De Frente Revista
Ya en los inicios de junio y por tanto del invierno en buena parte del país, el Gobierno de Piñera se sumerge en una ya desatada e indesmentible nueva crisis en relación a su negligente gestión en la respuesta gubernamental hacia la pandemia del Coronavirus en nuestro país.
Se dijo desde numerosos actores desde inicios de marzo, cuando la pandemia se extendía por el Mundo y se veía que llegaría irreversiblemente a nuestra región y a Chile.
Mientras en otros países de nuestra América como Argentina o Venezuela se tomaron medidas drásticas de inmediato (en Argentina una cuarentena total desde el 20 de marzo, en Venezuela con algo similar en buena parte del país), el Gobierno de Piñera se negó a medidas de ese tipo y jugó con la invención de lo que llamó como «cuarentenas dinámicas» y parciales, en las que sólo se puso en un inicio medidas de confinamiento en algunas comunas de Santiago, y luego, poniendo y sacando comunas en una forma de gestión sin precedentes en otros lugares del mundo.
Ya el 16 de marzo, en una conferencia de prensa en el Palacio de La Moneda, se apreciaba un Gobierno que tras tomar la medida de dictar el Estado de Catástrofe que nuevamente le abría paso a una militarización de la respuesta gugbernamental, al igual que en Octubre pasado y desde ya insinuando la suspensión del proceso de cambio constitucional desatado desde entonces («Sobre el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe y el nuevo escenario abierto por la pandemia del Coronavirus»), parecía más preocupado de dar señales de «autoridad» y de borrar las señales de la revuelta popular, que de contener la llegada de la pandemia al país. En Santiago y otras ciudades, se mandaron a pintar las paredes y a un férreo cerco a la simbólica Plaza de la Dignidad.
En dicha conferencia, además, se apreció a un Piñera y un Ministro de Salud Jaime Mañalich dados a una «extraña» gestualidad, en señales que fueron comentadas y muy criticas en las redes sociales del país:
Ya en esos días, se comenzaron a mostrar las fisuras y falta de planificación en la respuesta gubernamental, cuando el propio Mañalich criticó la medida del Gobierno de suspender las clases, razón por la que otras autoridades tuvieron que salir a responderle (“No fue un error suspender las clases” (22 de abril).
Ya en esos primeros días, la respuesta del Gobierno levantaba crecientes críticas y rechazo popular, como se mostró en el martes 17 de marzo, día en el que trabajadoras y trabajadores de varios centros comerciales de Santiago protestaron por la falta de medidas de cierre del comercio:
Incluso desde entonces, comenzaron a surgir críticas hasta de algunos alcaldes de la propia derecha, como fue y sigue siendo el caso del Alcalde de Puente Alto, Germán Codina (La Derecha hace aguas ante Coronavirus: «La soberbia de Mañalich no tiene límites». Disparó Codina, 21 de marzo)
La semana siguiente, ante la crecida de la ola de contagios y muertes, en la misma comuna de Puente Alto, la visita del Ministro Jaime Mañalich a un hogar de ancianos donde habían llegado los contagios, levantó un notorio rechazo popular entre los vecinos del lugar:
Pasaron las semanas, y el Gobierno se autofestejaba por un supuesto «control de la curva» de contagios, verdadera «fake news» apoyada fuertemente por el tan concentrado y oligopólico sistema de medios de comunicación.
Incluso «noticias» con las que el Gobierno intentaba mostrarse como activo frente a la pandemia, como la importación de ventiladores mecánicos desde China, se comenzaban tempranamente a caer por las mentiras y manipulaciones implicadas («Papelón internacional: Embajador Xu Bu desconoce supuesta donación de 500 ventiladores mécanicos a Chile»).
En las semanas posteriores, algunas voces del periodismo independiente, como Alejandra Matus o Mónica González, fueron mostrando las inconsistencias de la respuesta del Gobierno y las informaciones que éste estaba entregando (Alejandra Matus «Espacio Riesco no resuelve necesidad del hospital, pues no recibe casos complejos», 9 de mayo).
El descontento popular crecía, y las señales erráticas del Gobierno crecían por todas partes y a cada día.
Entre llamados a una «vuelta a la normalidad», entre otras operaciones comunicacionales para convencer de que la pademia estaba controlada y «la curva aplanada», el Alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, presente prácticamente todos los días en los matinales y programas varios en los canales de televisión, comandaba una muy difundida apertura del centro comercial Apumanque, que finalmente duraría sólo un día, pues precisamente por esos días los contagios tendían a aumentar cada vez más.
El 11 de mayo, una paramédico del Hospital San José de la zona norte de Santiago, interpelaba públicamente al Gobierno por las falsas informaciones que estaba entregando, desde su rol de actora y observadora del creciente colapso del sistema hospitalario:
El 13 de mayo, ya muchas personas en redes sociales y medios de comunicación popular y alternativa recordaban los dichos de Mañalich de unas semanas atrás:
En otro indicio de la indignación popular que crecía a cada día, el 16 de mayo una mujer en La Vega, Santiago, increpaba a Mañalich en un reporte televisivo:
Finalmente, en la crónica de un fracaso anunciado, vino el reconocimiento del 28 de mayo, en el que ante el ya innegable descontrol de la pandemia, Mañalich reconocía su desconocimiento de la realidad del país, en una intervención en un matinal de ese día:
La actitud soberbia y de «autoridad fuerte» que había sido intentada proyectar por parte del Ministro de Salud, y que fue reforzada por el propio Gobierno de Piñera y los medios de comunicación oligopólicos, se comenzaba a caer estrepitosamente. En todo caso, para las franjas del pueblo más informadas, no era de extrañarse: Se recordaba su anterior expulsión del Colegio Médico, su rol como director de una clínica de la salud privada del país (Clínica Las Condes), y episodios anteriores, como este, donde queda claro el tipo de soberbia y arrogancia que lo han caracterizado:
En los últimos días, un cúmulo creciente de informaciones ya viene levantando todo tipo de «velos» o «cortinas de humo» levantadas por el Gobierno y la protagónica participación de los medios de coumunicación oligopólicos. Estos últimos, en un abordaje a esta pandemia que quedará en la historia por lo impresentable de sus pasividades y complicidades con un Gobierno negligente, ha quedado también expuesto con un trato que es más de un conjunto de medios de «relaciones públicas» del Gobierno, que un periodismo propio de una sociedad supuestamente democrática, como se ejemplificó tan claramente en esta intervención de la periodista Soledad Onetto:
Pero ya la verdad era imposible de esconder, tanto ante la percepción ciudadana, las informaciones del periodismo genuinamente independiente, y los medios de comunicación alternativa y popular que develaban y develan las verdades en torno a la situación real del país.
Incluso autoridades recientes ya ratifican el rotundo fracaso de la estrategia gubernamental, como la ex SEREMI, Rosa Oyarce: Rosa Oyarce repasa al Minsal: la nueva estrategia llega “un poco tarde porque esto ya se desbandó” (5 de junio).
Y para cerrar, hoy domingo 7 de junio, ya incluso Jaime Mañalich ha debido reconocer que las informaciones que han venido entregando en relación a datos tan sensibles como la cantidad de muertos, han estado subvaloradas por el Gobierno, dándole la razón a las informaciones que viene entregando hace semanas la periodista Alejandra Matus.
Para más remate, una contundente investigación ha mostrado que es totalmente falso que Jaime Mañalich sea «Máster en Epidemiología», como mostraba su currículum público y reseñas en numerosas páginas entre ellas las oficiales del propio Gobierno (Ver «Mañalich miente — No es Master en Epidemiología»), información públicada hoy.Revista De Frente@DeFrente_cl
La mentira se acabó. La pésima y negligente gestión de Piñera y Mañalich hacia la pandemia del Coronavirus en Chile: http://revistadefrente.cl/la-mentira-se-acabo-la-pesima-y-negligente-gestion-de-pinera-y-manalich-hacia-la-pandemia-del-coronavirus-en-chile/ …#EscondenLosMuertos #MañalichMiente #JuicioAlMaquillajeDeCifras #PrensaSinEtica #CoronavirusChile #Covid19Chile #COVIDー19chile #COVID__19
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Con todo esto, se cae a pedazos la idea de un supuestamente «exitosa» gestión del Gobierno de Piñera frente a la pandemia del Coronavirus, relato que ha sido intentado construir y divulgar sistemáticamente tanto por la prensa dominante de nuestro país, como, en su momento, cientos de medios de comunicación de otros países, a partir de la tan citada nota publicada en la página web del medio británico BBC «Cómo Chile ha logrado mantener a raya el covid-19 (y cuál puede ser su talón de Aquiles)». Dicha nota fue, en su momento, replicada por cientos de medios de comunicación, incluyendo chilenos, creyendo en el «prestigio» de tan cuestionado fundamento de este medio británico. Por cierto, la periodista firmante, Fernanda Paul, ya había emitido unos complacientes artículos sobre la situación en Chile tras el estallido social y revuelta popular a partir del 18 de octubre de 2019, y, nuevamente, fue desde la prensa alterntativa donde se hizo notar que se trataba de una periodista que había trabajado estrechamente con el Gobierno en el primer mandato de Piñera (2010-2014), y que incluso había sido galardonada por éste («Cuestionan reportaje de la BBC sobre «cómo Chile ha logrado mantener a raya el Covid-19», El Universal, 4 de abril).
El país comienza la que será la etapa más difícil, teniendo enfrente al invierno y a una claramente descontrolada pandemia. Las protestas que se han dado en innumerables rincones del país, y con particular fuerza desde las que estallaron en El Bosque y La Pintana el 18 de mayo y luego en decenas de lugares.
El Gobierno y las elites parecen haberse sentido muy seguras de que la oleada de protestas y manifestaciones de la revuelta popular desatada en Octubre pasado, pudiese haber vivido un retroceso y hasta su finalización con la llegada de la pandemia planetaria presente. Pero todo indica que no es así, y solamente vivimos una suspensión relativa y parcial de su manifestación callejera, viviéndose, más en el fondo, y fuera de la tan distorsionada visión que intentan construir los medios de la prensa dominante, una profundización de las causas y las razones puestas en la calle por las multitudes populares desde entonces.