
Riksinakuy
Por: Nayra Chalán, ex vicepresidenta de la Ecuarunari.
Mi voto en la segunda vuelta
Hago mías las palabras de una brillante mujer judía Hannah Arendt que en tiempos de guerra decía que «no cabe negar los hechos, están ahí y la única actitud digna y merecedora es reconocerlos como tales, lo contrario no es inocencia sino vergüenza». Yo no quiero ser inocente prefiero accionar y ser responsable de aquello, sin ningún cálculo político, porque en tiempos como estos no hay pretextos para defender ni etiquetas, ni partidos políticos, ni referencias individuales sino detener la tiranía de una clase a la que hoy parece que ya no le sirve la democracia para defender sus intereses.
Me cuesta, como a todos, dimensionar que nos depara el futuro luego de una reñida segunda vuelta electoral entre dos partidos políticos, por eso en un ejercicio de crítica que pretende ser justo y responsable con mi familia, mis convicciones ideológicas y el movimiento indígena, (en el que no tengo en este momento ningún cargo dirigencial) pongo las siguientes palabras para quién decida leer un largo texto.
1. Pitak kani, imata yuyani
Nacida en 1991, hija de Aurelio y Ashuquita, ambos entregaron su vida en la Educación Intercultural bilingüe, él desde la administración y ella con los wawas [hijos/as], construyendo una pedagogía desde el aprender haciendo. A los 15 años ya tuve mi primer trabajo, pues la regla en casa fue «si deseas algo, trabaja para que te lo ganes». En ese mismo año, el 26 de noviembre del 2006, el progresismo se volvió gobierno a la cabeza Rafael Correa Delgado, lo ratificaron en las urnas en tres subsiguientes procesos democráticos. En esas elecciones yo aún no estaba habilitada para votar, ¿qué hubiera hecho yo con mi voto? a título de ser personal en una edad en la que contradecir a mis padres y la rebeldía era mi desayuno, almuerzo y merienda. Sin ninguna formación política, sin entender el sistema de partidos, ni el Estado, ni las relaciones de poder, ni el poder, ni tener idea remota de economía; seguro que nada responsable. 2010 termino la secundaria y migro a la ciudad capital. En 2011, con 20 años de edad estoy vinculada a la juventud de la CONAIE y ECUARUNARI y participo de los diferentes espacios de movilización, marchas, plantones, concentraciones, asambleas, encuentros, espacios de formación política, escuelas. A la par de mi activa participación organizativa, sigo la carrera de Comunicación Social en la Universidad Central del Ecuador y trabajo. Paralelamente, alimento mis conocimientos y mis argumentos, leo textos marxistas, de teoría crítica, filosofía, política, historia, literatura, etc., lo básico para entender e interpretar la realidad en la que vivo y de la que soy parte, un deber y un sacrificio que siempre valdrá la pena hacer.
Ahora 2025, han pasado 14 años desde que inicié una vida militante activa en la CONAIE y en toda su estructura, me reconozco en esta gran organización, por mi identidad étnica y de clase, pero sobre todo porque sé que soy una fracción de todas esas luchas ganadas, derrotas, aciertos y equivocaciones. Desde hace 14 años asumí mi responsabilidad con las luchas comunitarios, las autonomías territoriales, las luchas de las mujeres, la de los estudiantes, los trabajadores, la lucha campesina, la lucha anti minera, etc., y desde el MIE [Movimiento Indígena del Ecuador] como mi trinchera. En este tránsito también tomé responsabilidad en el Movimiento Pachakutik por quien cargo la bandera para cada campaña electoral y a quien entrego mi voto pese a que la práctica de la dirigencia, el oportunismo de los que ostentan cargos públicos por voto popular y por la misma cuadratura del sistema de partidos, nos ha traído grandes decepciones. Yo creo que este mundo va a cambiar transformándonos a la par desde dentro de las organizaciones, por eso me quedo acá y no cometo la irresponsabilidad de juzgar desde fuera, como si de otros fuera la tarea de cambiar un mundo injusto y violento, como si solo otros tuvieran que ser consecuentes, coherentes, éticos. Con todo ese derecho de haber puesto activamente mi trabajo, tiempo y personas en esa construcción colectiva me siento en el derecho de poner mi voz y cada vez que lo hago procuro que esté cargada de argumentos y con información contrastada, para que mi opinión no sea impulsada por las emociones sino por la razón, en todo esto siempre dejo cabida a la equivocación.
- La represión como mecanismo de control
Los gobiernos de turno quien fuera, hasta el sol de hoy, bajo las reglas de este tipo de Estado, de modelo económico, de democracia y de justicia, comparten características reprochables: son extractivistas, usan la violencia para legitimar su poder y fabrican un enemigo interno para validar su política; el progresismo y la derecha han hecho uso de estos recursos contra el Movimiento Indígena del Ecuador (MIE) y contra la protesta social. Nos han estigmatizado «cuatro pelagatos», «vayan a mandar en sus casas», «indios terroristas» «acá la CONAIE no va a mandar» «deberían estar presos por delincuentes» «deberían sacrificar al Iza» y así un largo listado de improperios contra la CONAIE y su dirigencia. Lo más grave, las vidas que estos gobiernos se tomaron a pretexto de defender la democracia y el interés nacional. El gobierno de Rafael Correa le debe al país cuatro vidas, la de Edison Cosíos, José Tendentza, Bosco Wisum y Fredi Taish ¿habrán más? En mi círculo cercano también hay víctimas: mi amiga Cecilia M. estuvo a punto de perder un ojo y mi vecino Manuel P. perdió los dientes, ambos víctimas de la brutalidad policial en medio de protestas sociales; en el 2015 la policía entró violentamente a la casa de mi familia, golpearon y gasearon a niños y adultos sin distinción, mi madre Asunción Q (educadora y agricultora) y mi tía Hortensia Ch (agricultora) ambas víctimas de persecución judicial que duraron años. Persecución, cárcel, criminalización de decenas de personas fue el matiz a las varias obras de infraestructura promovidas en los periodos de gobierno de Rafael Correa.
Luego de esa “década ganada” para ellos; dolorosa para nosotros, vinieron cosas peores para otras familias. Lenin Moreno durante su periodo presidencial de cuatro años le debe 11 vidas al país (Edison Mosquera, Silvia Mera, José Chaluisa, Marco Oto, Segundo Inocencio Tucumbi, Gabriel Angulo, Abelardo Vega, Raúl Chilpe, Edgar Yucailla, Vitor Guaillas y Andrés Durazno). Guillermo Lasso, por su lado en el corto periodo de dos años (mayo 2021 – junio 2023) debe responder por las vidas de Byron Guatatuca, Henry Quezada, Johnny Félix, Franco Íñiguez, José Villa, Juan Sisalema y Alba Bermeo. Ocho personas que resultaron asesinadas en contextos de movilización y lucha territorial, asesinados que no han recibido ni investigación peor justicia. Entre el Gobierno de Moreno y Lasso tienen a su cargo alrededor de 1600 heridos por la violencia estatal, un centenar de personas mutiladas, derivado de las protestas de octubre 2019 y junio del 2022. Incontables jóvenes, adultos, adolescentes criminalizados y hasta un niño fue acusado de terrorismo. En un año y un poco más de gobierno, Daniel Noboa y su “conflicto armado interno” debe responder por las desapariciones y asesinatos de Josué, Nehemías, Ismael y Steven, y por 27 personas más que han sido desaparecidos de manera forzada; eso mientras los capos del narcotráfico aún siguen sin ser localizados, peor aún capturados. También debe responder por las grabes heridas contra Mesías Robayo, 9 defensores del territorio, el agua y la vida condenados a la cárcel, y alrededor de dos centenares de criminalizados por defender su territorio contra proyectos mineros que se instalan de manera criminal. ¿Y las víctimas de los años antes al correísmo? Quien se conduele y llama a rechazar a los artífices de esos crímenes. Los centenares de vidas en los 200 años de república son el doloroso retrato y la frágil memoria de que la clase económica y política de este país se consolidó sobre la base de la explotación y la vida de indios, negros, trabajadores y trabajadoras, desechables y reemplazables: miles y miles, incontables, invaluables. Salir del régimen de hacienda mediante el cual se erigió la clase terrateniente a la que pertenece el actual presidente Daniel Noboa, le costó la vida a mucha gente que ya ha sido olvidada y borrada de la memoria colectiva.
La autodenominada izquierda (progresismo) cometió errores políticos, ideológico, morales y éticos absolutamente cuestionables; víctimas mortales, persecución, represión, insultos. Creo que en el ejercicio de la autocrítica (si es que la tienen) deberían asumir su responsabilidad y corregirlos en los espacios de poder que aun ostentan. También creo que tiene el deber de sacudirse de sus posturas conservadoras, clasistas, racista, caudillista, machistas. Sacudirse de la derecha que tienen en su seno (sé que es pedir mucho).
- Los Derechos de las Nacionalidades y Pueblos
El Estado Plurinacional es una propuesta de país construido en un documento de 52 páginas llamado “Proyecto Político de la CONAIE”, una propuesta que parcialmente se vio reflejada en la Constitución del 2008, lo cual es un avance muy importante para las nacionalidades y pueblos: el derecho a la comunicación comunitaria (Art.16 y 17); a la Consulta, Previa, Libre e Informada, la inalienabilidad, inembargabilidad e indivisibilidad de nuestros territorios, la administración y conservación de los recursos naturales, el ejercicio de la autoridad y sobre la Autodeterminación (Art. 57); reconoce la democracia comunitaria (art. 95); al derecho a la resistencia (Art 98); justicia comunitaria/indígena (Art. 171); La gestión del agua será exclusivamente pública o comunitaria (Art. 318); la propiedad comunitaria (Art. 329) reconocimiento a la economía comunitaria (art 267 y 281); derechos de la naturaleza (Art. 71 y 72), entre otras. Para que esto se concrete en la Constitución del 2008 fue necesario una multiplicidad de movilizaciones, asambleas, debates y la Constituyente de Montecristi, en donde el partido oficialista tuvo 73 votos de 130, PK 4, 19 PSP y el PRIAN 7, texto que luego pasaría a ser aprobador por voto popular el 28 de septiembre del 2008. Detrás del Sí, que ganó con el 63.93% estuvo Alianza País, la CONAIE, PK, MPD y PRE; mientras que detrás de la promoción del NO a la nueva Constitución, que perdió con el 28.10% de votos, estuvo el PSC con Nebot a la cabeza, PSP con Lucio Gutiérrez y PRIAN con Álvaro Noboa (hoy ADN). Hay que reconocerles a Alianza País sus votos en el avance de derechos, sin embargo, los vicios en el ejercicio del poder nublaron la posibilidad de construir un proyecto de país justo y equitativo con participación activa de las organizaciones sociales, estudiantiles, sindicales, campesinas e indígenas. Que quede claro que el proyecto económico y político de la clase terrateniente, de la oligarquía ecuatoriana y la derecha no son compatibles con el proyecto político de las nacionalidades y pueblos, ni han merecido la atención, ni el tiempo y peor el esfuerzo en fortalecerlos, más todo lo contrario, buscan sacarlos de la constitución. Les dijeron un NO a los derechos de las nacionalidades y pueblos, un No a los derechos de la naturaleza. ¡Esto merece nuestra memoria!
Por ahora, la piedra en el zapato para detener el avance de la ultraderecha es el progresismo
¿El trío Moreno, Lasso y Noboa son igual que el progresismo? No. ¿Luisa González y Daniel Noboa son los mismos?, tampoco. En esta segunda vuelta, nosotros quienes hemos hecho de las calles y la resistencia nuestro lugar de lucha y de victorias, no vamos a elegir presidente o presidenta, vamos a elegir en qué cancha queremos pelear, y evidentemente la cancha de la RC no es la misma que la de ADN. Nuestra lucha antiminera, antipatriarcal, antiracista, antineoliberal y anticapitalista está declarada.