CLATE
Cada 27 de junio, las y los estatales celebran su día y conmemoran la fecha en que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 1978, adoptó el Convenio Nº 151 y la Recomendación Nº 159 vinculados al derecho a la Negociación Colectiva y las relaciones de trabajo en la Administración Pública. En este 2020 marcado por la Pandemia del Covid-19, el presidente de la CLATE reflexiona sobre los desafíos de lo que vendrá cuando pase esta crisis mundial.
Por Julio Fuentes*
Cada 27 de Junio, las y los trabajadores del Estado, empleados fiscales, funcionarios y servidores públicos conmemoramos este día como fruto de las luchas que a lo largo de los años hemos dado para defender nuestros derechos y conquistas.
Pero en este 2020, nuestro Día internacional tiene otro valor, otra significación. Seguramente será para nosotros en el futuro el año que vivimos en peligro, que forjamos nuestra templanza y pusimos en valor nuestro trabajo y el rol de Estado y las políticas públicas en defensa de lo más valioso del ser humano: la vida.
Este 27 de junio seguramente quedará en el recuerdo de todos los servidores públicos de nuestra América Latina y del Caribe, y también del mundo, ya que la Pandemia que se ha instalado en nuestro planeta ha puesto en la primera línea de defensa a todo el sistema público. Y no sólo en lo que se refiere a la atención sanitaria, sino también a otros servicios esenciales como la recolección de residuos, la educación a distancia, las oficinas de atención de la población, el mantenimiento de los espacios públicos. En fin, de todas las áreas que permiten una vida digna a los seres humanos.
La medida tomada por la mayoría de los Gobiernos del planeta, que en realidad es la única tecnología que tenemos a mano para mitigar el flagelo del virus, ha sido la del confinamiento de la población en sus casas. Una medida que, además de la inevitable paralización de la actividad económica, ha puesto en primer plano la actividad de todos los organismos del Sector Público. Somos nosotros los que desde nuestros lugares de trabajo o bien desde nuestros hogares, a través de las nuevas tecnologías, estamos dando respuesta a esta crisis.
Pero claramente no sucede lo mismo en los distintos rincones de nuestro planeta. Nuestra Región, castigada por las políticas neoliberales desde fines de la década del 80 que sólo trajeron una mayor desinversión en áreas estratégicas como la salud, la educación, la protección de derechos o la pérdida de soberanía de nuestros pueblos, hoy sufre sus consecuencias: un Estado debilitado para dar respuestas a tamaño desafío.
El único instrumento que tenemos los pueblos para enfrentar esta Pandemia es el Estado. Pero América Latina y el Caribe tiene sus Estados debilitados, desarticulados, sin los instrumentos para operar en la economía, para luchar contra el hambre y defender la salud. Y a pesar de que muchos gobernantes y funcionarios han asumido con mucha responsabilidad esta difícil tarea, muchos otros, ya sean gobernantes, legisladores o medios masivos de comunicación que subestiman la crisis y pretenden con sus actitudes privilegiar la economía por sobre la vida.
Los y las estatales latinoamericanos y caribeños estamos dando batalla al Covid-19 con más voluntad que recursos o presupuestos. Miles y miles de compañeros y compañeras han perdido su vida en este tiempo contagiados mientras cumplían su labor, no sólo en los hospitales, sino también en las calles, en los comedores, en las oficinas de atención.
Por eso, este 27 de Junio de 2020 será un homenaje a todas las víctimas de esta Pandemia. Y nos comprometemos, por ellos y por ellas, a seguir luchando junto a toda la clase trabajadora frente al egoísmo del capital, que a pesar de la crisis humanitaria sigue buscando su propio beneficio sin preocuparse por analizar cómo hemos llegado a este momento, qué pasa con la protección del medio ambiente, la manipulación de los alimentos, la extracción indiscriminada de nuestros recursos naturales.
En nuestro día, las y los trabajadores del Sector Público nucleados en la CLATE volvemos a nuestros orígenes porque sabemos que en nuestros principios están los valores que nos permitieron y nos permitirán poner un norte, un desafío para seguir reconstruyendo cada día nuestras organizaciones sindicales.
Todos y todas las dirigentes de las organizaciones que componen nuestra Confederación, en esta lectura conjunta de nuestra Declaración de Principios y Objetivos redactada en 1967, año de nuestra fundación, reafirmamos nuestro compromiso de lucha y proyectamos un futuro mejor para nuestros pueblos. Feliz día a todos y todas las trabajadoras estatales de Latinoamérica y el Caribe.