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Joven pescador de Lebu en prisión preventiva arriesga altas penas de cárcel por denunciar represión militar en Coronel

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[resumen.cl] El domingo 20 de octubre pasado, una manifestación en Coronel fue reprimida brutalmente por efectivos militares y policiales. Tras ser golpeado por militares, Leonardo Esteban Quilodrán Carrillo, pescador artesanal de Lebu de 25 años, escapó junto a otros manifestantes de los disparos. Uno de ellos, Sandro Jeréz, resultó herido por una bala que atravesó su brazo y se alojó en su espalda. Leonardo por su parte, tras correr del lugar recogió un cargador de fusil con 30 municiones que la Infantería de Marina habría dejado botado en el suelo. Posteriormente, Leonardo subió las fotos de los cargadores a su perfil de Facebook para denunciar la represión militar. Días después fue localizado, detenido, puesto en prisión preventiva pese a no tener antecedentes penales previos, arriesgando penas de hasta 15 años de cárcel acusado por robo y porte de munición de guerra. Familiares, pareja, amigos y organizaciones sociales ligadas a la pesca artesanal en Lebu respaldan su inocencia y buscan su pronta libertad.

En la primera semana del estallido social en Chile que dio paso a las revueltas más importantes del último periodo, el pueblo sufrió los embates de la represión policial y militar, siendo registrados múltiples casos de violaciones de derechos humanos, ratificados en una serie de informes de instituciones nacionales e internacionales. Pese a ello, las manifestaciones han continuado por más de 2 meses, reconfigurando constantemente la situación política del país.

En la región del Biobío, manifestantes desafiaron el toque de queda militar impuesto a las 18:00 hrs durante la primera semana de las revueltas con múltiples barricadas, marchas y cacerolazos. El domingo 20 de octubre de 2019 en el sector de Camilo Olavarría en Coronel, Leonardo Quilodrán, junto a su pareja, vecinos y vecinas del sector participaban de un cacerolazo. Allí llegaron efectivos policiales de civil a reprimir la manifestación aún con la presencia de varias familias en el lugar. Mientras tanto, otros efectivos de la Infantería de Marina ya se encontraban custodiando el supermercado Santa Isabel para evitar intentos de saqueos, que ya habían ocurrido el día sábado desde el atardecer cuando comenzó el estallido en el Biobío.

En medio de la embestida policial que desencadenó enfrentamientos, Leonardo levantó sus manos para señalar a los efectivos la presencia de menores de edad entre la manifestación, allí fue golpeado por los efectivos y logró escapar. Un trecho más adelante halló un cargador con munición calibre 7.62 para un fusil de asalto utilizado por efectivos militares que custodiaban la provincia esa tarde.

En conversación con Resumen, María José Rebolledo, pareja de Leonardo, explicó el recorrido de la marcha que se desarrollaba cuando faltaban varios minutos para el toque de queda, «Nos estábamos manifestando, del Cristo a Camilo Olavarría, y de ahí al paseo Montt, con cantos y manifestaciones, ambiente familiar, ni siquiera barricadas. Militares resguardaron el paseo para que no lo saquearan, porque la noche anterior había sido saqueado, y no nos dijeron en ningún momento que nos fuéramos»

Efectivos de civil llegaron a reprimir disparando y ahí también se sumaron los efectivos militares de punto fijo en el lugar. Leonardo fue con las manos arriba a decir que dejaran de disparar, porque habían muchos niños, y lo empezaron a golpear con los fusiles y a patadas. «Fue ahí cuando llegaron civiles disparando, los militares se juntaron con ellos y siguieron pegándole a la gente, a los que podían agarrar. Nosotros salimos corriendo, allí es donde agarran a Leonardo, le pegan y ahí el se suelta, yo agarré a mis hermanos porque también se habían asustado, si estaban disparando, los hice correr y esperé a Leonardo que llegara y ahí venía con el cargador en la mano y venía cojeando adonde le habían pegado, yo le dije corramos y corrimos y con la cabeza agachada, seguían disparando y nos metimos por unos callejones porque teníamos miedo»

En la bencinera Petrobras que se encuentra en el lugar, fue herido a bala el manifestante Sandro Iván Jeréz Salas quien fue atendido en el Cesfam Lagunillas y posteriormente en el Hospital Traumatológico de Concepción.


Esa noche, pasadas las 22:30 hrs. y notoriamente impactado por los hechos que había vivido, Leonardo fotografió el cargador de fusil y las municiones que halló, para denunciar la represión militar en Coronel. Esto ante los comentarios de algunos internautas quienes no creían o incluso negaban que hubiera disparos por militares en la zona.

Pantallazo a la publicación

Tres días después, el miércoles 23 de octubre, en la fila del supermercado Santa Isabel del Paseo Montt, Leonardo Quilodrán fue separado por efectivos militares y entregado a Carabineros. Lo habrían reconocido por un tatuaje, tras el análisis de sus fotos personales en su perfil de Facebook. «Estábamos haciendo la fila para entrar al supermercado cuando llegaron unos militares para decir que necesitaban conversar con él, yo igual me salí de la fila y me dicen que lo iban a tomar detenido, me dicen que no me pueden dar mayor respuesta hasta que llega Carabineros, quienes no le leyeron sus derechos, le quitaron el celular y lo apagaron» señaló María José.

Los efectivos policiales amenazaron a la pareja de Leonardo para que los llevara a su casa a buscar el cargador, ella les indicó que no presentaron una orden judicial para ingresar a su domicilio «Me dijeron que si no la hacía por las buenas sería por las malas, y 2 civiles fueron a a mi casa a buscar el cargador. Mientras que a Leonardo, aún no lo traían a la comisaría de Coronel, no le constataron lesiones pero nunca lo llevaron, no tenían orden de un juez, así que pasó al calabozo, al otro día fue la audiencia y de ahí el Juez determinó que era un peligro para la sociedad decretando prisión preventiva como medida cautelar sin ningún beneficio».

Los cargos que le imputaron fueron porte de munición de guerra y posteriormente le imputaron el cargo de robo de munición de guerra. «El primer día cuando fue la audiencia tenía una abogada del Estado pero ella no apeló a nada, solamente lo entregó no más, nosotros tuvimos que contratar abogados el primer abogado no hizo mucho, era un poco inexperto en estos temas y ahora tuvimos que contratar otro abogado» comentó María José.

María José señala que hay testigos del hecho que vieron que no se lo robó, sino que lo encontró botado en el suelo y que la responsabilidad de haber perdido esa munición de guerra corresponde exclusivamente a la Infantería de Marina «entonces ellos quieren a toda costa tratar de culpar a personas inocentes por responsabilidades suyas» indicó.

En distintas partes de Chile, familiares y amistades de cientos de personas encarceladas tras el estallido aseguran su inocencia y alegan que la medida de prisión preventiva injustificada, en muchos casos contra personas que no tenían antecedentes penales previos, corresponde a un amedrentamiento por parte del Estado a las personas que se manifiestan por justas causas sociales.

Fueron particularmente los primeros días donde el ánimo de Leonardo, acostumbrado a trabajar en el mar en el bote que tiene a cargo en Lebu donde le conocen como «El Walala», se vio más afectado. «Es súper difícil, sobre todo para personas que jamás han estado en la cárcel, y para las familias que nunca pensaron pasar por este momento, hay muchas personas que están sufriendo y el mensaje es que no se rindan, que sigamos luchando para conseguir justicia» señala María José

Leonardo Quilodrán, conocido en Lebu como «El Walala»

La madre de Leonardo que vive en la región de Valparaíso también realizó un llamado a familiares de personas en situaciones similares instando «A no bajar los brazos hasta conseguir la libertad que se les ha negado solo por no tener los medios económicos para poder pagar un abogado que luche por su libertad, todo mi apoyo para todos y cada una de las familias y que ya basta de tantas injusticias con las personas que están luchando por sus derechos»

María José recalca que recoger el cargador esa tarde «Fue un error, pero no podíamos devolvernos si estaban disparando todavía» añadiendo que tampoco sabían a quien entregárselo, si a Carabineros o alguna institución, o alguna autoridad, «A nadie se le informó tampoco si es que en algún caso se llegaban a encontrar con algo, a quien debíamos entregarlo. Todos teníamos miedo de lo que podía pasar, nosotros lo queríamos entregar en todo momento, pero no sabíamos a quien ni como ni cuando, por todo este conflicto entre las instituciones y el pueblo»

Si eres víctima o testigo de violación de derechos humanos y necesitas realizar una denuncia, puedes escribir al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) llenando este formulario

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