El Movimiento Semilla y su candidato Bernardo Arévalo arrasan en el balotaje con 58.8 % de los votos frente a un 36.49 % de Sandra Torres, quien ha guardado silencio al confirmarse su derrota. Esta vez las encuestas atinaron y se evidenció con la palabra que se repitió durante los escrutinios en los centros de votación: “Semilla, Semilla, Semilla”. Ha sido una jornada de segunda vuelta marcada por 55 % de abstencionismo, pero que abre un escenario inédito e incierto en Guatemala, ya que las investigaciones que impulsa el Ministerio Público contra Arévalo y su formación política penden como una guillotina lista para ser soltada por la fiscal general Consuelo Porras y el fiscal Rafael Curruchiche. “Nosotros sabemos que hay una persecución política”, dijo Arévalo en su primera conferencia de prensa como presidente electo
Jennifer Avila/ Wilfredo Miranda, desde Ciudad de Guatemala
Divergentes, 20-8-2023
El titular de la portada del “Diario El Imparcial” en diciembre de 1944 decía: “Arévalo triunfó de modo contundente”. La portada se repitió este domingo 20 de agosto en los medios de comunicación en Guatemala, 79 años después, tras el triunfo demoledor de Bernardo Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo.
Bernardo Arévalo y el Movimiento Semilla han venido por un camino que nadie esperaba: en la primera vuelta electoral apenas figuraban en las encuestas y, sin muchos aspavientos, se situaron en la segunda posición la noche del pasado 25 junio, al catalizar el descontento acumulado por los guatemaltecos. Una sorpresa que oxigenaba a los ciudadanos y agriaba a los poderosos del conocido “Pacto de corruptos”.
Como nuevo factor en el tablero político chapín, insistiendo en una propuesta por la transparencia y contra la impunidad, y tras resistir –por ahora– los embates judiciales del Ministerio Público, Arévalo ha ganado con 58.8 % de los votos la presidencia. Una especie de pequeño David laico arrinconando esta noche de balotaje al Goliat de la corrupción. Un académico devenido en político que ha vuelto a encender la esperanza democrática en su país, pero también en las otras naciones situadas al sur de Guatemala, donde esa misma esperanza es asfixiada por dictaduras y autoritarismos.
La candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres, apenas alcanzó 36.49 % cuando se habían escrutado más del 95 % de las actas. Es decir que las encuestas que no lo vieron en primera vuelta, en el balotaje acertaron cercanamente: Arévalo le sacó más de 22 % de los votos de diferencia.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) dio los primeros resultados a eso de las ocho de la noche, cuando la tendencia era ya irreversible. Fueron depositados 4 millones 107 mil 864 votos en una jornada marcada por un abstencionismo del 55.9 %. Desde que inició el conteo en las mesas electorales, y que fue transmitida por las televisoras nacionales, el sonido que primó fue, voto tras voto, “Semilla, Semilla, Semilla, Semilla”.
Arévalo recibió 2 millones 414 mil 246 votos y Torres 1 millón 499 mil 589, es decir una diferencia de 913 mil 665 sufragios, mientras aún falta un pequeño remanente de Juntas Receptoras de Votos que contar. En el campamento de UNE hay demasiado silencio y la derrotada candidata Torres canceló la conferencia de prensa prevista para esta noche.
El presidente Alejandro Giammattei reaccionó y felicitó casi de inmediato a Arévalo a través de un tuit: “Felicito a los guatemaltecos por la realización de las #EleccionesGT2023 en paz, con pocos incidentes aislados. Felicito también a Bernardo Arévalo y extiendo la invitación para iniciar la Transición ordenada, al día siguiente de que los resultados queden oficializados”, escribió. Además el mismo Arévalo dijo que Giammattei lo llamó para acordar un proceso de transición que comenzará el día después de que el TSE brinde los resultados oficiales.
“El pueblo de Guatemala dijo: ¡Basta ya a tanta corrupción!”, dijo Arévalo quien junto con Karin Herrera, la vicepresidenta electa, se comprometió en cumplir con un plan de gobierno que enfrenta los problemas estructurales que afectan a la población, sobre todo a los más jóvenes.
Una presidencia aún en el aire
Arévalo, que se declara como socialdemócrata, es hijo de Juan José Arévalo de León Bermejo, quien entre 1945 y 1951 tuvo uno de los gobiernos más eficientes en la historia del país, con la creación del Seguro Social y la libertad de la emisión del pensamiento.
“Yo no soy mi padre”, señaló Arévalo de León el miércoles en el cierre de su campaña. “Pero recorro el mismo camino que él construyó y lo vamos a recorrer juntos como pueblo. Tengo el mismo anhelo que él y los revolucionarios de 1944”, apuntó el académico, quien ha dicho que su principal lucha al tomar posesión será contra la corrupción, sin olvidar en un futuro temas principales como la lucha contra la desnutrición o la mejora de los servicios de salud.
La virtual presidencia de Arévalo aún corre riesgo debido a que el Ministerio Público, cuya cúpula está sancionada por Estados Unidos, ha ejecutado desde el 12 de julio varios intentos por suspender al Movimiento Semilla con una serie de investigaciones penales. Por ahora el fiscal Rafael Curruchiche, el principal perseguidor del Movimiento Semilla, no se ha pronunciado sobre el triunfo de Arévalo. Sin embargo, ya había anunciado que después del 20 de agosto se podrían efectuar capturas en contra de miembros del partido. Analistas políticos no descartan que existan fuertes intentos para que Arévalo no pueda ser investido en enero próximo. De modo que la semilla que ha germinado hoy en Guatemala puede ser estropeada por el sistema que ha debilitado la democracia y que ha garantizado impunidad de políticos tradicionales de Guatemala.
“Nosotros sabemos que hay una persecución política en curso que se lleva a cabo por la Fiscalía; quisiéramos pensar que la contundencia de esta victoria va a ser evidente y que el pueblo de Guatemala ha hablado (…) y estamos tranquilos porque estamos delante de ustedes por la decisión contundente del pueblo de Guatemala”, dijo Arévalo en su primer conferencia de prensa como presidente.
Júbilo, llanto, gritos
En las afueras del Hotel Las Américas de la zona 13 de Ciudad Guatemala se aglomeró un grupo de ciudadanos para celebrar la victoria, mientras esperaban que el presidente electo diera sus primeras palabras a la población guatemalteca desde el cierre de las urnas. “Estoy feliz, no por Semilla sino por Guatemala, y ahora le toca a las instituciones respetar la decisión del pueblo y la democracia. Habrá muchos conflictos, intentos del Ministerio Público y Curruchiche de quitar a este binomio pero esperemos que en enero tome posesión”, dijo Josué, un joven que llegó para celebrar.
Marilyn, quien también se sumó a la celebración dijo “tengo esperanza porque no tenemos una Sandra o un (Alejandro) Giammattei de presidente. Estas elecciones son gracias a los jóvenes, los que nos informamos, los que informamos a los mayores, nosotros hicimos esto posible”.
Más temprano, al interior del hotel, los más cercanos colaboradores del Movimiento Semilla –en especial jóvenes– estallaron de alegría. “¡Sí se pudo, sí se pudo, sí se pudo!”, coreaban extasiados al ver salir a Arévalo de una habitación y nombrar por primera vez al “Tío Bernie” como “señor presidente”.
Las calles de Ciudad de Guatemala, enfriadas por un viento pertinaz este domingo, salieron del silencio cuando el TSE declaró la presidencia virtual de Arévalo y los conductores apretaron sus cláxones en señal de victoria, en una alegría contagiosa, motivadora para quienes creen en la democracia en esta región dada a las tiranías. El camino por el que Arévalo y el Movimiento Semilla vinieron sin que nadie se percatara ya está recorrido, pero ahora se les abre otro incierto que conduce a la casa presidencial, desde donde los consensos y la tercia contra el sistema los espera.