Rómulo Pardo Silva
Los resultados de corto plazo de las políticas de Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y China están en espera.
Estados Unidos insiste en conducir un posible acuerdo para el fin de la guerra en Ucrania, reconoce a Crimea como rusa y sostiene que los ucranianos deben entregar territorios. Su relación con Putin parece fácil.
Su problema es con Zelenski respaldado por la Unión Europea, que se ha negado firmar un acuerdo de tierras raras presentado por Trump. Washington no interrumpe la ayuda a Kiev manteniendo su dependencia.
La estrategia de la Casa Blanca de subir aranceles para luego ir a negociaciones según ministros de finanzas y ejecutivos corporativos del mundo no proporciona claridad real, hay reuniones con la Unión Europea y otros países, no con China.
El vicepresidente Vance presentó una visión geoestratégica diferente al declarar que si India y Estados Unidos no colaboran con éxito el siglo XXI podría ser una época muy oscura para la humanidad.
El gobierno chino continúa tomando medidas para enfrentar la política estadounidense y posiblemente más adelante europea.
El presidente Xi pidió más unidad entre los militares y el gobierno y entre los militares y la población civil remarcando el liderazgo del partido comunista.
China prepara un proyecto de ley para apoyar aún más el desarrollo económico de empresarios privados.
En el exterior Beijing advirtió a los países que no aceptará acuerdos con Estados Unidos a expensas de los intereses chinos.
La Unión Europea se mantiene contraria a la forma en que Washington busca un acuerdo con Rusia, se arma para una guerra, conversa sobre poner sus soldados en Ucrania.
El próximo canciller alemán dice que entregará misiles de largo alcance a Zelenski si Londres lo respalda.
La Unión Europea celebrará en julio una cumbre con China en Beijing.
Moscú, socio estratégico de China, declaró que las últimas conversaciones con Estados Unidos fueron constructivas.
Sobre esas reuniones Alexander Alimov, director de un departamento del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia expresó: «Vemos que ahora se espera que dejemos de lado a todos los demás y nos lancemos a los brazos de los estadounidenses… ese es el enfoque equivocado. No debemos ignorar a nuestros demás socios… por el bien de los estadounidenses. EEUU, les damos la bienvenida. Pero no son los únicos. Y veremos qué sucede con el diálogo con ustedes».
Junto con mantener conversaciones de paz Rusia prosigue su actividad militar. Putin anunció que la región de Kursk está totalmente liberada de los ucranianos. Lanzó un ataque a Ucrania con armas de precisión terrestres y marítimas y vehículos no tripulados, que desaprobó Trump.
El ministerio de relaciones exteriores manifestó que un ataque con misiles alemanes significaría una participación directa de Berlín en la guerra y el consejo de seguridad insistió en que ante una agresión de Occidente Rusia tiene el derecho de usar armas nucleares.
Hasta el momento las posiciones más agresivas, calificadas por Moscú como nazis, son de la Unión Europea y el gobierno de Ucrania.
El conflicto actual es geoestratégico en el modelo, no cambia la relación ecológica de la humanidad.
El año pasado fue el más caluroso de la historia y, muy probablemente, de los últimos cien mil años.
La mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono es la electricidad.
En 1985, las centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles generaban el 64% de la electricidad mundial; 37 años después, en 2022, generaban el 61%, Randeep Ramesh. Sin permiso, Rebelión