por Rafael Kries
Recién me entero del deceso de Jorín Pilowsky, con quien me unió una gran amistad, enfoque y afinidad política de décadas. En una época en que la izquierda se ha convertido en una caricatura de sí misma, es más fácil realizar una crítica a su oportunismo y reformismo, a su burocratismo e incluso sus veleidades anti semitas o dictatoriales.
Pero para las largas décadas vividas por Jorim en su combate revolucionario, eso no era tan fácil ni sencillo, ello te conducía al ostracismo o al desprecio que Occidente guarda hacia sus minorías culturales o étnicas.
No obstante Jorim nunca cedió ante las sirenas de los convergentes sin estrategia o del stalinismo dulzón de las militancias sin horizonte, no por tozudo o indiferente sino por la profundidad de su pensamiento. Una visión y actitud que surgía no sólo de su compromiso sino de su comprensión de la Historia, con H mayúscula.
Lo echaremos de menos, aquellos que con él salieron del Reinosismo hacia el PS y desde el PS pos Allende hacia el PS – CNR. Nunca cedió al chantaje de los nostálgicos del PS que se colocan, incluso hoy, bajo el paráguas del documento funerario de Marzo de 1974.
Fue un revolucionario, un camarada y amigo a carta cabal. Lo echaré de menos pero sé que junto a los jacobinos intransigentes del Bund, junto a Natalio Berman, Salvador Allende o Pedro Holz estarà con nosotros en cada lucha en la que se defienda la dignidad y el futuro de los seres humanos.
Shalom querido Javer !!!