta autoridad, es absolutamente responsable y culpable de esta realidad. Pero el Gobierno israelí y Ben-Gvir han demostrado una y otra vez, desde el 7 de octubre, pero también antes del 7 de octubre, que están empeñados y que su intención es causar este deterioro de las condiciones para aumentar la presión sobre los prisioneros palestinos. Y esto ha sucedido y hemos vimos este tipo de cosas pasar incluso antes del 7 de octubre. Desde el inicio del mandato de Ben-Gvir como ministro de Seguridad Nacional, él ha estado imponiendo su racismo, su agenda “kahanista”, tanto en la policía israelí, con gran éxito, desafortunadamente, como también en el Servicio Penitenciario israelí. El 7 de octubre, ese horror, los crímenes cometidos contra israelíes el 7 de octubre, fueron una oportunidad de oro para que Ben-Gvir pudiera continuar manipulando cínicamente el trauma de los israelíes, su miedo y su ira, con el fin de impulsar esta agenda que él había estado promoviendo incluso desde antes. Entonces, creo que una de las cosas claras que hemos visto en el terreno y en el sistema desde el 7 de octubre es que gran parte de esta política israelí, al menos lo que tiene que ver con matar de hambre a los prisioneros, con hacinarlos a todos juntos en las celdas, impidiendo cualquier posibilidad de que puedan tener algún tipo de sustento, para comprar alimentos adicionales, por ejemplo, todas estas son políticas declaradas. Han sido aprobadas por el Gobierno israelí. No han ocultado esto. El propio Ben-Gvir ha estado en los medios de comunicación promoviendo estas políticas y montando estos espectáculos en los que visita a presos que, según él afirma, son “Nukhba”, es decir, combatientes de Hamás en Gaza. Pero lo que hemos visto una y otra vez, con base en los testimonios que hemos obtenido, es que estas políticas israelíes no solo se han aplicado a sospechosos palestinos de Hamas. Y hay que decir, por cierto, que esto está absoluta y categóricamente prohibido independientemente de los crímenes que estas personas hayan cometido. Las tortura y este tipo de tratos están absolutamente prohibidos. Pero Israel afirma, y en algunos casos actúa de cierto modo. Y esto es… Creo que el incidente que fue descrito en este testimonio parece ser un ejemplo de esto, no solo del tipo de violencia y de los malos tratos y las humillaciones, sino de la forma tan pública en la que se realiza. Y esto es simplemente escalofriante y es parte del profundo abismo moral que este informe expone, en mi opinión, dentro de nuestra sociedad.
AMY GOODMAN: El Tribunal Supremo israelí consideró este 7 de agosto una petición para cerrar una prisión militar ubicada en el desierto donde los soldados han sido acusados de abusar de los palestinos, incluyendo recientemente la emisión de este impactante video en el canal israelí Chanel 12, que muestra a soldados israelíes abusando sexualmente de un prisionero palestino. Hable sobre ese video y sobre qué está pidiendo el Tribunal Supremo y si han emitido ya un fallo.
SARIT MICHAELI: Hay algunas cosas que analizar en esta situación. Y repito de nuevo, independientemente de los detalles de este caso individual, que B’Tselem no ha documentado y no estamos lo suficientemente familiarizados con los detalles, creo que este es un momento dentro de la sociedad israelí en el que la vieja manera de hacer las cosas, la cual involucraba muy a menudo estas investigaciones falsas, que aparentan que se está haciendo rendir cuentas a los soldados por cometer violaciones de los derechos de los palestinos e investigando a los sospechosos de irregularidades, está siendo rechazada por un creciente… tal vez incluso la mayoría, pero ciertamente por un gran número de israelíes, que simplemente no están interesados en ningún tipo de rendición de cuentas, porque no creen que los palestinos merezcan tener derechos. Y esta situación es interesante y bastante perturbadora y muy, muy deprimente, porque la violencia desatada, por ejemplo, por el reciente asalto de activistas de extrema derecha a las bases militares de Sde Teiman y Beit Lid no solo va a hacer daño a los organismos de investigación específicos de ese caso, de los cuales somos muy críticos. Esta es una acción muy concertada y coordinada por la extrema derecha israelí con el fin de impedir cualquier tipo de aplicación de la ley en la sociedad israelí. Y por eso creo que esto está tan profundamente conectado con lo que vimos ayer en el Tribunal Supremo de Israel. Hay una petición ante el Tribunal Supremo para cerrar Sde Teiman, la cual fue presentada por la Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI). Y el Estado, como es su costumbre, ha negado que se cometa delito alguno en Sde Teiman. Pero también se ha presentado un hecho paralelo, en el que una turba de extrema derecha asaltó verbalmente el 7 de agosto a los magistrados del Tribunal Supremo israelí y también trató de atacar a los abogados que actúan en nombre de ACRI. Y creo que este es un excelente ejemplo de lo que ha estado sucediendo con las instituciones de salvaguarda en Israel. Este es un ejemplo de por qué estas instituciones, cuya función era proteger a la población de la clase de abusos que describimos en este informe, se han vuelto tan temerosas, se han visto tan debilitadas y paralizadas después de muchos, muchos años de este tipo de ataques de la extrema derecha e incluso de sectores bastante centristas, que la realidad que expusimos en el reporte es algo que puede continuar según le plazca al ministro Ben-Gvir, con muy poca resistencia del Tribunal Supremo, de los demás tribunales y de la fiscal general. Ahora bien, ciertamente, hemos sido y seguimos siendo en extremo críticos de estas instituciones, del sistema judicial israelí, de la fiscalía general israelí, pero sí esperamos que hagan frente a esta clase de abusos, a esta clase de torturas oficiales. Y creo que una de las razones por las cuales Ben-Gvir ha sido tan exitoso en imponer su propia agenda, su agenda racista y kahanista, es esta debilidad, esta acobardamiento de las instituciones de salvaguarda que se han debilitado durante tantos años.
AMY GOODMAN: ¿Y puede hablar de las protestas que tuvieron lugar en los últimos días para tratar de evitar que los soldados o policías israelíes fueran interrogados sobre la agresión sexual o la violación a un prisionero palestino?
SARIT MICHAELI: Sí. Creo que tal vez debería comentar primero sobre un aspecto positivo en medio de la realidad actual, que es que desde la publicación del informe de B’Tselem, y también desde la publicación y la revelación de la historia sobre estas acusaciones realmente horribles en Sde Teiman, ha habido fuertes pronunciamientos por parte de israelíes que se oponen categóricamente a esto, no necesariamente israelíes que comulgan totalmente con B’Tselem en todas sus posturas, sino israelíes de alto perfil que saben y entienden que si eres un país que afirma ser una democracia —por supuesto, muchos no coincidimos en esa afirmación—, entonces no puedes simplemente abusar de la gente porque sospechas de ellos o porque los acusaste e incluso los has declarado culpables de perpetrar los crímenes más horribles. Esto es simplemente inaceptable. Y hoy la gente en nuestra sociedad está diciendo esto muy abiertamente. Puede que no sea la mayoría de los israelíes, pero es muy alentador escuchar estas voces una y otra vez, como dije, también en respuesta al informe de B’Tselem. Pero la razón por la que la historia misma ha tenido tanta prominencia es porque realmente es algo que, hasta hace poco, uno no esperaba que sucediera. Y estoy diciendo esto a pesar de que, como señalé antes, el informe de B’Tselem también reveló casos adicionales de presuntos abusos sexuales y abusos con base en el género. El reporte sobre las sospechas de abuso sexual por parte de soldados en Sde Teiman generó gran indignación en la gente, pero también generó una respuesta masiva de los partidarios de la extrema derecha, del movimiento kahanista en Israel, que simplemente no quieren que ningún tipo de acciones cometidas por soldados israelíes contra los palestinos sean objeto de algún proceso de rendición de cuentas. Ese es el punto central. Desde su perspectiva, a ellos les gustaría tener total libertad en términos de lo que pueden hacerles a los palestinos. Y esto aplica tanto para soldados como para colonos. Y todo el que intente imponer, incluso en la forma más simple o más básica, cualquier tipo de rendición de cuentas, es atacado como un enemigo del Estado, como un traidor. Y esto nos lleva a una situación bastante absurda, donde organismos que nosotros, como dije, criticamos fuertemente, como la Fiscalía General de Israel y también la Oficina del Fiscal General Militar, ahora están siendo criticados, no por lo que argumentaríamos es la razón correcta, como es el hecho de que han habilitado a Israel para que permita que el Ejército y los soldados en el terreno usen la fuerza contra los palestinos de forma totalmente desproporcionada. Han avalado casi todo lo que Israel ha estado haciendo en Gaza en los últimos meses: las masacres, la hambruna infligida, todas las cosas horribles que hemos hecho en Gaza. Esta no es la razón por la que la extrema derecha está criticando a estas instituciones. Las críticas se dan en los casos en que muy rara vez se produce una investigación ocasional, cuando los organismos de investigación israelíes simplemente no tienen otra opción, asumo. Solo estoy especulando. Pero el hecho de que este presunto abuso fuera grabado por las cámaras de seguridad y el hecho de que la historia se haya vuelto tan prominente y la posibilidad de que haya un informante que reportó esto desde adentro, ha dejado a las autoridades sin otra opción real que llevar a cabo esta investigación. Ciertamente, en muchos otros casos la política general es no investigar, pero estos organismos siguen siendo atacados por la derecha por este pequeño intento de buscar una rendición de cuentas.
AMY GOODMAN: Quiero que veamos un clip de la rueda de prensa en el Departamento de Estado de EE.UU. en la que le preguntaron a Matthew Miller sobre este tema. Esta es la periodista Rabia Iclal Turan.
RABIA ICLAL TURAN: Volviendo al tema de Israel, Los medios de comunicación israelíes publicaron hoy un video que muestra a soldados israelíes violando a un palestino detenido en el campo de detención de Sde Teiman. Las imágenes eran muy perturbadoras. Sé que usted se ha referido a los informes sobre este centro de detención anteriormente, pero ahora tenemos nuevas pruebas en imágenes de video. ¿Ha visto ese video? ¿Y tiene algo para decir sobre eso y también sobre los reportes de, ya sabe, violaciones…?
MATTHEW MILLER: Sí.
RABIA ICLAL TURAN: … ¿en las cárceles israelíes?
MATTHEW MILLER: Hemos visto el video. Y las denuncias de abuso sexual a los detenidos son horribles. Son cosas que deben ser investigadas a fondo por el Gobierno israelí y por las Fuerzas de Defensa de Israel. Los presos deben ser tratados… Los derechos humanos de los presos deben ser respetados en todos los casos. Y cuando hay denuncias de violaciones, el Gobierno de Israel debe tomar medidas para investigar a quienes se les acuse de haber cometido abusos y, si corresponde, hacer que respondan por esos actos.
RABIA ICLAL TURAN: Y, de hecho, este no es el primer incidente de violaciones en cárceles israelíes del que nos hemos enterado. La organización israelí de derechos humanos B’Tselem publicó el lunes un informe que decía que Sde Teiman es solo la punta del iceberg y que los centros de detención israelíes se han convertido en una red de campos de tortura para los palestinos. Dicho informe citó testimonios de 55 detenidos palestinos. Entiendo que los israelíes están investigando esto, pero ¿apoyaría una investigación independiente sobre estas denuncias?
MATTHEW MILLER: Tendría que mirar qué es lo que están solicitando en específico las personas a cargo de una investigación independiente para evaluar el fondo del asunto. Pero, mire, no debe haber ninguna tolerancia para el abuso sexual, o la violación de cualquier detenido, punto.
AMY GOODMAN: Ese era el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. Sarit Michaeli, ¿puede hablar sobre la importancia de lo que él está diciendo, y lo que usted exige en este momento como coordinadora de incidencia internacional de la organización israelí de derechos humanos B’Tselem?
SARIT MICHAELI: Sí, Amy. Bueno, creo que lo más importante para aclarar en términos de nuestra respuesta a esto es que Israel no va a llevar a cabo una investigación sobre la conducta y las políticas de sus centros de detención, por la razón simple y obvia de que estas son políticas. No son acciones de individuos fuera de control, como dije. No son acciones cometidas por personas que van contra la corriente. Son acciones dictadas por las autoridades del sistema penitenciario israelí y por el Gobierno. Son apoyadas por estos organismos. Y por lo tanto, las únicas opciones para que haya investigaciones son casos individuales que sean tan atroces que sea imposible para las autoridades ignorarlos, debido a la presión internacional o casos en los que haya algún tipo de documentación. Y creo que cuando miramos las investigaciones israelíes, esa es generalmente la forma en la que las autoridades israelíes operan. Las investigaciones pequeñas, aisladas y simbólicas sirven para encubrir políticas más amplias. Y en este caso específico, creo que, desde nuestra perspectiva, no hemos, primero, apelado… no hemos solicitado investigaciones israelíes; segundo, no esperamos que ninguna investigación israelí altere fundamentalmente la situación. Lo que sí esperamos es que la comunidad internacional tome medidas. Y en el informe, hemos apelado a todas las naciones y también a todas las instituciones internacionales pertinentes para que analicen la situación y pongan fin a esto. Específicamente, también hemos apelado a la Corte Penal Internacional, porque estos delitos que describimos en nuestro informe son crímenes de guerra. También podríamos decir que alcanzan magnitudes de crímenes de lesa humanidad. Y es responsabilidad de la comunidad internacional, incluyendo el Gobierno de Estados Unidos, abordarlo. No es solo un problema interno israelí. Ciertamente, el Gobierno israelí en su posición actual… Quiero decir, es bastante obvio que si el Gobierno israelí no es capaz de llevar a cabo una investigación sobre acusaciones tan serias de horribles abusos sin que una turba de fanáticos de derecha arremetan contra e irrumpan en dos bases militares, entonces es igual de obvio que Israel no va a estar dispuesto o a ser capaz de abordar esta política más amplia de tortura, que es ordenada, esencialmente, contra los palestinos desde el 7 de octubre.
AMY GOODMAN: Sarit Michaeli, quiero darle las gracias por estar con nosotros desde Tel Aviv, coordinadora de incidencia internacional de la organización israelí de derechos humanos B’Tselem. Enlazaremos a su nuevo informe “Bienvenidos al infierno: la red de campos de tortura del sistema penitenciario israelí”.
SARIT MICHAELI: Muchas gracias.
Traducido por Iván Hincapié. Editado por Igor Moreno Unanua.