| Carlos Pichuante Verdugo, activista ambiental y animalista El 20 de enero de 2025, Donald Trump asumió nuevamente la presidencia de Estados Unidos, iniciando su mandato con una serie de órdenes ejecutivas que marcan un preocupante retroceso en materia ambiental. Estas acciones no solo revierten las políticas climáticas de la administración anterior, sino que también refuerzan una postura negacionista frente al cambio climático, priorizando los combustibles fósiles sobre las energías renovables. Salida del Acuerdo de París Una de las primeras medidas de Trump fue retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, un pacto global esencial en la lucha contra el cambio climático. Esta decisión aísla al país en un momento crítico, debilitando los esfuerzos internacionales para mitigar los efectos del calentamiento global. Impulso a los Combustibles Fósiles La administración Trump ha declarado una “emergencia energética” con el objetivo de aumentar la producción de petróleo y gas, incluyendo la perforación en áreas protegidas como el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico. Además, se han eliminado regulaciones ambientales clave para facilitar la expansión de la infraestructura de combustibles fósiles. Desmantelamiento de Políticas Ambientales Trump ha revocado cerca de 80 iniciativas ambientales de la era Biden, incluyendo programas de justicia ambiental y subsidios para vehículos eléctricos. Estas acciones representan un desmantelamiento sistemático de los avances logrados en materia de protección ambiental y transición hacia energías limpias. Consecuencias Globales La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París y el fomento de los combustibles fósiles no solo afectan al país internamente, sino que también tienen implicaciones globales. La falta de compromiso de una de las mayores economías del mundo en la lucha contra el cambio climático puede desalentar a otras naciones y obstaculizar los esfuerzos colectivos para abordar esta crisis. Tsunami de retrocesos. Las políticas ambientales de la nueva administración Trump representan un serio retroceso en la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. La priorización de los combustibles fósiles sobre las energías renovables y el desmantelamiento de regulaciones ambientales ponen en riesgo no solo el bienestar de las generaciones actuales, sino también el futuro del planeta. Es imperativo que la comunidad internacional y la sociedad civil respondan con firmeza para contrarrestar estas medidas y continuar avanzando hacia un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. |
